Canal Europa “Canal Europa”, una década escuchando el pulso del continente12/12/2025
TP

El 15 de diciembre de 2015 comenzaba una travesía que hoy cumple una década: la de Canal Europa, un espacio radiofónico nacido con la voluntad de observar el continente desde la vida de sus ciudadanos y no desde los grandes despachos.

Con esa mirada cercana, a lo largo de más de 500 emisiones, el programa se propuso recorrer el día a día de Europa, descubrir sus retos y celebrar sus logros, convencido de que el proyecto europeo lo construyen, ante todo, sus habitantes.

El viaje arrancó con un símbolo: la Cumbre del Clima de París. Aquel primer programa evocó a El Principito, ese niño eterno que cuidaba su pequeño asteroide con la delicadeza de quien sabe que su hogar es frágil.

Diez años después, entre París y Belém, el mundo sigue discutiendo sobre cambio climático con urgencia creciente, aunque sin los avances necesarios para la magnitud del desafío. Ese arranque se ha convertido, casi, en la metáfora del propio Canal Europa: observar, advertir y recordar que el planeta exige cuidados constantes.

Durante esta década, la Unión Europea ha afrontado transformaciones profundas que el programa ha seguido de cerca. Dos de ellas destacan por su alcance: la demografía y el medio ambiente. Alcaldes y presidentes regionales coinciden en que la emigración hacia las ciudades y el envejecimiento del medio rural conforman un espejo doble.

Las grandes urbes necesitan inversiones en vivienda, educación o transporte para acoger a jóvenes que buscan oportunidades. Los pueblos, en cambio, lidian con una población envejecida y crecientes necesidades sociales y sanitarias, a menudo sin recursos suficientes. Comprender esta dualidad ha sido fundamental para explicar una Europa que cambia, a veces, a un ritmo vertiginoso.

La dimensión social también ocupó un lugar central en estos diez años de emisiones. La emigración y la llegada de refugiados, la violencia de género, la exclusión que sufren minorías como los gitanos o los samis…

Canal Europa dio voz a quienes viven en los márgenes y también construyen el continente. Historias de familias que cruzaron fronteras para sobrevivir, de mujeres que rompieron silencios o de jóvenes que reclamaron un espacio para su identidad cultural recordaron que la Europa social es tan real como la institucional.

El programa ha acompañado asimismo momentos de gran impacto: incendios devastadores, inundaciones mortales, erupciones volcánicas. Catástrofes que mostraron, al mismo tiempo, la resiliencia ciudadana y la capacidad de cooperación entre países.

Y junto a esa realidad a veces dolorosa, la cultura se mantuvo como una brújula. El cine, uno de los grandes tesoros culturales del continente, también ocupó su espacio. Europa, cuna de los Lumière, ha consolidado un tejido audiovisual vibrante y diverso, demostrando la potencia creativa de una industria que hace reír, pensar y soñar.

Más allá de la cultura, Canal Europa recorrió el Mediterráneo —pequeño en el mapa, inmenso en historia— y otros mares como el Báltico o el del Norte, fronteras vivas del continente. Y viajó en el tiempo para rescatar los juegos de los niños griegos, los espectáculos romanos o la génesis del parlamentarismo medieval. Porque Europa se entiende mirando hacia adelante, pero también al pasado.

Las ciudades, escenario imprescindible del proyecto europeo, tampoco quedaron al margen. Allí se concentran los grandes desafíos de convivencia: violencia urbana, tensiones sociales y atentados terroristas, que marcaron a una generación. Pero también hay ciudades cargadas de simbolismo político —París, Roma, Maastricht, Lisboa, Schengen—, donde se soñó y se firmó la Europa comunitaria.

El programa miró al cielo para acompañar a la sonda Rosetta en su despedida sobre el cometa 67P, un recordatorio de que Europa también es ciencia y exploración. Y celebró hitos como las cuatro décadas de las Capitales Culturales Europeas, los 100 años del fin de la Primera Guerra Mudial o los 75 años de la liberación de los campos de exterminio. Durante la pandemia, reflexionó sobre la fragilidad humana y la solidaridad colectiva.

Todo ello desde la radio pública, testigo fiable en un mundo saturado de ruido. Hoy, diez años después, Canal Europa sigue adelante, incluso sin su blog en RTVE, desaparecido hace pocas semanas. Continúa su viaje por un continente lleno de contradicciones pero también de esperanza.

Porque Europa —como el Principito— solo se comprende cuidando lo que amamos. Y Canal Europa ha querido, precisamente, cuidar la memoria, la diversidad y el futuro de un proyecto que, pese a los ataques del exterior y las tensiones internas, sigue buscando su futuro en un horizonte complejo.

Más información en este link https://4dinfo.net/diez-anos-de-canal-europa-un-viaje-por-la-vida-cotidiana-del-continente/

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