Comenzamos y terminamos con dos obras corales francesas en dos novedades del cada vez más opulento sello Pentatone. El Requiem de André Campra es una de las más excelsas obras religiosas del barroco francés, y viene servida con la máxima excelencia por William Christie y Les Arts Florissants. Como cierre, el bellísimo motete Cum Sacrum Convivium, de Olivier Messien, la única composición estrictamente litúrgica de uno de los grandes compositores religiosos del siglo XX. Entre medias, un hermoso Sexteto de cuerda de Louis Spohr, integrado en una colección de obras de cámara de este magnífico músico amigo de Beethoven y cuya larga vida le permitió para participar activamente en las revoluciones de 1848; una mèlodie de Charles Koechlin incluida en la última grabación de la delicada mezzo francesa Adèle Charvet; el adagio de ese inusual concierto para piano (mano izquierda) que Britten compuso por encargo de Paul Wittgenstein y que tituló Diversions; y la obertura de Los estigmatizados (Die Gezeichneten), la soberbia ópera postromántica de uno de los grandes operistas de principios del XX, Franz Schreker.