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Louis Vuitton: decadencia, erotismo y pijamas.

  • Marc Jacobs propone prendas de corte lencero con abrigos de astracán
  • Sarah Burton enamora con la preciosista colección de McQueen
  • Vuelve a ver los desfiles de Valentino, Chanel, Dior o Balenciaga.

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Louis Vuitton, otoño e invierno 2013/14
Desfile de Louis Vuitton, otoño e invierno 2013/14.

Su presencia ha robado protagonismo a todo lo demás. Kate Moss ha regresado a la pasarela de la mano de su amigo Marc Jacobs y ha desfilado con las transparencias de Louis Vuitton. La top model, con peluca morena, se lleva la atención y los aplausos aunque la colección también los merece.

Jacobs viaja en el tiempo y mezcla aires de los 20 con otros de los 50 para vestir a sus musas, amigas y mujeres inventadas en su fantasía, que recuerdan a Gloria Swanson y también a Juliette Gréco.

Las modelos salen de las puertas de un hotel decadente y caminan por un pasillo de luces frías que se reflejan en la piel porque llevan generosas transparencias, bordadas con exquisitos detalles de estilo oriental.

Salir de la cómoda, entrar en el armario

Ebrias de un glamour sofisticado desprenden erotismo con negligés, saltos de cama, pijamas, picardías y batines que pierden por completo su carácter casero, su intimidad, y salen a la calle bajo un abrigo de astracán.

La colección es nocturna, pasional, y su textura se basa en las caricias. Sedas con devorés, terciopelos de seda y tules contrastan con los abrigos, algunos de corte masculino. Los vemos en paño de suave lana, con mezclas de cuadros masculinos y paillettes brillantes que caen sobre la tela como gotas de un perfume.

Los estampados se mezclan con la tela lisa con efecto degradé. Entre los dibujos vemos una pequeña florecilla que se imprime sobre minivestidos, maxifaldas, vestidos-abrigos y chaquetas. Algunos con dobladillos de encaje o visón, como las prendas retro para estar en casa. Los bolsos, sin logo, se hacen en plumas de marabú o ganso pero también en cocodrilo.

McQueen sigue vivo

La casa Alexander McQueen exhine un ejercicio de belleza de corte histórico. La riqueza de la colección se debe a los tejidos, el preciosismo de cada detalle y la fantasía del patrón. El color blanco abandona su destino nupcial para acaparar el coctel y la fiesta, siempre con una variada carta de texturas.Los encajes, siempre muy elaborados como es norma en la casa, caen sobre faldas multicapa o crean volúmenes florales en mangas aferradas al codo.

También en blanco vemos vestidos cuajados de perlas con mangas de plumas y aplicaciones en el cuerpo. Pero los más increíbles son los que llevan el corsé con bordados de metales nobles, con aire regio, autenticas obras de arte que se acompañan de faldas y capas bordadas con hilos de sangre azul.

En negro vemos prendas que se bordan con perlas blancas formando paisajes arquitectónicos o un cielo cuajado de estrellas. Tocados, zapatos, guantes y medias completan el look royal que firma Sarah Burton (de baja por maternidad) que sigue manteniendo vivo el espíritu del desaparecido genio Alexander McQueen.

París, crisol de tendencias

Miu Miu apuesta por los topos y las rayas, a veces en juegos de contrastes. Rosas y amarillos, solos o en combinaciones diferentes, se cruzan con sencillos vestidos negros que salen en distintas versiones. Giambattista Valli se empeña en que las mujeres vaya a esquiar con plumíferos, capas y abrigos con detalles de alta costura. Estampados de montaña nevada, motivos salvajes y bordados de cristal hacen bellas las prendas para la nieve de Moncler Gamme Rouge.

La casa Hermés apuesta por prendas oversized en materiales lujosos entre los que destaca el cuero. La paleta, sobria y elegante, colorea una colección de silueta alargadas, faldas de talle alto y mimos de cashmere. Paul&Joe propone vestir con comodidad mientras hace guiños a los tejidos sofisticados con destellos metalizados.