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Cómic

'Romeo muerto', la lucha de Santiago Sequeiros contra sus demonios

  • Una potente historia autobiográfica que le ha llevado 24 años concluir
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Detalle de la portada de 'Romeo muerto'
Detalle de la portada de 'Romeo muerto'

Considerado uno de los mejores ilustradores de la prensa actual, Santiago Sequeiros (Buenos Aires, 1971) entró a lo grande en el cómic español de los 90 con tres obras (Ambigú, Nostromo Quebranto y To apeirón) que le valieron el premio al autor revelación en el Salón del Cómic de Barcelona de 1996 y lo convirtieron en la joven promesa del cómic español. Entonces empezó a trabajar en una obra que todos esperábamos con avidez, pero empezó a tener graves problemas con el alcohol, que lo llevaron al extremo de pensar en el suicidio.

Afortunadamente superó esa adicción hace diez años y también ha conseguido concluir ese cómic, al que ha dedicado 24 años de su vida y que es un fiel reflejo de por lo que ha pasado. Su título es Romeo muerto (Reservoir Books) y está destinado a convertirse en un clásico.

Ambientado en la ciudad expresionista de La Mala Pena (como toda su obra), el cómic comienza con la Semana de Pasión en las que las cofradías se arrastran por las calles bajo una lluvia de orujo y se da sepultura a la Mama Grande, antigua gobernanta y madrastra de esta ciudad consagrada a la transgresión y al desamparo. Un espectáculo que Romeo Resuello (alter ego de Sequeiros) observa desde las ventanas del hotel en el que vive, que no es otra cosa que su propio cadáver.

Páginas de 'Romeo muerto'

"Me dí cuenta de que vivía dentro de mi propio cadáver"

En una entrevista telemática desde Almeria, donde reside, Santiago nos confiesa que empezó el cómic como una historia de desamor: "Cuando empiezo un tebeo quiero contarme algo a mí mismo, pero no sé exactamente qué. Proyecto en esas páginas una situación personal que me preocupe o me perturbe, lo que supongo que tiene que ver con la mala conciencia. En este caso, la imagen que me vino era la de un conserje de hotel que está solo en el edificio porque, en realidad, está encerrado dentro del cadáver del recuerdo de su mujer. En esa época, cuando yo tendría unos 27 años, había vivido una historia de amor larga que se había acabado y el tema del desamor era la clave de mi felicidad".

Pero al final, el cómic habla de esos 24 años en los que se ha matado bebiendo: "Todo eso era mentira porque, al final, la clave de bóveda de la felicidad es uno mismo. De lo que me di cuenta según hacía el cómic es que el desamor, para una persona que realmente no ha amado, no tiene mucho sentido. Y echamos la culpa a ese desamor de nuestras desgracias, lo que es una simple excusa. Echamos la culpa de nuestra incapacidad de amar a que no nos quieren. Como no sabemos amar nadie nos quiere. Eso es muy típico de la gente a la que nos encanta compadecernos".

"Así me di cuenta de que estaba viviendo dentro de mi propio cadáver; lo demás eran andamios, justificaciones para tapar mis propios problemas. Y ahí empecé a ahondar en el personaje de otra forma. Pienso en el personaje de Dirk Bogarde en Portero de noche (Liliana Cavani, 1974), un tipo que vive para sí mismo y muy dentro de sí mismo. Yo me veía muy reflejado en él".

Página de 'Romeo muerto'

"Quería matarme bebiendo"

En esa época fue cuando empezaron los problemas de Santiago con el alcohol: "Mi alcoholismo fue subiendo y a los 27 años uno sabe que es alcohólico porque empecé a tener problemas. Pero todavía no sabía en qué consistía eso y como me iba a ir aislando en los años venideros, cortando todos los lazos con la gente y apartando todo lo que se entrometiera en mi relación con el alcohol. Al final, me di cuenta de que tenía un miedo atroz a la vida y me encerraba, como le pasa a Romeo en ese hotel del cómic, que es su propio cadáver".

"Llegué a un punto en el que no podía dibujar, no podía leer… no podía hacer absolutamente nada que no fuera beber -asegura Santiago-. Estaba psicológicamente acabado y llegué a no asociar ideas. Me convertí en un vegetal alcohólico a los 40 años. Hasta que llegó un momento en el que se me acabaron las excusas y no podía echar la culpa a otros. Y lo único que quería era no pensar, no sentir… en definitiva, matarme bebiendo, porque no quería vivir. Estuve así casi un año".

"Lo único que me salvó fue el terror a desaparecer del todo. Por eso pedí ayuda a mi exmujer, que me ayudó con el mono. Regresé a Alcohólicos Anónimos, donde estuve tres o cuatro años, y conseguí dejarlo. Aunque ese primer año de abstinencia fue el peor de mi vida. Por eso hay muchísimo alcohol en este tebeo" -concluye Sequeiros-.

Un cómic que ha acumulado capas de lectura durante 20 años

Estos más de 20 años y las intensas experiencias que ha vivido Santiago han hecho que el cómic tenga varias capas de lectura. “Los significados van superponiéndose –asegura- de forma que lo que empezó siendo una historia sobre perdedores con un halo romántico (tenía 27 años y me encanta Tom Waits, Bukowski…) ha acabado siendo algo mucho más duro y real, porque el alcoholismo es mucho más árido y la pobreza no tiene ningún tipo de romanticismo”.

"Y no sé si es también por la edad -añade- pero creo que según crecemos, en vez de preocuparnos por lo que nos pasa, comenzamos a bucear a ver de dónde proviene eso que nos pasa. Y cada vez miramos más al pasado. Me he dado cuenta de que escarbo en raíces que tienen que ver con mi infancia pero de una forma preconsciente, porque de mi niñez apenas recuerdo nada. Sin embargo ahí hay un vacío que que yo creo que es el que tapé con el alcohol. Aunque no sé exactamente qué es. Aunque tengo alguna sospecha. Y ese miedo preconsciente está en el cómic".

"Pero sí -concluye- Hay cientos de capas de significados en el cómic, lo que hace que la historia transcurra de una forma muy circular, envolvente y muy poco lineal. Porque el tema de las tramas me interesa muy poco".

Por cierto que también hay mucha poesía en este fascinante cómic.

Página de 'Romeo muerto'

Una portada espectacular y llena de significados

Visualmente todo en este cómic es espectacular, desde el gran tamaño del libro hasta el maravilloso blanco y negro de Santiago. y, por supuesto, la portada, que está llena de significados. "Esa portada es la carta de El ahorcado (del Tarot) al que he añadido el arquetipo del sacrificio de Adonis. También se ve a Cristo en esa portada porque Adonis es un arquetipo anterior pero muy parecido. El sacrifico de Adonis, de Atis, de Cristo y el de Osiris son básicamente el mismo arquetipo: Se coge un dios (Adonis), se lo cuelga de un árbol y se lo despelleja. Era el sacrificio necesario para que la diosa Hécate diera prosperidad a la familia; un mito primaveral que tiene que ver con lo que la gente come”.

“Además -continúa-, convierto ese destripamiento del dios en una vulva. Algo que contrasta con la contraportada en la que está el Corazón de María. Inventé ese símbolo del corazón de María en el 97, cuando empecé a hacer los primeros bocetos de Romeo. Yo vivía en Sevilla y había visto ese símbolo en las estampas religiosas y me encantaba. Así que exageré todos esos elementos del Corazón de María convirtiendo la llaga de Cristo en una vagina; las espinas que atraviesan el corazón hice que lo envolvieran como si fuera un puercoespín. Y en cuanto a la llama, la convertí en una garra".

"Era un símbolo que creé para fustigarme y que me pegaba bastante en esa época como autorretrato. Tengo un problema de gestión de emociones y lo que hago es blindarme ante los demás, escondiéndome dentro de mí mismo y evitando enfrentarme a la realidad porque me hiere".

Además, Sequeiros confiesa que: "Me encanta la iconografía religiosa y medieval. 10 años más tarde de crear ese símbolo, leí un manuscrito en el que me encontré, en una capitular, la herida de Cristo, que no es la del costado, sino la madre, la vulva, el símbolo antiguo de la madre tierra. Me fascina esa historia de cómo han ido mutando los símbolos en el subconsciente colectivo y descubrir que la llaga proviene de una vulva y esa vulva a su vez viene de la madre. Ahí es cuando adquiere otro significado”.

Portada de 'Romeo muerto'

"En La Mala Pena enterré a Nietzsche"

Como todas las obras de Sequeiros, esta historia está ambientada en una ciudad expresionista, La Mala Pena, que es una mezcla entre "un purgatorio y un pudridero" y en el que conviven nazarenos macilentos, pederastas, tullidos, pirómanos, enanos volatineros, profanadores de cadáveres... y los protagonistas de las obras anteriores de Sequeiros, desde Ambigú Rebis (un justiciero ataviado con una máscara de cuero que "es católico, masoquista y sentimental, devoto de dios y sirviente del pecado") a Nostromo Quebranto (uno de los cuatro sepultureros borrachos que enterraron a dios), sin olvidar a Susi Patíbulo, Fanny Pelopaja, Pascual Friolera, Simónide Rebis, Circe, Sanson Jonás Job, Víctor T. Flammin....

"La Mala Pena es un reflejo de la realidad -nos cuenta Santiago-. De pequeño cambié mucho de colegio y sentía que no encajaba en ninguna parte. Y esa ciudad es un mapa mental de mi cabeza en la que enterré a dios, porque en aquella época me estaba leyendo a Nietzsche. Sería ese sitio en el que recluirme y no enterarme de lo que pasa en el mundo real. Se me ocurrió enterrar a dios, como una metáfora de enterrar al padre. Y con el tiempo se me ocurrió que esa tierra se había regado con el sacrificio de la madre. Eso son capas que vas añadiendo después porque de joven solo me preocupaba cómo me veía mi padre y todo lo demás lo iba sublimando".

"Y ahora con la edad me doy cuenta de que tenía que haber tenido más presente a mi madre, aunque inconscientemente si la tuviera. En mi caso, cuando era adolescente todas las culpas se las echaba a mi padre, de cómo era yo. Y como no podía alcanzarlo, me iba apartando de él. La Mala Pena es un reflejo perturbado de una realidad inconsciente. Son materiales psicológicos con los que me gusta trabajar. Aunque no en forma de terapia, porque para dejar de beber ya fui a Alcohólicos Anónimos".

Página de 'Romeo muerto'

"Mi plan es hacer Romeo hasta que me muera"

En cuanto al futuro, Santiago asegura que quiere hacer una tetralogía centrada en La Mala Pena: “Aunque es posible que tarde otra década en hacer el segundo tomo porque sobre todo estoy centrado en mi trabajo para el diario El Mundo y algunos encargos que me llegan de ilustración. Además me he venido a vivir a un pueblo de la costa de Almería porque puedo pagarme el alquiler. Me gustaría dedicarme a los cómics pero nunca me han dado dinero y no creo que me lo empiecen a dar ahora. Aunque espero que este Romeo se venda bien. Yo estoy encantado de cómo ha quedado, aunque no creo que se venda mucho. Pero no voy a dejarme arrastrar por una ilusión o una quimera".

"La realidad se impondrá. Si tengo tiempo y dinero, quizá haya otro Romeo antes de diez años, pero si las cosas siguen como ahora Romeo se quedará como está. Aunque mi plan es hacer Romeo hasta que me muera. Ya tengo pensados los cuatro libros y tengo notas por todas partes. Pero quiero vivir, y por eso iré haciéndolo a mi ritmo.

Página de 'Romeo muerto'