Toma uno   Vagabundo del amor 05/12/2020 58:45

Hace 20 años que salió a la venta la banda sonora de una película tan determinante como O Brother, Where Art Thou?. Comenzando el siglo XXI, la producción de T Bone Burnett consiguió seis premios Grammy en su edición anual número 44, entre ellas, mejor álbum del año y mejor recopilación para una banda sonora. El tema central de aquella cinta, “I Am A Man Of Constant Sorrow”, se grabó originalmente 80 años antes, en 1922, y nunca hubiera trascendido de esta manera si los hermanos Ethan y Joel Cohen no lo hubieran incluido en la banda sonora de la película O Brother, Where Art Thou?, que protagonizaron George Clooney y John Turturro en 2000. La voz de Dan Tyminski, miembro de la Union Station de Alison Krauss, completó el cuadro. El resultado fueron ventas superiores a siete millones de copias de su banda sonora, ganando multitud de premios. Pero por encima de todo ello, protagonizó un renacimiento del bluegrass que nadie podía prever.

Vienen desde Front Royal, en Virginia, y se llaman Scythian, aunque se iniciaron hace una docena de años en la universidad, cuando tocaban música celta por las calles de Washington DC. La base del cuarteto son los hermanos Alexander y Danylo Fedoryka, hijos de inmigrantes ucranianos, entusiasmados por recuperar la old time music, que siempre ha sido good time music, sin pararse en fronteras geográficas. Es la música que se baila en los graneros cada fin de semana. "Galway City", que forma parte de su nuevo álbum, Roots & Stones, tiene que ver con esa ciudad de la Costa oeste de Irlanda, sus rincones, sus paisajes y, como no, sus pubs. Es una forma de volver a los días felices compartidos con amigos, como ellos mismos han hecho en los últimos siete años, en los que organizan un viaje anual con sus seguidores. Una canción que te pone una pinta en la mano.

Cuando Sturgill Simpson se recuperaba del coronavirus en la primera ola de la pandemia empezó a pensar en filtrar a través del bluegrass algunas de las canciones que ha repartido por sus diferentes álbumes, tanto en solitario como formando parte de Sunday Valley, su primitiva banda. Junto a los mejores instrumentistas del género se recluyó en los Butcher Shoppe Studios de Nashville y nos sorprendió a todos con el álbum Cuttin ’Grass Vol 1 - The Butcher Shoppe Sessions, que ha dejado obras de arte como “I Don’t Mind”, un tema que si nadie lo remedia es la mejor canción del año.

Arm in Arm ha sido la última apuesta de Steep Canyon Rangers, la banda de North Carolina que en este siglo XXI que va a cumplir sus primeras dos décadas ha dado muestras de la evolución exponencial del bluegrass. "Every River" es la fusión perfecta del bluegrass y el góspel que la banda de Carolina del Norte ha utilizado para animarnos a enfrentarnos a los desafíos del presente con una nota de esperanza. Un disco grabado en los estudios Southern Ground de Nashville, producido junto a Brandon Bell y en el que mantienen el respeto y la veneración por las tradiciones del bluegrass sin dejar de explorar nuevos caminos, como ocurre en “A Body Like Your”.

Cuando tanto echamos de menos aquellos conciertos en que nos encontrábamos y compartimos experiencias entrañables, no está de más recuperar momentos como el MerleFest, celebrado en la primavera del pasado 2019 en Wilkesboro, North Carolina, con Steep Canyon Rangers como uno de sus protagonistas, como nativos del estado. Allí rindieron homenaje a James Taylor, un bastión fundamental de la música más enraizada, recuperando “Sweet Baby James”, aquella canción mágica que nombró el segundo LP en solitario del bostoniano y que él dedicó a su sobrino James, hijo de su hermano Alex. El músico de Boston acaba de publicar un EP con tres canciones grabadas durante las sesiones de American Standard, su último álbum de primeros de este 2020. Un disco muy entrañable que tiene continuación con esos tres estándar que eran inéditos hasta ahora en su voz. Ha escogido, "Never Never Land" de Peter Pan, para dar título al EP se ha fijado a El Mago de Oz y su inolvidable “Over The Rainbow”, y también ha elegido “I’ve Grown Accustomed To Her Face” de My Fair Lady que cantaba Rex Harrison en el musical que protagonizó junto a Julie Andrews basado en el Pygmalion de Bernard Shaw. Es una forma de reinventar canciones inmortales que han sobrevivido a lo largo del tiempo y que se han ido transmitiendo a través de distintas generaciones.

Tiene 24 años y un espectro sonoro que puede abarcar desde Neil Young a Bob Dylan con algunos tintes de Paul Simon. Así podemos escuchar a Zach Bryan en “Traveling Man”, un tema propio de su EP Quiet, Heavy Dreams en el que revela su interés por contar las formas de vida sencilla de la clase trabajadora en el campo de su pequeña ciudad natal de Oologah, en Oklahoma. Era el nombre de Nube Negra, jefe Cherokee que habitó la zona con su tribu hasta la llegada del ferrocarril. Zach Bryan es un okie sencillo que aprendió a tocar la guitarra que le regalaron su padre y su abuelo y a componer canciones con tonalidades que provienen del hillbilly, el folk y el blues. Tras regresar del ejército empezó a subir canciones a YouTube, el año pasado lanzó su álbum DeAnn, grabado en su propio granero, y ahora sigue manteniendo esos sueños tranquilos y potentes.

No podemos dejar pasar de largo a Sister Sadie, elegidas como Grupo Vocal y Artista del Año por la International Bluegrass Music Association, siendo el primer grupo femenino que se lleva este último premio, el más importante del género. Curiosamente el nombre es el de un estándar del jazz de Horace Silver. Compartiendo un rico espacio que tiene sus raíces en los sonidos de los Apalaches de Mother Maybelle Carter, aunque los hombres han acaparado casi siempre sus caminos, Deanie RichardsonGena BrittTina Adair y Dale Ann Bradley ya han mostrado su categoría en proyectos independientes en solitario. Sister Sadie II nos regaló momentos tan magníficos como “900 Miles”, una legendaria canción popular de cowboys que grabó Cisco Houston y versionó Odetta a principios de los 60. Tina Adair se inspiró precisamente en ella para interpretarla ahora.

En el verano de 1971, Joni Mitchell incluyó en su álbum Blue una obra maestra en forma de canción navideña llamada "River", con una introducción al piano del popular “Jingle Bells”. En realidad, está basada en la ruptura de la artista canadiense con Graham Nash, con quien mantuvo una relación amorosa entre 1968 y 1970. Era un intento de superar los profundos vínculos emocionales que sin duda mantuvieron, aunque cuando la compuso ya era novia de James Taylor. Ahora ha sido recreada por una de sus seguidoras más fieles, Margo Price, de esta manera tan solemne. Coincide con la edición de su álbum 'Perfectly Imperfect at The Ryman, que anticipamos en TOMA UNO la pasada primavera, cuando lo publicó digitalmente para apoyar al Fondo de Ayuda MusiCares COVID-19.

Perfectly Imperfect at the Ryman es una colección de canciones grabadas por Margo Price durante las tres noches de conciertos en el Ryman Auditorium de Nashville en la primavera de 2018. Para ello contó con invitados como Jack WhiteEmmylou Harris y Sturgill Simpson, que produjo el nuevo álbum de estudio de la artista de Aledo, en Illinois, That’s How Rumors Get Started. Entre las 11 canciones allí incluidas y que han visto la luz en formato físico ayer mismo, se incluye la inédita “Revelations”, que compuso con su marido Jeremy Ivey, a quien encontramos apoyándola en la guitarra acústica y la voz, además de contar con el simple arrope de dos violines y un chelo. Trata sobre un Jesús con resaca tras salir del sepulcro.

Cuando escuchamos a Devin Tuel en “Even Peace”, una de las piezas deliciosas del nuevo álbum de Native HarrowCloseness, no podemos dejar de pensar en las tonalidades vocales siempre perfectas y sedosas de la Joan Baez del Greenwich Village neoyorquino, con lo que podemos unir las dos costas de Estados Unidos en la década de los 60 gracias a otros apuntes que nos llevan a las colinas de Laurel Canyon y rememoran a Joni Mitchell. Les esperábamos este pasado mes de Junio, pero la pandemia evitó que la frescura de su música iluminara el comienzo del verano.

Hemos venido siguiendo a Juana Everett desde que la conocimos como T-Juana y hoy cerramos TOMA UNO con "Drifter of Love", un anticipo desde la californiana Glendale de un proyecto que supondrá su primer álbum, Move On, tras su marcha a Los Angeles, donde ha afianzado sus formas bajo las notas de un dominante folk-rock que arropa sus experiencias personales transformadas en nuevas canciones. Sabemos que ha sido un largo recorrido que ahora deja fluir con mucha más frescura una honesta emotividad.

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