Aristóteles pensaba que las razones y las emociones están mucho más cerca de lo que parece y que las pasiones son, en cierto modo, razones de las que no somos conscientes, algo que va en contra de lo que cree casi todo el mundo hoy en día. Así comienza su sección "Sképsis, atrévete a dudar" el filósofo y guionista Daniel Tubau, quien analiza en esta ocasión los aspectos morales, éticos y filosóficos del asco y comparte con nosotros algunos experimentos sociales que demostrarían cómo el lenguaje que se expresa en palabras y las imágenes y las definiciones que hacemos del mundo pueden llegar a influirnos.
Por ejemplo, explica Tubau, es bastante difícil matar a seres humanos fríamente, pero resulta mucho más sencillo si se trata de bichos repugnantes, de cucarachas, de gusanos, de insectos, de ratas, o de bestias, hienas y víboras. Insectos, ratas, parásitos, alimañas… son animales que dan asco. Si conviertes a tus rivales políticos o a los que no piensan como tú en bichos, todo está permitido. Esa es la táctica -prosigue el filósofo- que han empleado siempre los dictadores, los colonialistas, los imperialistas, los nacionalistas, los nazis, los fascistas, los comunistas y cualquier grupo que haya tenido que enfrentarse al "fastidioso" problema de eliminar a todos los seres humanos que no comparten sus ideas.