Un día es un día

Antes de acostarse, Mercedes y Antonio hacen planes imaginando todo lo que podrían hacer si les tocara el premio Gordo en la Lotería de Navidad: un viaje, comprarse un coche, dejar de trabajar... En realidad el sueño de Antonio y Mercedes, esa noche del 21 de diciembre de 1968, es el mismo que tuvieron (y que continuamos teniendo) millones de españoles las horas previas al sorteo.

Al día siguiente, la letanía de los niños de San Ildefonso inunda el barrio. Sale el Gordo, y van saliendo los premios mayores. Y de pronto, cuando el sorteo está a punto de finalizar, sale en quinto premio y, con él, la alegría para la familia Alcántara, que juega 35 pesetas en el número premiado. A partir de aquí, la alegría de desborda porque la suerte también sonríe a Cervantes, al cura Eugenio, a Tinín y a Desi, que junto con Antonio deciden invertir el dinero en montar una pequeña imprenta. La decepción llega cuando descubren que han sido víctimas de un desaprensivo que les vendió unas participaciones falsas. El desencanto es enorme.

En la peluquería, Pili confiesa a Inés su temor a estar embarazada. Inés, solidariamente, acompaña a Pili a recoger los análisis que, efectivamente corroboran el temor de la joven: está embarazada. Cuando todo esto sucede, Toni y Marta descubren, entre otras cosas, que la Internacional hasta puede bailarse como si fuera un vals, aunque por escuchar la canción se expusiera a terminar en la cárcel.