Es la primera vez que los conejitos ven una nevada. Al principio, a Boo la nieve le parece fría y asquerosa. Conocen al alce Dwayne, quien no está de acuerdo con Boo. Para él la nieve es muy divertida, así que enseñará a los conejitos juegos para reír y disfrutar. .

Boo tiene un nuevo robot. Le encanta copiar sus movimientos. Conocen al rinoceronte Rex y juegan con él en la pista de obstáculos. Rex no deja de tropezarse y de chocar contra todo. Eso le hace llorar. Los conejitos le ayudarán a superarlo enseñándole a ir más despacio, como si fuera un robot.

Recorriendo las montañas, se escucha una música muy especial que sale de la flauta de Bao, la osita panda. Cuando ella deja de tocar, sin saber por qué, se come su instrumento. Bao explica que estaba hecho de bambú, su comida favorita. Los conejitos le ayudarán a encontrar un nuevo instrumento.

La jirafa Jeff invita a Bop y Boo a jugar con su pista de carreras. Jeff presume de tener un coche que siempre gana. Bop compite contra él, pero resulta perdedor. Para sorpresa de todos, el coche de Boo, un bólido-zanahoria, vence al campeón. Pensando mucho, Bop y Jeff consiguen comprender por qué.

Durante un acampada en la selva, los conejitos valientes conocen a Chika y Chuka, dos monitas hermanas de la jungla. Jugando los cuatro a la pelota, a las monitas se les olvida siempre devolvérsela a los conejos. Por esta razón Boo rompe a llorar. Para consolarla, Bop se inventa el "balón-Boo".

Los conejitos valientes, Bop y Boo, deciden ir en busca de aventuras. Así, conocen al oso Barry, que está recogiendo fresas para que su madre pueda hacerle mermelada. Juntos, se inventarán el "fresacesto", un divertido juego que ayudará al osito a recoger la fruta sin distraerse.

Junto a su amigo, el reno Dwayne y sus padres, la familia de conejitos valientes disfrutará de una maravillosa fiesta de año nuevo nevado en el bosque. Prueban la deliciosa comida que han preparado y brindan por las nuevas tradiciones, mientras contemplan los fuegos artificiales de Pa.

Los conejitos valientes, Bop y Boo, le piden a Franny, su zorruela "amiga sin miedo", que les ayude a buscar el sombrero de su madre. El viento se lo llevó y juntos lograrán rescatarlo de las fauces de un gigante que lo tiene atrapado.

Es otoño y los conejitos se encuentran con su amigo, el osito Barry, que se está haciendo una almohada de soñar. Barry les explica que la necesita para cuando se vaya a hibernar. Por esa razón, el pequeño oso está buscando hojas de colores con las que rellenar su almohada.

Bop y Boo se divierten tocando el tambor. Reciben la visita de su amiga Bao, la osita panda, que les ha escuchado desde su casa. Con su nuevo invento, el sombrerero automático, Pa fabrica sombreros para Ma y para los niños. Los tres amigos se divertirán mucho decorando sus nuevos sombreros

Los conejitos valientes conocen a Kevin, un pequeño cocodrilo al que confunden con una roca, porque está completamente rodeado de mariposas. Kevin les explica que ese es su juego favorito. Bop como Boo quieren jugar con él.

Es el día del deporte y los conejitos valientes vuelven a encontrarse con Kit, su pequeña amiga canguro. A pesar de que ella es una excelente saltadora, no sabe saltar a la comba. Bop y Boo le enseñarán lo que debe hacer para conseguirlo.

En las montañas, los conejitos vuelven a encontrarse con su amiga Lara, la llama. Cuando los conejitos le cuentan que llevan puestos sus chubasqueros porque va a llover, Lara se preocupa mucho, ya que los cactus se estropean con el agua. Juntos, protegerán su jardín de Cactus de la lluvia.

En la escalofriante noche de las calabazas, Bop y Boo se ponen sus disfraces más terroríficos y se unen a su amigo, el mapache Ricky, para salir a asustar a los demás. Juntos, aprenderán a apoyarse mutuamente para lograr vencer el miedo.

En la selva, Bop quiere aprender a hacer malabares cómo los que hace Pa. Los conejitos valientes vuelven a encontrarse a sus amigas, las monitas Chika y Chuka y descubren que ellas son expertas en malabarismo.

En la sabana, los conejitos valientes se encuentran de nuevo con su amigo, la jirafa Jeff. El padre de Jeff ha construido dos coches de carreras para que los niños puedan jugar. Juntos, se ayudan mutuamente y consiguen empatar en la competición, convirtiéndose en tres verdaderos ganadores.

Junto a Franny, la imaginativa zorruela, Bop y Boo se divertirán mucho imaginando que un hechicero malo ha hecho un conjuro para envolver el mundo en una nube gris mágica. Todos juntos, se divertirán a lo grande, simulando que vencen al malvado hechicero, al conseguir que la niebla desaparezca.

Bop y Boo conocen a su nuevo amigo, Percy, un pavo real con una cola extraordinaria, aunque no consigue abrirla porque se pone muy nervioso. Bob le explica que, cuando tiene que silbar, él también se pone nervioso y le entra hipo. Silbando juntos, consiguen que Percy abra su cola extraordinaria.

Está anocheciendo en la pradera y Pa ha sacado su conejitelescopio. Observando las estrellas, Bop y Boo conocen a su nueva amiga Batty, una pequeña murciélago. Juntos, juegan a enseñar y compartir. Los conejitos le enseñan su conejitienda. Batty les enseñará muchas cosas interesantes de la noche.

En la sabana, los conejitos valientes conocen a Louis, un pequeño león. Louis les explica que está rugiendo para llamar a su hermano pequeño, Cubby, que siempre se esconde a la hora de la siesta. Juntos, le ayudarán a encontrarlo.

Jugando con sus pomperos, Bop y Boo conocen a la ratoncita Midge, que parece ser muy asustadiza. A Midge le dan miedo las pompas de jabón porque nunca antes las había visto. A Bop se le ocurre que los tres amigos pueden jugar a un juego de pompas para que Midge deje de asustarse con ellas.

Bop y Boo se encuentran con su amigo Dwayne, que está haciendo una gran bola de nieve y le ayudan a hacerla aún más grande. Después quieren subirla a una ladera para verla rodar, pero no pueden moverla. De esta forma, se dan cuenta de que, si usan bolas más pequeñas, consiguen dirigirlas mejor.

Los conejitos valientes conocen a la tortuga Shelly, quien juega con ellos en una yincana para encontrar cosas. Jugando con ella, Bop y Boo se dan cuenta de que no por hacer las cosas más deprisa, las terminamos antes. Tal como hace Shelly, es preferible hacer las tareas, tomándose su tiempo.

La pradera ha amanecido gris y lluviosa y los conejitos parecen estar aburridos. Conocen a la rana Arnold, quien les enseñará a hacer muchas cosas divertidas cuando llueve, como saltar en los charcos. Jugando y divirtiéndose los tres juntos, aprenderán a escuchar y a crear la lluvia musical.

Los conejitos valientes se encuentran con su amiga Kit, la canguro. Kit tiene un temporizador que cuenta el tiempo que transcurre. Juntos, deciden hacer una competición que ganará el que tarde menos en hacer algo. Al final, todos resultan ser los campeones del día.

Los conejitos valientes juegan a "seguir a la reina" con sus amigas, las monitas Chika y Chuka. Aunque al principio las monitas no dejan de pelearse, al final todos acabarán aprendiendo a respetarse mutuamente y a no enfadarse unos con otros. De esta forma, jugar es mucho más divertido.

El mapache Ricky enseña a Bop y Boo cómo se juega al golf. Pero Ricky cambia las reglas del juego cada vez que quiere. Esto molesta mucho a Bop, así que él decide crear también sus propias reglas. Todos parecen entenderlo y aceptarlo.

Es un día lluvioso en la selva y los conejitos valientes se van en busca de nuevas aventuras junto a su amigo, el tigre Garry. De esta manera, se convierten en exploradores valientes que deberán encontrar el lugar donde se esconde desde hace mucho tiempo un ídolo con forma de tigre azul.

En la ondulada pradera, los conejitos valientes se encuentran con su amiga Franny, la zorruela sin miedo. Con ella volverán a jugar a ser aventureros. En esta ocasión se convierten en rescatadores de los mares y los océanos. Entre otras aventuras, deberán rescatar a Pa y los bebés.

En el bosque, los conejitos valientes conocen a un nuevo amigo, Woof, un lobito al que le gusta hacer las cosas solo. Jugando por separado, a Bop se le ocurre que pueden divertirse los tres juntos, usando los dos juguetes que tienen.

Los conejitos valientes ayudan a Bao, su amiga osita panda, a pintar una pancarta para celebrar el cumpleaños de su abuela, que se celebra esa misma tarde. A pesar de que ellos no pintan igual que Bao, a ella le termina encantando su forma diferente de dibujar y les agradece mucho su ayuda.

Explorando las dunas de arena de la sabana, los conejitos valientes vuelven a encontrarse con su amigo Jeff, la jirafa. Jeff les enseña a manejar su juguete, un todoterreno teledirigido.

En las llanuras, Bop y Boo vuelven a encontrarse con su amiga, la zorruela Franny, que está buscando flores amarillas de diente de león para el té de su abuelo.

Los conejitos valientes vuelven a visitar a Dwayne en el bosque nevado. El pequeño alce les enseña a jugar al hockey sobre hielo. Juntos, deciden jugar un partido; los conejitos contra Dwayne.

Bop y Boo vuelven a encontrarse con su amiga Lara, que está jugando a cocinar. Los conejitos se unen al juego, pero, cuando Boo decide hacer un plato distinto, Lara se enfada y dejan de jugar.

Al regresar a la jungla, Bop y Boo se encuentran con su amigo, el tigre Garry, quien les desafía en una competición para encontrar la cosa más sorprendente de la naturaleza. Boo encuentra algo que lleva una sorpresa incorporada. Por eso, resultará ser la ganadora.

Durante una nueva visita a las montañas brumosas, los conejitos valientes se encuentran con su amiga osito panda, Bao. Ella les quiere enseñar cómo hacer figuras de origami. Juntos, descubrirán que, a veces, nos resulta más satisfactorio hacer cosas sencillas que hacer cosas demasiado complejas.

En el bosque, los conejitos ayudan a su amigo Barry a encontrar un tarro de miel que llevaba para su madre. El osito, que se distrae con mucha facilidad, lo perdió poco antes de quedarse dormido, cuando visitaba un nido de pequeños pajaritos.

En la jungla, mientras los conejitos valientes pintan en su mesa de manualidades, la camaleona Kara salta de flor en flor, cambiando de color para desaparecer, como por arte de magia. A Bop y Boo se les ocurre cómo pueden imitar con colores mágicos las técnicas de camuflaje de su nueva amiga.

Bop y Boo conocen Flou-Lou, un lémur que les enseña cómo toca sus instrumentos: un montón de utensilios de cocina que aporrea con un cacillo. Todos están de acuerdo en que es muy divertido tocar melódicamente, como conejitos, pero es igual de divertido hacer mucho ruido, como hacen los lémures.

En la sabana, Bop y Boo vuelven a encontrarse con Kit, la pequeña canguro. Kit intenta fotografiar a un saltamontes, pero le resulta imposible porque siempre hace mucho ruido y se escapan. Los conejitos valientes se ofrecen para ayudarle. Trabajando juntos, lograrán hacer realidad esa difícil tarea.

En la jungla, Bop y Boo conocen al pequeño tigre Garry, que está jugando a ser explorador. Juntos, le ayudarán a interpretar un mapa que le ha dibujado su padre y que guarda el secreto de un tesoro que papá tigre ha escondido para él.

En la sabana, Bop y Boo se hacen amigos de Zhenya, la cebra lectora. Como ella está leyendo ahora un libro con un enorme dragón verde, los conejitos deciden jugar a dragones. Junto a Zhenya, aprenderán que la imaginación nos ayuda a divertirnos a la vez que hacemos que se diviertan los demás.

En las llanuras, los conejitos valientes conocen a su nuevo amigo, el mapache Ricky. Con él, aprenderán cómo convertir las tareas aburridas en juegos. Se imaginan una emocionante misión de limpieza de basura espacial para recoger todos los juguetes que han dejado esparcidos por todas partes.

Los conejitos valientes visitan las montañas, donde conocen a Lara, una pequeña llama con la que aprenderán a encontrar diferentes utilidades para las cosas. Para distraer a los conejitos bebé, les representan un espectáculo de marionetas con los calcetines que Lara ha tejido.

En la playa, los conejitos valientes conocen a Carmen, una elegante flamenco a quien le encanta el ballet. Con ella, descubren que unos tenemos aptitudes mejores para cierto tipo de baile y otros las tienes para bailes diferentes. Y lo mejor de todo es que los bailes se pueden combinar.

Es un día muy caluroso en la jungla. Eli es un pequeño y tímido elefante. Los conejitos valientes le ayudarán a vencer su timidez y a lograr relacionarse con los demás. Bop y Boo imitan los sonidos de la trompa del elefante y Eli les riega, como si fuera una manguera, para quitarles el calor.

En las llanuras, Bop y Boo conocen al pequeño topo Marvin, quien vive bajo tierra. Los conejitos valientes le ayudarán a tener la confianza necesaria para no tener miedo a salir al exterior.

Bop y Boo conocen a Kit, una cangurita saltarina. Kit les explica que los conejitos no tienen patas tan largas como las de un canguro y que por eso no pueden saltar tan lejos. Kit querría tener orejas de conejo.

En las montañas, los conejitos valientes conocen al cabrito montés Hans. Él les enseñará a trepar por las laderas de los montículos nevados. Como se resbalan, al principio les cuesta mucho. Pero conseguirán finalmente que Boo llegue a lo alto de una cumbre.

Los conejitos valientes se hacen amigos de Bev, una castora que muerde la madera con sus propios dientes. A ella le gustaría construir algún día una casa grande, como la que hicieron sus padres.

En las llanuras, Bop y Boo conocen al pequeño topo Marvin, quien vive bajo tierra. Los conejitos valientes le ayudarán a tener la confianza necesaria para no tener miedo a salir al exterior.