Control de temperatura, aforo reducido, mascarilla obligatoria y distancia de seguridad son las restricciones fundamentales para volver a disfrutar, in situ, del fútbol de competición. Algo más de 3000 personas se sentaron ayer en las gradas del Sardinero, otras tantas en Riazor. 2000 en Mérida y unas 400 lo hicieron en Las Rozas en Madrid.
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