Tras su decisión de quedarse en el Yucatán para conquistar sus tierras, Hernán Cortés mantiene su primer encuentro con Moctezuma, al que pedirá que jure lealtad a Carlos y a Castilla.
A pesar de las revueltas en Castilla, Carlos decide acudir cuanto antes a su coronación. Sus primeros pasos como Emperador no le serán nada fáciles, puesto que tendrá que lidiar entre las órdenes de Roma y el favor de los reyes europeos.