Con un apoyo mayoritario, un joven Bashar Al Assad llegaba al poder hace 20 años. Junto a su esposa, pretendía dar un aire nuevo a la Siria que heredaba de su padre. Hasta que llegaron las protestas sociales de 2011, aplastadas contundentemente. Las revueltas degeneraron en una guerra civil cruenta que ha dejado casi 400.000 muertos y millones de desplazados. En medio del caos, el Daesh llegó a controlar buena parte del territorio.
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