Ars sonora La música electroacústica de Iannis Xenakis (3/8)12/03/2022
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En 2022 se cumplen cien años del nacimiento del compositor greco-francés Iannis Xenakis, que vivió entre 1922 y 2001. Si su obra, en general, puede considerarse entre las más innovadoras e influyentes de entre las surgidas en la segunda mitad del siglo XX, esto es especialmente cierto en lo que respecta a su producción compositiva electroacústica. Xenakis fue un precursor en diversos ámbitos de la creación con medios electrónicos que, en los últimos tiempos, están cobrando más y más vigencia: síntesis granular, instalaciones sonoras, música algorítmica...

Ars Sonora dedica un ciclo de ocho programas —el más extenso de los hasta ahora emprendidos en la etapa actual de nuestro espacio— a poner en valor y en perspectiva la obra electroacústica de Iannis Xenakis, repasando todas las creaciones que desarrolló en este ámbito a lo largo de su vida. En ocasiones complementaremos ese repaso del catálogo electrónico xenakiano con la escucha de algunas de sus composiciones instrumentales, y también escucharemos obras de otros autores que pueden ayudar a ubicar adecuadamente las aportaciones del músico griego dentro de su contexto histórico.

En esta tercera edición del ciclo ahondamos en las preocupaciones xenakianas acerca de las relaciones entre el sonido y el espacio —una cuestión que, desde luego, nos acompaña desde el primer episodio de esta serie, y que de hecho continuará estando presente en las próximas—. Para abordarlo recurriremos a un texto de la musicóloga (o, más bien, filósofa de la música) Carmen Pardo Salgado, titulado "El papel de la abstracción en Iannis Xenakis", e incluido en su recomendable libro "Música y pensamiento. Apuntes de un encuentro", publicado en 2019 por la editorial de la Universidad de Jaén.

La primera composición musical que nos guiará a través de esas reflexiones es una importante obra electroacústica de Xenakis fechada en 1969, "Hibiki Hana-Ma". Se trata de una pieza creada para la Exposición Universal de 1970 en Osaka (Japón). Fue concebida para ser reproducida en bucle, mediante una cinta magnética, en una sala que contaba con un equipamiento acústico de última generación en aquel entonces, con unos 700 altavoces repartidos bajo el suelo y 128 altavoces suspendidos del techo y distribuidos simétricamente a través del anfiteatro del pabellón.

Las audaces propuestas xenakianas acerca de la espacialización sonora también encontraron un importante desarrollo en el "Politopo de Cluny", una propuesta presentada en 1972 en el centro de París, la ciudad que acogió a nuestro protagonista tras su exilio desde Grecia. Allí, las termas galorromanas de Cluny —que se encuentran entre los restos antiguos más monumentales del norte de Europa, gracias en particular a la conservación de una vasta sala abovedada, el frigidarium— acogieron esta obra que, si bien su autor describió como uno de sus "polytopes" —expresión acuñada por él mismo—, hoy podríamos calificar como una instalación multimedia.

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