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Las protestas por la absolución del policía que mató a un joven negro en Ferguson (Misuri, EE.UU.) continúan en todo el país. En ciudades como Nueva York, Washington, Boston o Philadelfia ha habido marchas, en su mayoría pacíficas, aunque también ha habido alguna detención. 

Según la CNN cerca de 1.000 manifestantes se han concentrado en Boston, Massachusetts. Mientras que en Nueva York centenares de personas recorrieron el tramo que une la plaza Union Square con Times Square.

El papa Francisco se dirigió hoy en Estrasburgo a una "Europa envejecida", a la que instó a recuperar su "alma buena" y reencontrar unos valores relegados en parte por la crisis económica y la desconfianza ciudadana en sus instituciones. Además, ha pedido, en su discurso ante el pleno del Paramento Europeo, que se haga todo para evitar que "el Mediterráneo se convierta en un cementerio".

El ex primer ministro de Portugal José Sócrates está ya en una cárcel reservada para agentes de las fuerzas de seguridad, en la localidad de Évora, en cumplimiento con la orden de prisión preventiva decretada por el juez que instruye el caso por el que es investigado. Según la legislación portuguesa, el político socialista podría estar en prisión preventiva hasta marzo de 2018, ya que el Código Penal establece un plazo máximo de 40 meses de prisión preventiva en casos de excepcional complejidad, como es éste.

La ciudad de Ferguson, en EEUU, vuelve a arder después de la decisión de un jurado de dejar libre y sin cargos al policía blanco que el pasado mes de agosto mató de seis disparos a un joven negro y desarmado. Nada más conocerse la decisión, comenzaron los ataques a varios edificios públicos y los saqueos. Hay una veintena de edificios en llamas.

El papa Francisco ha instado a una Europa "envejecida y reducida" a que "redescubra su alma buena" y que "no gire en torno a la economía" en el discurso pronunciado ante el Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo. Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada", dijo el pontífice ante la representación de los ciudadanos de la Unión Europea (UE) a la que recordó que el mundo es ahora "menos eurocéntrico". Durante su discurso, el Pontífice se ha preguntado "qué dignidad  podrá encontrar quien no tiene qué comer o el mínimo necesario para  vivir del trabajo, que le otorga esa dignidad", al tiempo que ha  enviado un "mensaje de esperanza y de aliento" a todos los ciudadanos  europeos al defender que el proyecto político europeo debe poner de  nuevo en el centro al hombre, que está dotado de "dignidad" y  "trascendencia