Un programa pasado por agua
Marcos se plantea abandonar al verse superado en la prueba de eliminación
Alicia, exmodelo y exactriz, cuelga el delantal tras realizar un caótico tercer programa
Samantha cumple el sueño de los espectadores y se coloca la chaquetilla para cocinar junto a los aspirantes en un reto de presión
Puedes ver mucho más sobre el último programa aquí
La presión de las cocinas está superando a los aspirantes de esta nueva edición. Algunos ya califican a los nuevos candidatos a MasterChef como los más “llorones” de la historia del talent. Pero, hay que ser justos, la sombra de los chefs que han pasado por el talent es muy alargada, e incluso pesada. Hay demasiado por hacer para igualar el nivel que edición tras edición demostraron los exaspirantes. Lo bueno, que este año sí que existe un nivel culinario que pueda dejar al público con la boca abierta y provoque la sensación de querer atravesar la pantalla para degustar las creaciones.
En el tercer programa las lágrimas se han vuelto a derramar como si estuviéramos viviendo una auténtica tragedia griega. Por un lado, hemos visto emocionarse a Gloria o Carmen al sentir que están creciendo en las cocinas. Que, a pesar de tener mucho que perfeccionar en cuestión de técnica, todo ese sabor a casa que llevaron al casting sigue intacto y conquistando a los jueces. Pero, obviamente, no todo ha sido felicidad. Marcos conectó con su infancia en la prueba de eliminación, con la relación que tenía con su padre, y esto le hizo derrumbarse. Tanto que hasta llegó a plantearse abandonar el programa y volver a casa simplemente para sentir el abrazo de su mujer. Menos mal que Jordi Cruz estuvo ahí para ponerle las pilas, frenarle, y evitar que el aspirante no destrozara su sueño de convertirse en chef. Os dejamos ahora con un repaso a los cinco momentos más emocionantes de la tercera entrega, no te los pierdas.
1. La inestabilidad que llevó a Alicia a la eliminación
Cuando nos referimos a MasterChef como el talent de cocina más duro del mundo lo decimos por algo. Y si no nos crees, solo hace falta ver la explosión de emociones que atravesó Alicia hasta verse colgando el delantal. Le entregaron el delantal negro en la primera prueba, se vio terriblemente superada por la capitanía en el exterior (con bronca de Samantha incluida) y no fue capaz de superar la última batalla que le habría hecho permanecer en el programa.
2. La divertida “caca” de Gloria y Carmen
Boris Izaguirre no se cortó a la hora de definir el plato que Gloria y Carmen crearon conjuntamente como una auténtica “caca”. Y es que las aspirantes no consiguieron un buen resultado estético, ni un emplatado demasiado digno. Menos mal que todo el sabor a tradición que han aprendido de sus madres, y abuelas, sí que estaba en el plato y conquistaron a los jueces por el sabor.
3. Marcos vuelve a ser un niño
Con un llanto que nadie podía frenar, Marcos se vio completamente destruido en la prueba de eliminación y hasta se planteó abandonar las cocinas. El aspirante volvió a conectar con la relación que mantenía con su padre en la infancia y se vio superado. Menos mal que Jordi estaba allí para ponerle los pies en el suelo y ayudarle.
4. Samantha se apunta al reto de cocinar
Los aspirantes lo habían pedido a gritos en las redes sociales y el programa lo ha convertido en una realidad. Samantha se puso la chaquetilla y cocinó junto a los aspirantes en la prueba de eliminación. En reto de presión que nuestra jueza superó sin problema alguno. Eso sí, no faltó el humor y las bromas con sus compañeros de jurado hablando de “verdaderos nervios” por ver cómo valoraban sus creaciones.
5. Pepe y Josecho, como amigos de toda la vida
Josecho tuvo el privilegio de cocinar con su mentor en la primera prueba. Esto hizo que pudiéramos comprobar con nuestros propios ojos lo bien que encajan, cuanto se aprecian y se respetan. Para el espectador fue un auténtico lujo ver cómo Pepe le enseñaba al aspirante todos sus trucos y reforzaba así su conocimiento.