Canal Europa El vidrio de Othoniel en Aviñón, y la voz de Aznavour celebran el arte de amar y recordar31/10/2025

“Cosmos o los fantasmas del amor”: Othoniel transforma Aviñón en un poema de vidrio y luz

El puente de Aviñón es un símbolo histórico, social y emocional de esta ciudad francesa. Construido en el siglo XII, las inundaciones provocadas por las crecidas del Ródano han obligado a su reconstrucción en varias ocasiones. Al final decidieron dejarlo a medias, construyendo una imagen icónica de esta ciudad provenzal.

Allí se ha instalado un corazón de vidrio de Jean Michel Othoniel. El artista francés se ha llevado un río imaginario a la gran capilla del Palacio de los Papas y otro corazón al convento de Santa Clara, donde Petrarca conoció hace casi 700 años, el amor de Laura.

Este artista multidisciplinar, especializado en el vidrio, ha desplegado una gran constelación artística por 10 lugares de laciudad con más de 260 obras que se pueden ver hasta el 4 de enero de 2026. Todo un reto y el proyecto más grande jamás concebidos por el escultor y por la ciudad.

Bajo el título "Cosmos o los fantasmas de del amor" con esta gran exposición museística y urbana, Aviñón celebra este año el 25 aniversario de su capitalidad cultural y tres décadas de su inclusión en el Patrimonio de la Humanidad.

El Palacio de los Papas es el centro neurálgico de esta constelación artística desplegada en la ciudad, que se pueden ver en las salas más grandes y solemnes del palacio.

Un viaje de amor a través de 15 espacios y estancias, un paseo poético entre 133 obras, incluyendo 106 esculturas nuevas creadas específicamente para el Palacio de los Papas, en respuesta a la monumentalidad e historia de este lugar único.

Las obras recorren espacios como el famoso puente, el Petit Palais-Museo del Louvre en la ciudad, los museos Calvet, Requien y Lapidario, el Convento de Santa Clara, los Baños Pommer, recién rehabilitados y recuperados para la ciudad, la Colección Lambert y la Plaza del Palacio.

Jean Michel Othoniel es un artista francés que ha trabajado mucho con el vidrio de Murano, pero recientemente ha incluido también la técnica de la ciudad de Firosabad con una perspectiva siempre poética, intimista, que ahonda en la belleza de las superficies coloridas que reflejan y destellan. Este es un lenguaje artístico muy característico de Othoniel.

“Monsieur Aznavour”: la vida de un genio infatigable

Desde su infancia humilde hasta su ascenso a la fama, desde sus triunfos hasta sus fracasos, de París a Nueva York, la película francesa "Monsieur Aznavour" desgrana la excepcional trayectoria de un artista, intenso, frágil y persistente. Dedicado a su arte hasta el final, el cantante falleció a los 94 años en 2018. Ese año había completado la que sería su última gira.

Esto demuestra la determinación de Charles Aznavour de cantar, siempre cantar, jamás detenerse, porque el éxito nunca lo saciaba, nunca se sentía satisfecho. Es la esencia del filme, un drama biográfico coescrito y codirigido por Mehdi Idir y Grand Corps Malade. La película cuenta con la extraordinaria actuación de Tahar Rahim.

Como se puede imaginar, no debió ser fácil construir una historia a la altura de la larga vida del artista y de su excepcional destino. Tantos éxitos artísticos, encuentros significativos, anécdotas increíbles, por no hablar de una vida privada que no era precisamente aburrida... Todo esto, a lo largo de nueve décadas, condensado en una hora y cuarto.

Charles Aznavour junto a su amigo Pierre Roche, persiguen el éxito y más tarde Édith Piaf lo acoge bajo su protección. Sin embargo, la generosidad de la Môme conlleva exigencias que, al final, resultan demasiado altas.

Por no hablar del interludio en un cabaret de Montreal, y el regreso a París, cuando el artista decide emprender su propio camino en solitario, dejando atrás familia y compañeros de viaje.

En un ingenioso contrapunto, los directores evocan el momento decisivo de su carrera: el estreno de “Je m’voyais déjà”, la canción que celebra a un artista fracasado sobre los reveses de un cantante frustrado, justo lo contrario de lo que le sucedió posteriormente. Esta paradoja, entre ironía y verdad, resume la esencia del artista.

El filme evita idealizarlo por completo. No elude su lado tormentoso y perfeccionista, ni su tendencia a la soledad. Pero, al hacerlo, humaniza a este artista que, entre luces y sombras, dejó una huella incalculable en la cultura musical francesa.

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