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Jóvenes con síndrome de Down inician el Camino de Santiago cargados de ilusión

  • Diecisiete jóvenes recorrerán 115 km hasta llegar a Santiago
  • En la despedida, muchos nervios y alguna lágrima
  • "Hemos entrenado mucho", dicen los participantes

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Los diecisiete jóvenes posan antes de salir.
Los diecisiete jóvenes posan antes de salir.

Detrás de una gran sonrisa, caras de sueño y muchos nervios, 17 jóvenes de la Fundación Síndrome de Down de Madrid han partido este jueves hacia tierras gallegas para hacer parte del Camino de Santiago.

Desde primera hora de la mañana ha comenzado el goteo de familiares a las puertas de la Fundación, algunos más nerviosos que sus propios hijos. "Creo que he dormido yo menos que él", cuenta la madre de uno de los participantes mientras se despide con cariño.

Durante 10 días de viaje, el grupo recorrerá 115 kilómetros hasta llegar a Santiago de Compostela. Una vez allí recibirán la Compostelana y visitarán la Catedral. Ya por la noche y como premio al esfuerzo, la Fundación organizará una cena especial con todos los familiares que les estén esperando a su llegada. La última parada antes de volver a Madrid será acudir a la "Misa del Peregrino".

"He entrenado mucho"

"Mi hijo se ha despertado esta mañana en cuanto ha sonado el despertador, algo raro en él", cuenta el padre de Carlos, un jóven de 17 años para el que está será su primera vez en hacer el Camino de Santiago. "Yo lo hice hace dos y me pareció una experiencia muy enriquecedora, por eso sé que le va a encantar", apunta el padre.

Para Sergio, de 24 años, este es su segundo Camino de Santiago. Vestido con la camiseta de la selección española -como muchos de sus compañeros- y acompañado por el que será su compañero de viaje -el bastón de peregrino- espera ilusionado la salida del autobús. "Hoy he desayunado mucho para coger fuerzas", cuenta Sergio a RTVE.es.

Pablo, en cambio, dice estar tranquilo porque "ha entrenado mucho". Y es que estos jóvenes llevan desde el mes de mayo andando dos horas diarias en el Retiro para irse conociendo y también para coger forma física, algo que según sus monitores "se han tomado muy en serio".

Este jóven recuerda que el año pasado, en su primer Camino, se hizo un esguince, pero aún así llegó a Santiago. "En el Camino haces muchos amigos y te lo pasas muy bien", dice Pablo.

Tras media hora de fotografías en grupo, últimos consejos de los padres y charlas de los monitores, los jóvenes han salido en autobús muy animados y cantando hacia Sarria (Lugo), donde pasarán la noche y este viernes a primera hora comenzarán su aventura.

Los padres, algo nerviosos, han despedido a sus hijos en el autobús saludando con la mano al grito de "buen viaje". "Me parece una idea genial, esto les da autonomía e independencia y también nos dejan un poco libres a los padres", cuenta entre risas la madre de Álvaro, un jóven de 16 años que se ha convertido en el más pequeño de la excursión.

Cinco monitores y un coche de apoyo

El grupo irá acompañado en todo momento por cinco monitores de la Fundación y por dos patrones, Enrique Agudo y Bárbara Mayher. "Este es mi cuarto año y los chicos no dejan de sorprenderme, están muy preparados y tienen una buena forma física", explica Agudo.

El patrono de la Fundación apunta que el recorrido se hará en ocho etapas y al final de cada una, se elegirá por votación entre los participantes a dos "peregrinos del día". "Este premio se lo llevará el que mejor se haya comportado en la jornada, que no significa que sea el que más rápido lo haya hecho, sino quizá el que más haya ayudado al compañero", explica Enrique.

Bárbara, la otra patrona, reconoce sus nervios ya que es la primera vez que hace el Camino de Santiago. "Estoy algo inquieta pero sé que los chicos me van a ayudar", apunta.

Vamos a hacer que disfruten todo lo que puedan

Noelia y Carla son otras de las monitoras que acompañan al grupo y cuentan las ganas que tienen de que empiece la excursión. "Nos lo vamos a pasar genial y vamos a hacer que disfruten todo lo que puedan" cuenta Noelia, una joven que lleva intentando hacer este proyecto dos años.

Además de los monitores y patrones los diecisiete chicos estarán acompañados en todo momento por un coche de apoyo, algo fundamental ya que en él irán las maletas de los chicos, la comida, el agua y un buen botiquín de primeros auxilios por lo que pueda suceder.

El objetivo: la normalización

Todos los monitores y representantes de la Fundación Síndrome de Down de Madrid han querido destacar la buena actitud con la que se enfrentan estos jóvenes al reto.

Queremos conseguir su sonrisa y su integración

"Lo que se pretende es que estos chicos puedan participar en un entorno normalizado, queremos conseguir su sonrisa y su integración", explica Daniel Monge, coordinador de proyectos deportivos de la Fundación. "Hace unos años la gente se sorprendía, pero ahora ya nadie se sorprende por ver a estos chicos haciendo el Camino", apunta Daniel.

El objetivo compartido por todos los miembros del equipo es la normalización. "Estos chicos son capaces de hacer esto y más, muchas veces nos sorprenden a nosotros mismos", explica Enrique Agudo, quien apunta que tienen una capacidad de sufrimiento que es "de envidiar".

Preguntados por quién aprende más de quién, todos los que conviven con ellos vuelven a coincidir en que "estos chicos te dan lecciones a diario".