Los dos secuestrados de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuya liberación se frustró el pasado domingo han sido liberados este miércoles y ya han aterrizado en la ciudad colombiana de Bogotá. Ambos han sido entregados a la misión humanitaria que coordina el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y en la que ha participado la ex senadora Piedad Córdoba. Se trata del mayor de la Policía Guillermo Solórzano y el cabo del Ejército Salín Antonio Sanmiguel.
En Colombia, la guerrilla de las FARC ha liberado a otros dos secuestrados, un concejal y un militar. Mañana domingo se esperan dos nuevas liberaciones, que son parte de un delicado proceso que divide a la sociedad colombiana. El gobierno se niega a intercambiar rehenes por presos guerrilleros.
El concejal colombiano del Partido Verde Marcos Baquero, liberado este miércoles por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha llegado a la ciudad de Villavicencio, capital del departamento del Meta, tras haber pasado 19 meses cautivo en las selvas de este país. Baquero, de 33 años, ha llegado en un helicóptero que el Gobierno de Brasil prestó para el operativo de liberación, en el que participó la exsenadora Piedad Córdoba y varios miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los encargados de recibir al concejal de manos de las FARC. En sus primeras palabras a los periodistas tras recuperar la libertad, Baquero ha declarado que "hay que acabar con el secuestro, porque esto es muy duro para el país; muchas familias están sufriendo esto, padeciendo este flagelo". El operativo para concretar las cinco liberaciones previstas para esta semana continuará el viernes, cuando serán recibidos en la ciudad de Florencia, capital del Caquetá (sur), el concejal Armando Acuña y el infante de Marina Henry López Martínez.La misión concluirá el domingo con la llegada a Ibagué, capital del Tolima (centro), del mayor de la Policía Guillermo Solórzano y el cabo del Ejército Salín Sanmigue. (10/02/11)
Durante años, los paramilitares y las guerrillas arrojaron a sus víctimas en una escombrera. Ahora, un equipo internacional de forenses ha dicho que es posible llegar hasta el lugar donde reposan los desaparecidos, a unos 40 metros bajo tierra.
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