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Y Germán, de nuevo

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Germán en la huerta de la escuela agraria de Marera
Germán en la huerta de la escuela agraria de Marera

Germán Fresán es un misionero de los Sagrados Corazones que lleva en África desde 1972. Pasó muchos años en la República Democrática del Congo y luego fue destinado a Mozambique. Hace ocho años lo conocimos en la misión de Chupanga, a orillas del Zambeze. Allí Germán se encontró con una vieja misión, prácticamente en ruinas, pero donde había mucho que hacer con la gente. Agricultores y pescadores contaron con la ayuda de este misionero navarro que pasó cinco largos años en aquel lugar.

Ahora nos lo hemos vuelto a encontrar en la misión de Marera. Cuando le pidieron a Germán que viniese a Marera sabían bien a quién se lo pedían. Junto a su vocación misionera, Germán también vive con pasión todo lo que suene a trabajo en el campo. El medio rural es lo suyo y el encargo fue poner en marcha una escuela familiar rural.

En pocas semanas visitó a las familias del entorno, les contó el proyecto de educativo y comenzaron a llegar las peticiones de matriculación. En enero de 2012 se abrió la escuela. En Mozambique hay una docena de centros de este tipo donde los estudiantes, además tener asignaturas básicas, como lengua o matemáticas, son formados en técnicas agropecuarias.

La escuela de Marera, que está causando un gran impacto positivo en el desarrollo de las comunidades rurales del entorno, ha contado con el apoyo de la ong española Manos Unidas, que ha contribuido a levantar parte de las instalaciones donde se imparten las clases.