Cuenta la leyenda que, en el Templo de Apolo en Delfos, lugar al que los peregrinos acudían a preguntar sobre su futuro, cuando consultaban al oráculo se podía leer en la pared una inscripción que rezaba: “Conócete a ti mismo”. Hoy hablamos con Vico de un aforismo trascendental en el mundo occidental que Sócrates y posteriormente Platón asumieron como la piedra de clave fundamental para la construcción filosófica.
Pero, cuenta nuestro colaborador, tuvo que ser Aristóteles quien le diese todo el sentido a la frase; es decir: “conócete a ti mismo para sabiendo en qué eres bueno puedas ayudar a los demás”. Con su espíritu crítico, Vico recuerda que, al leer esta reflexión, creemos que es una invitación al autoconocimiento sin mayor trascendencia. Pero nada de eso.