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Canto gregoriano

La desamortización supuso un duro golpe para el bosque

de los montes de Prades, hasta entonces gestionado

por los monjes del monasterio de Poblet.

Las roturaciones y las talas incontroladas

destrozaron en poco tiempo un bosque que se había explotado

durante siglos. Hoy nos adentramos

en la espesura de este bello paraje catalán

para descubrir una interesante historia forestal

y cómo los trabajos de restauración iniciados a principios del siglo XX

consiguieron recuperar... el valor ecológico

del bosque del Poblet.

Al noroeste de la ciudad de Tarragona

se encuentran las montañas de Prades;

caracterizadas por sus escarpados barrancos,

sólidas formaciones rocosas e inclinadas laderas cubiertas

de un espeso bosque mediterráneo de pinos,

robles y encinas.

Sobre un zócalo de pizarras

atravesado por intrusiones graníticas,

emergen margas y dolomías coronadas por el Tossal de Baltasana.

Los montes de Prades se integran en la cordillera prelitoral catalana

y son el lugar de nacimiento de los ríos Brugent,

Glorieta, Siurana y Francolí.

A medida que avanzamos por estos cañones y barrancos

el terreno se va suavizando,

y el monte deja paso a la llanura.

Al sur, rodeado de viñas y cultivos con el lienzo verde del bosque

a sus espaldas, se asienta el Monasterio de Poblet.

Esta impresionante edificación,

en parte lugar de culto en parte fortaleza,

es el epicentro de una interesante historia forestal

que comienza en el siglo XII.

Entorno a 1151,

Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona,

con el objetivo de estimular el poblamiento de la tierra

recién conquistada, concedió permiso a los monjes cistercienses

de la abadía francesa de Fontfreda, para asentarse en el territorio.

La abundancia de agua, terrenos de cultivo,

pastos y recursos forestales,

hacían de este enclave un lugar perfecto

para el establecimiento de una comunidad monástica

regulada por las normas del Cister,

que propugnaban el trabajo manual como complemento al ascetismo

y la oración.

Ramón Berenguer concedió a estos monjes blancos

derechos de explotación sobre los ricos bosques

de las montañas de Prades. Los monjes...

construyeron una red de granjas en la espesura del bosque

para gestionar su aprovechamiento forestal.

Esta concesión sería el inicio

de un largo conflicto con los vecinos

de la localidad de Vimbodí, cuya carta de poblamiento

les otorgaba derechos de explotación sobre ese mismo bosque.

Hay un monje aquí abajo que lo mataron...

precisamente los vecinos cuando... cuando intentaba hacer...

que marcharan porque estaban cortando árboles.

Venían bastante a nivel de saqueo, cortar árboles de raíz

para que no pudieran volver a brotar

O sea que... ha habido unos conflictos

bastante fuertes, sobre todo la parte alta del bosque,

con la gente de... de intentar mantener la gestión

que hoy día es sostenible,

a una gestión más de espolio de explotación del bosque

en un sentido más comercial ¿no?

Eso sí ha sido a lo largo de los siglos; y en...

años antes de las desamortizaciones eso era casi incontrolable,

y cuando los monjes marchan el bosque se queda pelado

pero pelado de... O sea, al volver en los años 40

hay fotografías que está el monte totalmente arrasado.

Para proteger lo que consideraban suyo

los monjes crearon un cuerpo de guardabosques

que fue protagonista de enfrentamientos

con los vecinos que frecuentaban la espesura en busca de madera,

caza y leña, que necesitaban para su subsistencia

Los papeles y legajos abandonados en el archivo

que se han conservado hasta el día de hoy,

Nos permiten abrir una ventana al pasado del monasterio

y sus montes.

El máximo esplendor del monasterio se da en los siglos XIII y XIV,

cuando en Poblet hay centenares de monjes,

un montón de hermanos conversos, y bastante gente digamos

dentro de lo que es el feudo del monasterio,

trabajando y viviendo al amparo del monasterio de Poblet.

Es un momento en que la expansión territorial también es enorme,

porque en el Pirineo, pasturas y bosques

hasta Poblet, y...

digamos se puede pasar por todos esos territorios

sin salir de lo que sería el feudo de Poblet.

Todo esto va bajando y yendo en declive hasta llegar

al siglo XIX, con la desamortización de Mendizábal,

que por Real Decreto en dos días el monasterio es cerrado,

y los monjes son expulsados,

y dejan todo el patrimonio digamos donde está, porque ellos marchan

con lo puesto; y a partir de aquí empieza la historia

de la ruina del monasterio digamos, del expolio,...

de la destrucción del monasterio.

La desamortización provocó que las hachas y el fuego

fueran devorando el arbolado.

Los rebaños de ovejas entraron sin control al monte,

e hicieron muy difícil la recuperación

de la cubierta vegetal.

Temiendo represalias de los vecinos,

los monjes se fueron marchando del monasterio

llevándose consigo muchas de las reliquias que atesoraban.

Mientras el bosque era talado,

la piedra se fue desmoronando... y cubriéndose de hiedra.

Poco a poco, el lugar solitario y ruinoso,

se fue transformando en una romántica reliquia

de una época pasada.

Con la muerte de Fernando VII...

quizá hubo, digo quizá porque no tenemos

muchos testimonios históricos, la esperanza de volver a...

reunificar la comunidad que se había dispersado por la desamortización.

Pero eso no fue posible, no fue así, de hecho, la comunidad se mantuvo...

dispersa, no hubo relación entre los monjes...

para volver a pensar cómo volver

a recuperar el monasterio y por tanto la vida monástica;

con lo cual esa muerte también significa de alguna forma

la muerte por 100 años del monasterio.

Su destrucción, su espolio, todo lo que sería un poco

el fin de esa vida monástica.

Una segunda desamortización,

más perjudicial aún para los montes de toda España,

estaba por llegar. Tuvo lugar

en 1855, bajo la dirección...

del ministro de Hacienda, Pascual Madoz.

No obstante, en esta ocasión,

el bosque contaba con un nuevo aliado,

la ingeniería de montes.

Los ingenieros, conscientes del desastre

que podría suponer su venta, y tras sus visitas

a los montes de Poblet, aconsejaron excluirlos

de la desamortización, inscribiéndolos

en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública

de 1862.

Sin embargo, no fue hasta 1871

cuando se salvó al monte de la venta de manera efectiva,

entregándose su gestión

al distrito forestal de Tarragona.

Para entonces, muchas décadas de explotación incontrolada

habían causado una grave degradación.

Las consecuencias de la deforestación

se hicieron patentes no solo en las laderas baldías

y los bosques depauperados,

sino que el terreno se transformó en su forma más brutal

y destructiva.

Las empinadas laderas y los barrancos,

al estar desprovistos de arbolado protector,

se transformaron en peligros toboganes

por los que el agua discurría a toda velocidad,

arrastrando piedras y materiales sólidos

que se convertían en peligrosos arietes.

El 23 de septiembre de 1874,

día de santa Tecla,

las abundantes precipitaciones desbordaron el Francolí

y todos sus afluentes.

La furia del agua destrozó cultivos

e infraestructuras.

Más de 500 personas perdieron la vida,

en las localidades de Conesa,

Vimbodí o Tarragona, donde todavía hoy

podemos ver las señales que recuerdan

este luctuoso suceso.

Poco a poco la Administración fue tomando conciencia

de los peligros de décadas de deforestación incontrolada.

Con el cambio de siglo se crearon

los distritos hidrológicos forestales,

que tuvieron entre otras tareas la misión de repoblar

las cuencas de los ríos para proteger a las poblaciones

de las posibles crecidas. Uno de los principales protagonistas

de esta ingente tarea fue el ingeniero de montes

Josep Reig Palau, que se encargó de estudiar

la cuenca inferior del Ebro y los Pirineos orientales,

para determinar en qué lugares era más urgente actuar.

Precisamente uno de los lugares elegidos fue aquí,

en la cuenca del río Francolí, y el bosque de Poblet.

Josep Reig recorrió los montes de Cataluña

para identificar los espacios más dañados por la deforestación.

En sus escritos... se plasma una concepción divulgadora,

y una sensibilidad hacia los aspectos sociales,

que consideraba esencial tener en cuenta,

para los proyectos de restauración y conservación del bosque.

Sesenta.

"Las circunstancias que concurren

para poder empezar los trabajos hidrológicos forestales

en la cuenca del río Francolí,

no pueden ser más favorables; pues en los orígenes de dicho río

existen dos montes. Poblet,

uno de ellos, perteneciente al Estado,

de 2406 hectáreas de extensión;

y otro, denominado Bosc del Comú,

perteneciente al pueblo de Espluga,

de 262 hectáreas;

formando ambos una sola masa.

Alrededor de una fuente ferruginosa, denominada Font de Ferro,

distante de Poblet un kilómetro,

se han edificado numerosas construcciones,

y magníficos chalets,

que forman un conjunto notable de edificios,

capaces de albergar centenares de personas.

Y claro está, que el día en que los trabajos

hidrológicos forestales fuesen un hecho en estos montes,

todas las personas que veranean en Poblet

se enterarían de su desarrollo, y verían con sus propios ojos

los resultados obtenidos;

convirtiéndose en heraldos de nuestra causa,

cuando de regreso a sus hogares recibiesen a sus amigos

las impresiones del verano".

Tras obtener la aprobación del Ministerio,

en 1903 se inician los trabajos de repoblación

dirigidos por el propio Reig.

La primera medida fue prohibir los aprovechamientos forestales,

el carboneo y la entrada de rebaños.

Al mismo tiempo, se delimitaron las áreas de actuación,

y se fueron abriendo las pistas forestales.

Sin maquinaria moderna, podemos imaginar

la dureza del trabajo en este abrupto paisaje.

En 1906,

el Estado expropió los terrenos, que fueron destinados al vivero,

y a la casa forestal.

Reig escogió un lugar muy particular

para establecer su cuarte general.

Lo que se conoce como Casa de la Pena,

fue en su día una antigua granja cisterciense

desamortizada.

El edificio, de estilo modernista,

construido con las piedras de la antigua edificación,

es un auténtico monumento en sí mismo.

A sus pies se construyeron los viveros,

donde crecieron los pinos, robles y encinas,

que luego repoblaron las laderas.

Un antiguo pozo de hielo, testigo de una...

actividad económica ya desaparecida,

fue usado como almacén para las herramientas

y los enseres de los trabajos forestales.

A la casa forestal de la Pena se le sumaron otras dos,

la de Castellfollit y la del Titllar,

que hoy forman parte del rico patrimonio histórico

de Poblet.

Desde el balcón de la Casa de la Pena,

Reig contemplaba el avance de los trabajos.

Consciente de que el bosque no se puede conservar

sin la implicación de la sociedad,

una de las obsesiones de Josept Reig

era inculcar al público el amor por la naturaleza

y los bosques.

Con este objetivo construyó en la casa forestal

un museo de Ciencias Naturales donde se explicaba a los visitantes

la fauna y flora del lugar,

así como los detalles de los trabajos de reforestación.

Los visitantes del balneario de Espluga de Francolí,

y los excursionistas que frecuentaban el bosque

y transitaban por las pistas forestales recién abiertas,

eran testigos del avance de los trabajos de repoblación.

La restauración forestal del bosque de Poblet

fue muy popular en su momento,

y fue frecuentemente visitada por personalidades

y la prensa de la época.

Uno de los visitantes más ilustres de la zona

fue Albert Einstein, quien paseó

por las calles de Espluga de Francolí

y visitó las ruinas del monasterio.

El diputado José Zulueta, en su segunda visita

al bosque de Poblet en 1912

escribió:

"De mi visita al monte de Poblet, y de mi larga conversación

con el señor Reig, saqué la impresión, o mejor dicho,

saqué la comprobación

de que la repoblación forestal de España, que es a mi modo de ver,

el postulado insustituible de la prosperidad económica del país,

puede resulta infinitamente más barata

de lo que las gentes creen, más rápida de lo que se supone,

y de efectos muy superiores

a los que proclaman sus apologistas.

Reig murió en 1917,

dejando como legado unos trabajos forestales

muy avanzados para su época,

y la necesidad de darlos a conocer

para proteger la naturaleza.

Poco a poco, el bosque se ha ido recuperando,

y donde antes había un monte yermo

hoy crece un tupido bosque mediterráneo.

Las fotografías... nos permiten conocer

el estado del monte hace más de 100 años.

El contraste con el nuevo vigor del bosque

es testimonio del éxito de la repoblación.

En 1984, Poblet...

fue declarado Paraje de Interés Natural,

y desde entonces su gestión depende

de la Generalitat de Cataluña.

Toda masa forestal del bosque de Poblet,

podíamos decir que un 80 %

es un encinar mediterráneo, mezclado con roble.

Entonces qué nos encontramos. Nos hemos encontrado con una herencia

que es de la primera gestión, en la época del...

del Servicio Ecológico Forestal, con la restauración hidrológica

del monte de Poblet, y ahora estamos en una fase...

de una gestión forestal sostenible y de tener...

de tener, de tratar de alguna manera esta enorme masa... encinar;

que es producto de una serie de...

de carboneo que se hizo en... en las etapas posteriores

a la... a la guerra civil española.

Entonces ¿qué nos urge? Nos urge pues...

hacer clareos en el encinar, y...

cambiarlo de monte de rebrote a monte alto.

Las masas de pinos y la mancha de rebollos,

estos últimos únicos en Cataluña,

tienen ahora su hogar asegurado por muchos años.

Como en otras masas forestales repobladas,

el carácter artificial del bosque

hace necesario que se lleven a cabo trabajos selvícolas

que ayuden a su progresiva naturalización.

Tenemos previsto un plan de prevención de incendios

que nos lo han aprobado hace un par de años,

y contempla una reducción considerable de la...

gran cantidad de número de pies por hectárea.

Y esto es lo que vamos... ¿Y para qué lo utilizaremos esto?

Pues para producir biomasa, que es lo único factible

y que nos es un poco rendible encaminarlo hacia...

las calderas de biomasa que ya están desarrollando en el...

en la zona nuestra ¿no? Ahora intentamos los últimos años...

Incidimos mucho en los aprovechamientos secundarios

del... del bosque; secundarios que al final serán primarios ¿no?,

por el tema de la regulación ecológica.

Esto hemos apostado fuerte... y quizás somos...

el primer... bosque público de Cataluña

que ha regulado... este aprovechamiento micológico,

y bueno, estamos muy ilusionados con esto porque a parte

lo hemos hecho pues... no con un ánimo "recaptatorio",

sino más con un ánimo de conservación y de buenas prácticas,

y con mucha complicidad con la gente del territorio.

En los años 40, los monjes...

volvieron a ocupar el monasterio,

que hoy juega un papel muy diferente al que ocupó siglos atrás.

Hoy los monjes construyen una economía sostenible,

y sin ser ya los dueños,

siguen contribuyendo a la gestión y cuidado del bosque.

Aunque el monte de Poblet, el bosque de Poblet,

hoy no sea propiedad del monasterio si no que es de titularidad pública

de la Generalitat, es evidente que el monasterio

se siente vinculado todavía a ese bosque y donde vamos a pasear,

por lo tanto la gestión y la atención de ese bosque nos interesa.

La Generalitat creó una figura de protección,

y en la cual el monasterio tiene una sede en el patronato,

y actualmente el prior es el presidente de ese patronato.

Desde esta sede del monasterio he intentado pues contribuir un poco

a la gestión del bosque.,

mirando sobre todo para... dar unas directrices,

unas líneas de gestión, que ayuden a paliar

los efectos del cambio climático. Es un bosque muy súper poblado,

con necesidades muy importantes,

con pocas vías digamos de... lucha contra incendios,

es muy opaco, por tanto mucha densidad;

y todo esto nos preocupa,

y desde el monasterio, con nuestros ayudantes medioambientales

hemos estado dando directrices que el paraje...

ha aceptado como propias. Estas son las contribuciones

más importantes que hace el monasterio en el marco

de lo que hemos estado... que llevamos nosotros,

que es proyecto de conversión ecológica

que mira un poco a mejorar nuestra relación con el medio ambiente,

con el medio natural, con todos los medios ambientales

como puede ser el agua, la energía, los residuos, los huertos,

los jardines, y también naturalmente, el bosque.

Canto gregoriano

Transformado,

el Monasterio de Poblet ha vuelto a la vida,

y como hace siglos, sigue manteniendo

un estrecho vínculo de hermandad

con el magnífico bosque que lo contempla

desde la ladera de la montaña.

El bosque de Poblet es el testimonio vivo

de cómo una decisión, en este caso política,

puede destruir en muy poco tiempo el equilibrio que la naturaleza

tarda siglos en crear. Afortunadamente,

casi un siglo después, mediante la ciencia y la técnica,

se ha podido revertir la destrucción causada por el hombre.

Hoy debemos agradecer a figuras como Josep Reig,

a los cientos de personas que trabajaron en la restauración

de estos montes, que el bosque de Poblet

haya recuperado un papel que nunca debió perder;

su papel... de bosque protector.

Subtitulación realizada por Yolanda Fernández Gaitán.