Estos últimos tiempos, perseguir la felicidad se ha convertido en casi una obsesión.
El cineasta, guionista y filósofo Daniel Tubau se ha propuesto revisar lo que dijeron los clásicos sobre ella. Y, aunque los pensadores griegos y romanos estaban en desacuerdo en casi todo, coincidían en algo esencial: el propósito de la vida para ellos es despertar y aprender a guiar nuestro impulso profundo, nuestro "daimon", hacia su plenitud.
En su libro "Siete maneras de alcanzar la felicidad, según los griegos" (Ed. Ariel), Tubau se apoya en dos premisas: la de rechazar fórmulas mágicas y la de no esconder las discusiones entre filósofos alejando cualquier imagen idealizada de ellos. Porque aquellos sabios, precisa Tubau, no eran tan sabios; eran más bien amantes de la sabiduría. Se insultaban mucho, pero eran grandes discutidores, "y eso es bueno", señala Tubau.
En una charla trepidante, recorremos con el autor esos siete caminos propuestos por las grandes escuelas de la Antigüedad: el platonismo y su sabiduría trascendental, el epicureísmo con sus placeres serenos, el aristotelismo y su ideal de equilibrio, el estoicismo como vía de transformación, el hedonismo que celebra el gozo, el escepticismo que cultiva la duda hasta el materialismo de Demócrito y centrado en el buen ánimo.
Daniel Tubau se moja, se implica, opina y cuestiona. Y señala que ni hay una sola receta, ni hay siete, porque nos quedaríamos cortos. Para él, habría tantas como ciudadanos en el mundo. Y eso nos lleva a la cifra de los 8.200 millones, que somos los ciudadanos que ahora mismo poblamos el planeta Tierra.
Y, tras pensar con los clásicos y redescubrir el arte de una vida lograda, David Hernández de la Fuente nos lleva hasta al lugar que supuso una revolución para la humanidad, Mileto. Allí nos espera el primer filósofo de la Historia.