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Al menos cuatro personas, entre ellas dos soldados desertores, han muerto este viernes en una emboscada tendida por las fuerzas de seguridad sirias en la provincia central de Homs, mientras que el país vive una nueva jornada de protestas contra el régimen de Bachar al Asad.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha explicado en un comunicado que el ataque, en el que perecieron dos civiles y dos militares disidentes, fue perpetrado cerca de la localidad de Tel Kalaj.

Por su parte, los Comités de Coordinación Local han confirmado este suceso y han afirmado, además, que detrás de una mezquita del barrio de Deir Baalba de Homs se han encontrado cuatro cadáveres más, que por el momento no han podido ser identificados.

La provincia de Homs es uno de los principales feudos opositores y objeto de una fuerte represión por parte de las fuerzas leales al presidente sirio desde el inicio de la revuelta el pasado marzo.

El jefe de la delegación de observadores enviada por la Liga Árabe a Siria, el general sudanés Mustafa Dabi, ha declarado este miércoles que la situación en la ciudad de Homs está "tranquila". "En algunos lugares la situación no era buena (...) pero no había nada de lo que asustarse al menos mientras estuvimos allí. Las cosas estaban tranquilas y no hubo enfrentamientos", ha explicado Dabi.

"No vimos tanques pero sí vimos algunos vehículos blindados. Pero hay que recordar que este ha sido solo nuestro primer día de visita, y hace falta una investigación. Tenemos a 20 personas que estarán allí (en Homs) un largo tiempo", ha añadido Dabi.

Los observadores visitaron la ciudad este martes, poco después de que la oposición denunciara la represión del Ejército. Miles de personas se manifestaron coincidiendo con la visita.

No obstante, fuentes de la Liga sí han confirmado que existen violaciones de los derechos humanos en Homs, pero no han podido determinar si fueron cometidos por las autoridades o por grupos "terroristas". La fuente, citada por Efe, ha explicado que los enviados se comunicaron por teléfono con la sede de la organización panárabe en El Cairo, para detallar las violaciones que han podido constatar.

Por los datos y las imágenes que nos llegan de ese país parece que el plan para alcanzar la paz está muy lejos. Los opositores denuncian que el ejército sirio continúa con su represión, lo que no ha impedido que hoy unas 70 mil personas se hayan manifestado en la ciudad y hayan pedido la dimisión del presidente. Un gran tumulto rodea la llegada de los observadores de la Liga Árabe. Los vecinos de Homs están ansiosos por darles su versión de lo que están viviendo.

Unas 30 mil personas, contrarias al régimen sirio, se han manifestado hoy en Homs, la capital más castigada por la represión, para dar la bienvenida a los observadores de la Liga árabe. La ciudad fue bombardeada y murieron 34 personas.

Un grupo de observadores de la Liga Árabe viajan a la ciudad de Homs, en el centro de Siria, donde más de treinta personas murieron el lunes. Allí han sido recibidos por una multitudinaria manifestación de 20.000 personas, según activistas de la oposición.

La delegación internacional está compuesta por entre doce y quince expertos, encabezados por el general sudanés Mohamed Ahmad Mustafa Dabi, jefe de la misión. Los observadores tienen la labor de verificar si las autoridades sirias cumplen con los puntos de la iniciativa propuesta por la Liga Árabe para dar una salida a la crisis como el fin de la violencia, entre otros.

El papa Benedicto XVI repasa la situación en el mundo en su tradicional homilía en la misa de Navidad impartida ante miles de fieles en la plaza de San Pedro en el Vaticano. Pide por el cese de la violencia en Siria y por la reanudación de las conversaciones de paz en Oriente Medio. Además imparte su bención "Urbi et Orbi". (TVE, 25/12/2011)

La oposición ha acusado al propio régimen de ser el culpable, mientras que Asad habla de que la autoría podría corresponder a Al Qaeda. Todo esto ocurría cuando no hacía ni 24 horas que los observadores de la Liga Árabe habían llegado a la capital Siria para certificar sobre el terreno el fin de la represión a los opositores, que ya dura 9 meses.

La explosión de dos coches bomba ha matado, al menos, a cuarenta personas en Damasco, la capital siria. El gobierno acusa a Al Qaeda, pero la oposición culpa al régimen del doble atentado suicida, que coincide con la llegada a Siria de los observadores de la Liga Árabe.

Dos explosiones han sacudido este viernes las inmediaciones de dos edificios de la Seguridad Central en Damasco, según la agencia de noticias estatal Sana, que apunta que la organización terrorista Al Qaeda estaría detrás de los atentados.

En un comunicado, Sana destaca que las investigaciones preliminares apuntan a Al Qaeda como responsable de estas explosiones, que han tenido lugar cerca del edificio de la Seguridad del Estado y de una sucursal del mismo departamento en la capital siria.

La agencia Reuters, que cita a la televisión estatal, afirma que se han producido víctimas civiles y militares, aunque sin precisar su número. La televisión libanesa Al Manar, órgano de información de Hezbolá, habla de 30 muertos y 55 heridos. La televisión siria ha mostrado imágenes de cuantiosos daños materiales en la zona, así como de varios cadáveres carbonizados.