Los expertos creen que es inevitable. Desde los años 70 se ha venido reduciendo su superficie, aunque en los últimos años lo ha hecho de manera drástica. Queda un fragmento de unas dos hectáreas en el pico Humboldt. El cambio climático es uno de los detonantes del derretimiento, pero hay un factor humano en el proceso. La transformación de estos ecosistemas tendrá impacto no solo en la flora y la fauna. El agua que viene de los glaciares es clave para las comunidades campesinas, el mantenimiento de los humedales y las poblaciones humanas incluso.
Foto: Ubicación del antiguo glaciar Humboldt (NASA)