2014
Profesor.
(ACE. FRANCÉS) Disculpe el retraso, pero no ha sido fácil llegar aquí.
-Lo imagino.
Alphonse Dumond, "Le Figaro".
Le agradezco que me haya concedido unos minutos.
Sé que no es muy dado a las entrevistas.
-Pero no hablaremos de mí, ¿no? -Eso lo dejamos para otra ocasión.
Hoy se ha aprobado el nuevo código penal.
Usted dijo que eso sería la culminación del trabajo
que ella comenzó. -Así es.
Por primera vez un código penal humanitario,
como ella quiso.
-La conoció personalmente, ¿verdad? ¿Cómo era?
Quiero decir como persona.
-Muy persistente, como usted. -Si uno no persiste,
no consigue nada en la vida. (RÍEN)
-Eso es cierto. Doña Concha consiguió muchas cosas.
Y cambió muchas vidas.
Aquellos fueron años inestables.
"El país se había desangrado con las guerras carlistas
e iba dando bandazos con breves gobiernos
de conservadores y liberales.
Pero no conseguía romper cadenas con el antiguo régimen.
Y otro tipo de espectáculo público
congregaba a los dignatarios y a la ciudadanía".
-¡Asesina!
-Señora condesa. -Muchas gracias.
Hay que darse prisa.
-Asesina.
(LLORA) -Hija.
(CONDESA) Dejen pasar.
Apártense, dejen paso.
Rápido, déjenos pasar.
Déjennos pasar, por favor.
Aparte el arma.
Detengan la ejecución.
-¿Quién lo ordena?
-La reina manda aplazarla hasta que se resuelva el caso.
-Señoras, me sorprenden.
¿También para semejante asesina han pedido indulto a la reina?
(SUSPIRAN)
-¿Estás bien, Flor?
Antes de nada... De tus padres.
Les he contado nuestros planes. -¿Y qué dijeron?
-Tu madre, que ya se pone a coser el vestido de novia.
Y tu padre, ni mu. Pero parecía agradecido.
Toma, aquí van unas cuantas monedas de más.
Quizá la próxima vez el cabo de vara te deja más minutos.
-Ya sabes que la tercia me quiere de vuelta.
-Pues para un poco más de rancho. Estás en los huesos.
Esas cuentas las lleva el comandante.
Mi labor aquí es otra.
-Tú, holgazana. No te duermas.
(GIME)
De sol a sol, como todos.
Reciben alimentos, sustento y apoyo espiritual.
De los presos de la prisión contigua.
A la capilla.
Diariamente acuden a oraciones de prima, sexta y vísperas.
Son obligatorias, como todo lo demás.
Es la señora Arenal, visitadora de prisiones.
Él es Goyo, el cabo de vara.
¿Le importaría seguir enseñándole el presidio?
¿Qué podemos hacer nosotras, las Magdalenas?
Yo encontraré más voluntarias.
A la fuerza, si hace falta. (TODAS RÍEN)
-¿Y la viuda de Taro?
¿Es cierto que la han aislado por su protección?
Si se vuelven contra ella es porque tienen conciencia moral.
¿Son empleados de la condesa?
¿En su propia casa?
-Ella misma da algunas de las clases.
-Señora Arenal, preguntan por usted.
Tus hijos me dijeron que estarías aquí.
Tengo un concierto pasado mañana en Santiago.
Te avisé por carta, ¿no te acuerdas?
No podía estar tan cerca y no venir a verte.
Londres, París, Bruselas...
Pero la verdad es que echo mucho de menos esta tierra.
El calor de la gente.
Y a ti.
En París vi tu "Manual del visitador del pobre"
traducido al francés. Me hizo mucha ilusión verlo allí,
entre Victor Hugo y Balzac.
Allí estaba abriéndole los ojos a la intelectualidad francesa.
Me alegra mucho verte tan animada.
¿Asustada, tú?
En presidio no saben con quién se las van a ver.
La recuperarán.
¡Eh! ¿Por qué unas tanto y otras tan poco?
-Venga, pasa.
-Eh, tú. ¿Qué haces?
¿Qué te has creído?
(FORCEJEAN)
-Al sitio.
(GIME)
En el colegio también nos pegamos para arreglar las cosas.
Tiene razón. Estamos hartos de que nos lo diga.
Señora Arenal.
Quería darle las gracias a usted y a la condesa.
Sé que pidieron indultos por muchos condenados.
Pero es que mi hija es inocente.
(SOLLOZA) Es inocente. Debe creerme.
¿La ha visto usted? ¿Cómo está?
Dígale que la sigo esperando.
Silencio.
Hoy no se come.
Que si queremos, nos quedamos. Y si no, nos vamos.
(TODAS RÍEN)
(LEE) "Vuestra pobre alma está débil.
No se le exige cargar grandes pesos de arrepentimiento y virtud.
Hacedlos proporcionales a sus fuerzas.
Probad a hacer una cosa buena, aunque sea muy pequeña
y probad, sobre todo, a dejar de hacer
una cosa mala.
Si blasfemáis, por ejemplo,
no os digo que dejéis de blasfemar, pero si antes lo hacíais 20 veces,
que ahora sean 19.
Y luego 18, después 17..."
(LLORA) -¿Por qué lloras, Flor?
¿No has visto hoy a tu Pauliño?
Qué te pasa.
Si ya te queda poco para cumplir la pena.
-Gusté mucho tu carta. (ESCRIBE) -"Tu carta...
me llenó de alegría". -Sí, sí.
Pedí que me la lean mucho y ya me la sé.
-"Y tus palabras son como poesía".
(LEE) -"Yo no exijo que reprendáis a la compañera de prisión
que obra o habla mal.
Basta que calléis.
Que la ignoréis cuando se jacte de sus hazañas".
(GIME) -Déjame.
(SOLLOZA)
(GRITA)
-Chivata.
-¿Qué me vas a hacer? Déjame. (GIME)
Suéltame. No me pongas las manos encima.
¿Qué haces? (GRITA)
Ábreme.
Ábreme, cabrón.
(GRITA) ¡Ábreme!
Algo he oído sobre las prácticas que está poniendo en marcha.
¿Realmente cree que la mujer no debe ser excluida
de ninguna profesión?
¿No le parece, don Álvaro, que el mundo seria más agradable
con mujeres en todos los oficios?
A mí me lo parecería si hubiese mujeres en las orquestas.
-Vaya, don Jesús.
Tenía entendido que las mujeres nunca faltan en su entorno.
-Lo que prueba que las mujeres tienen una sensibilidad especial
para apreciar la música y para interpretarla.
-Mujeres en las orquestas.
¿Y por qué no en la universidad? (RÍE)
¿O en los seminarios?
Pídeme que no me vaya.
Lo sé, por eso te lo he dicho.
Lo prometo.
-Visitadora.
Eh, visitadora.
"Los críos tenían dos y tres años.
Estaban envueltos en sangre y sábanas".
Cosidos a cuchilladas.
Me encontré crímenes horrendos en mi vida,
pero nada parecido a esto.
Ella siempre mantuvo la misma versión.
Que salió de la casa para ir al mercado de Oleiros
y cuando volvió les atacó un mozo salvaje,
una especie de cazador furtivo,
que según ella venía de los bosques a veces,
para espiarla a ella y a los críos.
Lo describió al detalle, pero hicieron una batida
y nunca lo encontraron.
Estaba como ausente, ida.
Y desnuda, con medio cuerpo metido en el agua.
(UNA MUJER RÍE) Parece un pato.
(LAS PRESAS RÍEN)
-¿Te has puesto zapatos en tu vida?
-Para la primera comunión. (RÍEN)
-Anda ya, si tienes el estómago sin usar del hambre que has pasado.
(MOLESTA) -Dejádla en paz.
-Cuando salga de aquí me compraré unos zapatos rojos.
-¿Con qué dinero, con el que robes? -No robaría si pudiera trabajar.
Verdad, ¿María? -Esta, ni para criada.
-Si quiero, trabajo. -Eh.
Usted no sabe lo que es vivir con miedo.
¿De qué nos sirve el respeto?
Que nos tengan miedo.
Por mí no hay inconveniente. Si a usted le cuadran las cuentas...
Qué enredo.
Que suba a las celdas.
Los sacos, a la entrada.
(RÍEN)
A mi hija la volvieron loca en prisión.
O enloqueció cuando mataron a los pequeños.
Ella quería a sus hijos. Nunca les hubiese hecho daño.
Lo que pasa es que no lo buscaron lo suficiente.
(SUSPIRA)
Nadie la vio, porque no estaba.
Había ido a ver a un hombre.
Germán.
Germán Bustos.
Un asturiano que vino a trabajar a Oleiros.
A mí nunca me gustó.
Pero ella perdió la cabeza por él.
Una viuda que deja solos a sus hijos
para estar con su querido.
Marchó.
Llegó con el viento y se fue con él.
-¿Usted cree que lo hizo? ¿Que ella mató a sus hijos?
¿Aunque sea una asesina?
Eso es imposible.
Tal vez pronto lo tengamos.
Hay un convento abandonado en Santiago,
que podría habilitarse como centro para dementes.
El arzobispo ya ha cedido los terrenos.
Veré lo que puedo hacer.
(UNA MUJER SOLLOZA)
Acompáñeme, vamos.
¿Qué pasa, mujer? Ya tienes los bolsillos llenos.
(FLOR GIME)
-¿Qué pasa, Flor?
(GIME)
(GIME)
-Otro desgraciado para este mundo.
(EL BEBÉ LLORA)
(RESOPLA)
Confío en que esté satisfecha con la alimentación de las presas.
Pero la economía del presidio se va a pique.
Señora, esas presas no tendrían con usted
la contemplaciones que usted tiene con ellas.
Hablaremos en otro momento. Señora Arenal.
(SE SOBRESALTA)
(EL BEBÉ LLORA)
(EL SACERDOTE DA MISA)
(HABLA EN LATÍN)
(HABLA EN LATÍN)
(LEE) "Distinguirán los casos de descuido o negligencia
de los de insurrección o resistencia a mano armada.
En cuyo caso actuarán con decisión y todo rigor".
"Me encantará visitar el presidio la próxima vez que vaya a Coruña.
De tanto leer sobre las presas en tus cartas,
ya tengo ganas de conocerlas.
Y ese niño, a falta de una madre, ahora tiene un puñado de ellas".
(SUSURRA) Tus muertos.
-De parte de la condesa.
-Vamos. (ARREA)
¡So!
La conocí en el mercado de Oleiros
Ella venía una vez a la semana a comprar
en un puesto en el que yo trabajaba.
Me dijo que era viuda.
Y que su madre era su única familia.
No.
Me enteré de que tenía hijos por casualidad.
Alguien la reconoció en el mercado y le preguntó por ellos.
Ella sabía que yo no me quedaría en Galicia, tenía otros planes.
Luego me despedí del trabajo
y fui a verla para decirle que me iba a Asturias.
Después vino a buscarme a la pensión, estaba nerviosa.
Fuera de sí.
Me dijo que se venía conmigo.
Y que los críos ya no eran un problema.
Que se quedaban con la madre.
Sí.
¿Para qué?
Nadie se creyó la historia del chico medio animal
que decía que la atacó.
-La visitadora se está pasando de lista.
Con sus exigencias, el beneficio del comedor
se ha ido al traste.
Y con la tontería de los bordados, hay pérdidas en la curtiduría.
¿Desde cuándo se ha vuelto usted tan liberal?
Y usted se deja mandar como un cordero.
Yo podría utilizar mis influencias de Madrid para pararle los pies.
Pero si usted me ayuda, no hará falta.
Ya sabe que pago mis deudas generosamente.
-Cuídate mucho. -Lo haré.
La visitadora me encontró trabajo en casa de la condesa.
-Qué bien. -Me alegro por ti, Aurora.
-¿Y el chico de la cartas, qué?
-Pronto lo sabré. Solo le quedan unos meses para salir.
(LAS DOS RÍEN)
-Cuídate.
-Verás lo que tarda esa en caer otra vez en el vicio.
En un par de días la tenemos por aquí.
(LEE) "Oh, santísima Madre, hazme esta gracia
fija mi corazón...
(TODAS SE SORPRENDEN)
-Anda, que vaya tela.
(SILBAN)
El famoso violinista.
Qué sorpresa y qué alegría.
Concepción me ha dicho que es usted una amante de la música.
Y que deleita a las presas con el piano.
-Hago lo que puedo, no soy tan buena como usted.
Pero dejo que Dios guíe mi corazón y mis manos.
(PRESAS) ¡Guapo!
-Bach y Haendel son mis compositores favoritos.
-Yo soy más joven que la visitadora.
-Yo sé más trucos de alcoba. (RÍEN)
-Cuidado con esa, que siempre cobra.
-Las canónicas se me resisten un poco.
-Si sois tan buenas en el resto, como con el bordado,
seguro que podríais enseñarme muchas cosas.
(LAS PRESAS RÍEN PROVOCATIVAS)
-Y usted solo toca para los que pagan.
-Yo le doy una moneda si toca. -Y yo.
-Tócame a mí, tócame.
(RÍEN)
-Tóqueme.
-¿Qué va a hacer, señora?
No lo haga.
(UNA MUJER GRITA) ¡Fuga!
¡Fuga!
¡Fuga!
No tienen dinero ni a nadie.
Tengo entendido que una de ellas es una peligrosa asesina.
Compadezco a su próxima víctima.
Estas mujeres son incorregibles.
La reincidencia, supongo.
Solo nos preguntamos, doña Juana,
si la labor benefactora de nuestras esposas
no estaría mejor orientada hacia otro destino que no fuera
el de la prisión de mujeres.
-¿Quién puede necesitarlo más? -Necesitarlo no es merecerlo.
La degeneración moral de la mujer delincuente
es mayor que la del hombre.
Puesto que ella no solo ha violado las reglas legales,
sino también las propias de su condición de mujer.
Pensar en la rehabilitación es una ilusión.
-Y un desperdicio del esfuerzo caritativo
de nuestras señoras.
-¿Acaso los presos varones no se fugan?
-Ve por la otra bandeja.
Yo tampoco.
Señora condesa.
Lo que ha pasado no es culpa tuya.
-Dísculpame, Concha.
Las malas noticias nunca vienen solas.
Madre.
¿Qué va a hacer?
Ser valiente.
El detenido ha sido encontrado fisgoneando en casa de la viuda.
La descripción coincide.
Encontró al chico atacando salvajemente a sus hijos.
Levántese la capa, señor.
-Por eso, este tribunal le declara culpable
y le condena a la pena capital.
(SUSPIRA)
que queda cesada de su cargo de visitadora
de cárceles de Galicia".
-Concha, espera.
Acabo de enterarme de la carta.
Le escribiré a la reina y pediré explicaciones.
No podemos permitir que el trabajo de tantos meses
se vaya al traste sin saber por qué.
Entonces está claro que el gobierno
no tiene intención de moralizar las prisiones.
Pero la reina no se quedará sin saber lo que pienso.
¿Adónde vas?
Voy al pueblo.
Estaré fuera solo una hora.
¿Por qué no te acuestas un rato?
Has pasado mala noche.
Pronto dejarán de murmurar a tu paso.
(SUSURRA) ¿Qué dices?
(CUCHICHEA)
-Han despedido a la visitadora.
-Venga, hijas. ¿Qué os pasa?
Esto no ha hecho más que empezar.
Celadores, pongan orden.
"Las malas leyes formarán hombres peores que ellas".
-"Cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie".
-"Nos levantaremos cuantas veces sea necesario,
porque el hombre que se levanta es más grande que el que no cae".
-Poco después,
Concepción fundó el periódico "La voz de la caridad",
donde no dejaba de denunciar la situación de las prisiones.
Publicó su famoso libro "Cartas a los delincuentes"
y muchos otros más.
La llevaron a convertirse en un referente moral e intelectual
en toda Europa.
Más tarde, Goyo se fue a trabajar con ella en la imprenta
del periódico. -¿Y usted?
-¿Yo?
Yo pude haber acabado en el hospicio.
Como Garrido quería.
O haber sido criado aquí, por las reclusas.
Pero no.
No, mi padre me llevó con él.
Luego supe que él saboteó todas las visitas de matrimonios
que venían a adoptarme.
Crecí entre el traqueteo de la imprenta
y el olor a tinta de los libros.
-Y usted se convirtió en uno de los penalistas españoles
más reputados.
Su madre estaría muy orgullosa de usted.
-"Todas las cosas son imposibles mientras lo parecen".
TV movie con Blanca Portillo en el papel protagonista, que aborda la figura y la labor de la abogada, escritora y humanista gallega que luchó en el siglo XIX por mejorar las condiciones de vida de los presos y reformar las instituciones penitenciarias.
En 1863, en un contexto en que la ejecución pública es un fenómeno de masas y donde los presos no tenían ningún derecho, Concepción Arenal, escritora y humanista, es nombrada visitadora de cárceles de mujeres. Así, en la prisión de A Coruña, empieza su lucha por mejorar las condiciones de vida de las presas y poner en marcha la reforma de las instituciones penitenciarias.
Contenido disponible hasta el 29 de diciembre de 2062.
Añadir comentario ↓
Buena tarde, donde se podrá conseguir el permiso para reproducir a manera de documental dicha película, y su distribución sin fin de lucro.
J ai regardé avec grand plaisir ce film, d une grande profondeur
No puedo verla chalé ¿¿¿¿
Es una pena que no se le de más publicidad a este tipo de programas y que además se ponga a esas horas. Sólo he podido ver un trozo, pero haré todo lo posible por verlo entero. Muy, muy interesante y muy bien rodado.