Palabra Voyeur   Remake. Bruno Galindo 03/02/2021 07:13

Esta semana el descarado mirón de Radio 3 Extra os invita a descubrir la última novela del escritor Bruno Galindo, titulada 'Remake' y publicada por Aristas Martínez Ediciones, en la que hace una llamada de atención a la inviabilidad que tenemos todos para rescatar el tiempo perdido, los recuerdos y el pasado. Una fabulosa novela de la que nuestro voyeur ha extraído este fragmento que convertimos en imágenes y sonidos y en el que hemos tenido la inmensa suerte de contar con la colaboración de amigas y amigos (tan mirones o más que él) como Iker Pardal que ha convertido en música sus palabras, la actriz Clara Macías que nos ha echado las cartas del Tarot sobre un futuro que siente nostalgia por su ayer y Roksana Nievadis que ha cosido las emociones con el hilo de su mágica voz. ¡Pasen y vean!

Texto:

Estaba soñando

La representante había ido a actuar a un evento. Todavía era actriz en el sueño.

Era una fiesta privada o quizás una convención. Algo de IBM o Microsoft; una de esas marcas tecnológicas que había sido importante en el pasado.

Todo ocurría en un salón de hotel lleno de extranjeros.

Su actuación consistía en llamar la atención de los invitados, comportarse excéntricamente y hacer como que leía las manos.

La habían contratado para eso.

De pitonisa.

En realidad ella no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Pero las manos de la gente dicen muchas cosas. Por ejemplo, una excesiva sudoración revela nerviosismo. Si están hinchadas es señal de estrés. Una mano muy blanca indica problemas de circulación. La presencia de una alianza indica que existe un compromiso amoroso. La marca de una alianza indica que lo hubo.

De alguna manera ella se hacía esas reflexiones en el sueño.

Tenía que hablar con acento de Europa del este, como se suponía que debía hablar una adivinadora gitana. Iba vestida de un modo no muy distinto a las brujitas de las atracciones mecánicas que proliferaron en algún momento de la primera mitad del siglo XX: esos maniquíes de medio cuerpo encerrados en una cabina de cristal que dispensaban un ticket de la fortuna cuando se introducía una moneda.

Al menos ella se veía como esos autómatas que recordaba de su infancia.

De vez en cuando alcanzaba una copa de una bandeja cercana y revoloteaba por ahí con ella en la mano; cuadraba con el personaje. Luego daba un giro inesperado, se la tomaba de un trago y miraba con picardía al público de la convención, buscando la siguiente víctima.

Cuando alguien le devolvía la mirada le tomaba de la mano y ya no le dejaba escapar.

Y hacía como que veía cosas: amor, dinero, un viaje, un ascenso en la compañía...

Lo típico.

Todos se lo pasaban bien. Todos seguían el juego.

Hasta que una mujer se dirigió a ella para que le leyera la mano.

Era una chica joven y bonita. Su presencia resultaba rara entre esa comitiva eminentemente masculina.

La falsa adivinadora comenzó su número.

Y de repente notó, con gran sorpresa, la inesperada clarividencia. Ahora sí sabía leer las manos. También entendió algo que hasta ese momento se le había escapado: cuando alguien acude a una pitonisa es porque teme por su futuro.

Entonces miró a la cara a la chica y formuló una osada confesión:

“Yo todo lo sé, pero no es necesariamente bueno”.

Sorprendida como estaba por sus propias palabras, la mujer se dio cuenta en ese momento de algo aún más insólito, pero al fin y al cabo posible en el raro discurrir de los sueños: la chica a la que estaba leyendo la mano era ella misma de joven.

Su doble podía tener veinticinco o treinta años menos que ella.

Aquel descubrimiento coincidió con este otro: ahora la pitonisa notó que sus propias manos eran las de una anciana.

Había envejecido de golpe.

De repente ella era una vieja hablando con una versión rejuvenecida de ella misma.

“Ensayo, acto y repetición”, dijo la quiromante.

La joven respondió con complicidad:

“La función siempre tiene tres partes”.

Entonces se escuchó una salva de aplausos, como si un público inesperado hubiera estado aguardando ese momento. ¿Quién aplaudía y por qué? Se le escuchaba, pero era imposible verlo, o intuir desde dónde llegaba esa reacción.

La anciana contestó:

“¿Sabes lo que eso significa?”

Y su interlocutora respondió:

“Ritual, muerte y resurrección”.

Autor: Bruno Galindo

Libro: Remake

Editorial: Aristas Martínez

Música: Iker Pardal

Montaje sonoro: Lisi Búa

Interpretación: Clara Macías

Vídeo: Ainara Pardal

Voz: Roksana Nievadis y Juan Megías

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