Sólo comprendiendo lo que el Papa representaba en una sociedad absolutamente vinculada a Dios, a la religión y a la Iglesia, podemos comprender lo que supuso para todos los habitantes del occidente cristiano el conflicto generado cuando a comienzos del siglo XV el mundo se encontró con hasta tres papas gobernando simultáneamente a todos sus súbditos. Hasta tres personas diferentes a la cabeza de la Iglesia, cada uno de ellos, Benedicto XIII en Avignon; Gregorio XII en Roma y Juan XXIII en Pisa haciéndose valer como el auténtico representante de Cristo en la tierra.
El Concilio de Constanza reunido durante cuatro años, trató de acabar con esta anomalía. Pero además, sin pretenderlo y gracias a que allí se congregaron cerca de 2000 músicos, este Concilio cambió el destino de la música en occidente.
