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Scott McCloud: "Con 'El escultor' quería romper el corazón del lector"

  • La historia de un artista que hace un pacto con la muerte
  • Neil Gaiman ha dicho de ella: "es el mejor cómic he leído"

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Scott McCloud y un fragmento de la portada de 'El escultor'
Scott McCloud y un fragmento de la portada de 'El escultor'

Scott McCloud es uno de los mayores estudiosos del lenguaje y los códigos del cómic, además de un multigalardonado autor por obras como Entender el cómic, Reinventar el cómic y Zot!. También fue el impulsor del fenómeno Un cómic en 24 horas, que ha hecho furor en todo el mundo, y uno de los pioneros del wébcomic. Y suele impartir conferencias sobre el poder de los cómics y la comunicación visual. Ha estado en el Salón del cómic de Barcelona para presentar su nueva obra El escultor (Planeta Cómic). Una reflexión sobre el arte, la fma y el amor, protagonizada por un escultor que hace un pacto con la Muerte para no ser olvidado.

McCloud se ha pasado los últimos años explorando las posibilidades del cómic digital, pero ahora “He querido volver al papel impreso porque esta historia tiene varias décadas, nació cuando tenía veintitantos años y he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre ella, pero siempre concibiéndola como libro

“Durante estos años he estudiado los cómics digitales –continúa- y eso me ha ayudado a conocer las limitaciones que tienen el papel y la tinta. Y lograr entender esas limitaciones hace que trabajar con ellas sea realmente interesante.  He luchado para intentar superar esas limitaciones y las fronteras de las páginas con el dibujo”.

“El papel todavía puede ser una herramienta muy potente para contar historias, pero para poder trascender sus limitaciones hay que conocerlas” -afirma-.

Un personaje con mucho de autobiográfico

El protagonista es David, un joven escultor que vende su vida a la Muerte a cambio del poder para crear esculturas con sus propias manos. Sin saber que en ese tiempo de vida que le queda va a encontrar el amor verdadero.

Una historia con componentes autobiográficos. “Cualquier autor que cuenta una historia tiene que entrar en contacto con elementos de su propia vida. En mi juventud yo era un artista tan obsesivo como David, cuando tenía unos 25 años. Ahora he cambiado muchísimo y tengo menos que ver con el personaje. Y parte de esa transformación se debe a la mujer de la que me enamoré”.

“Por eso mi esposa, esa mujer de la que me enamoré, se parece enormemente a la protagonista del cómic –asegura-, es la que logra sacarle de su soledad. Ella ha es mi inspiración para la protagonista”.

Pero no son los únicos personajes basados en personas reales: “Cuando creamos, algunos artistas buscamos lo que tenemos más cerca, la familia… Cuando tuve que crear el personaje del tío-abuelo, Harry,  que representa a la muerte, me basé en mi suegro, el padre de mi mujer. Muchos lectores norteamericanos me dijeron que se parecía un poco a Stan Lee, el padre del universo Marvel. Pero es mi suegro, que estaba encantado con convertirse en un personaje de cómic. De hecho, bromeaba constantemente diciendo que lo sacaba poco y que tenía que aparecer más. Desgraciadamente murió cuatro días antes de que el libro se publicase. No llegó a verlo impreso, pero disfrutó muchísimo de la gestación”.

“No estoy cabreado con el mundo del arte”

El libro también es una aguda reflexión sobre el arte moderno y sobre el mercado del arte. “A veces es difícil distinguir el arte –asegura- porque se disfraza, y depende mucho del punto de vista. Afortunadamente el arte no es una ciencia. Pero yo no estoy cabreado con el mundo del arte, como mi personaje. No es una crítica al mundo del arte, sino el retrato de alguien que se siente oprimido por el mundo del arte”.

“La gran mayoría de los artistas son amables y muy creativos. Y la mayoría de las galerías no ganan dinero e intentan dar a conocer obras que les gustan con mucho trabajo y pocos beneficios. En un momento del libro, se dice que el enfrentamiento con el arte no lo tenía David sino su madre, por lo que también hay una historia de aceptación familiar”.

“Fausto” y “El séptimo sello”

El cómic también tiene influencias de grandes clásicos como Fausto o El Séptimo sello. “Más de El séptimo sello –asegura McCloud- . Me encanta la película de Bergman pero no soy un experto en Goethe ni en Christopher Marlowe. El mito de Fausto ha calado profundamente en la cultura popular y es por esa vía como me ha llegado a mí. Pero lo que no quería es que esta historia fuera sobre otras historias”.

Lo que tiene muy claro es que no vendería su alma al diablo a cambio de una gran historia. “No. Nadie debería vender su alma al diablo. No creo en las almas, pero si existieran, ¿quién sería el imbécil que la vendería para ir directo al infierno?”.

“Lo interesante de esta historia –continúa- es que no vende su alma al diablo, sino su vida a la muerte, que le da un breve tiempo para poder dedicarse al arte plenamente. Y en el fondo… ¿No es eso lo que hacen todos los artistas, dedicar su vida al arte? No hace falta recurrir a historias fantásticas para encontrar a gente que da su vida por el arte, eso pasa en nuestro mundo todos los días”.

“Y yo soy una de ellas –asegura- he trabajado en este libro durante cinco años, once horas diarias, siete días a la semana. Creo que ya he hecho mi propio trato con la muerte”.

La evolución de la idea

En un proyecto tan largo, la idea original se ha visto radicalmente transformada. “El proyecto ha cambiado enormemente a medida que iba envejeciendo. Al principio quería contar la historia de un joven artista que no es que tuviera miedo a que no le recordasen, sino que tenía pavor de que lo olvidasen”.

“Las historias sobre la vida y la muerte, las cosas del corazón... son historias de gente joven. Pero las que tratan sobre el olvido y la aceptación son para gente más mayor. Así que, básicamente, en esta obra, han tenido que colaborar mi yo joven y el maduro”.

El futuro del cómic

Scott McCloud es uno de los mayores estudiosos del lenguaje y la evolución del cómic, y le hemos preguntado cómo ha cambiado en estos años y hacia dónde se dirige: “Empecé a escribir sobre el lenguaje de los cómics en 1993. Han pasado 22 años y el cómic ha cambiado enormemente. Ha variado el estilo, los lectores, los soportes, el lenguaje… Me gusta la diversidad del cómic actual y, sobre todo, que haya muchas más mujeres tanto haciendo como leyendo cómics”.

“Y la gente ha comprendido que se pueden hacer obras de arte, literatura de primer nivel, con el lenguaje del cómic. Eso no quiere decir que siempre se logre, pero poder se puede. Los cómics han cambiado tanto que a veces esa variedad hasta me marea un poco”.

Neil Gaiman: “El escultor es el mejor cómic que he leído”

Neil Gaiman, el popular autor de Sandman o Coraline, aseguró en twitter que El Escultor era la mejor novela gráfica que había leído en su vida. Algo que llena de orgullo a McCloud. “Es maravilloso. Es curioso que diga algo así de una obra cuyo objetivo es romper el corazón del lector. Gaiman no sólo twitteó esa cita sino que iba comentando cosas mientras leía el libro. Y en un momento dado comentó que estaba solo en la cocina y no había podido controlar el llanto, se había puesto a llorar. Y un amigo le respondió: ¿Tan mala es? –risas-”.

En cuanto a sus proyectos, Scott asegura que su próximo trabajo no va a ser una obra de ficción sino "un libro sobre comunicación y educación visual, no sólo centrado en el cómic sino en todos los medios de comunicación e información”.