"Al conde de Romanones le prometieron un sillón en la Real Academia Española y, como se lo dieron a otro, exclamó indignado: "¡Joder, qué tropa!". Los poetas del 27 orinaban en los muros de la docta Casa y Valle Inclán en 'Luces de bohemia' llamó a los académicos cabrones. Juan Manuel de Prada, desde las páginas de ABC, los ha calificado de bueyes, o sea, toros desbravados, retomando una metáfora de Valéry. Con esa artillería pasada y pesada, resultaría pecata minuta que el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, haya dicho que la Academia "está en manos de un catedrático en Derecho Administrativo experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias". Pero los académicos, todos a una, han salido en defensa de su director, Santiago Muñoz Machado." Conocemos la 'cara B' de la semana con Juan Carlos Soriano.