Abrimos hoy nuestra asamblea del saber con el pensamiento de dos filósofos; Stuart Mill, más conocido por su dedicación política, y Harriet Taylor, quien acabaría siendo su pareja sentimental y compartiría con Mill el mismo pensamiento filosófico. Juntos iniciarán lo que se considera la segunda ola de feminismo: lucharán por el derecho a la educación de la mujer y por llevar la igualdad al campo jurídico. Ambos hablan de la servidumbre legal de las mujeres. Lo cuenta Paz Pérez Encinas en su sección "Un cuarto propio".
Enric F. Gel, en su sección "Pensemos fuerte" nos trae un supuesto imaginario que encierra, como siempre, un dilema ético. Imaginad por un casual que Donald Trump puede volver a presentarse a las elecciones. Y quiere que Mark Zuckerberg le vote. Para asegurarse, le pide a Elon Musk (sabemos que han vuelto a hacer las paces) que introduzca a Mark un microchip de Neuralink en el cerebro para monitorear sus deliberaciones políticas. Si Marck decide no votarle, el chip actuará y le obligará a hacerlo. En este supuesto, cuesta pensar que Zuckerberg tiene opciones abiertas para actuar de acuerdo a su libre albedrío. Y esta es la propuesta. Libertad, determinismo y compatibilismo (la creencia de que el libre albedrío y el determinismo son compatibles entre sí), con nuestro filósofo adicto a los dilemas morales y filosóficos.
Cierra el plantel de hoy el guionista y filósofo Daniel Tubau que viene con ganas de repartir un poco de estopa a los clásicos. Sobre todo, como ha dicho él en alguna ocasión con algo de ironía, porque no pueden defenderse. Tubau argumenta desde su platillo escéptico en su sección "Sképsis, atrévete a dudar", cómo Platón, reconociéndole su inmenso legado e influencia, es un filósofo bastante astuto y hasta un pelín tramposo, porque acude a la maniobra del deus ex machina en su obra cuando él mismo defiende que no debe utilizarse en narrativa por ser un recurso facilón. Por tanto, para Daniel Tubau, Platón sería algo así como el Charlie Kaufman (el reputado guionista) de la filosofía.