Enlaces accesibilidad

Los maristas del Quiché

Por
El año 1932 llegaron a Guatemala los primeros hermanos maristas para hacerse cargo de un colegio en la capital. En 1985, cuando la guerra civil asolaba esta región del Quiché, decidieron venir a Chichicastenango.
El año 1932 llegaron a Guatemala los primeros hermanos maristas para hacerse cargo de un colegio en la capital. En 1985, cuando la guerra civil asolaba esta región del Quiché, decidieron venir a Chichicastenango.

Los Mactzules es una de las áreas más lejanas de Chichicastenango. Está formada por ocho cantones, o aldeas, en las que viven 12.000 personas. También es una de las zonas más pobres. La mayoría de las familias se dedican a la agricultura de subsistencia.

Angelina tiene 15 años. Vive en el cantón Mactzules Sexto. Su familia es muy humilde. Su padre vende zapatos de pueblo en pueblo y su madre se ocupa de la casa. Son ocho hermanos, cinco chicos y tres chicas. Angelina está becada por la ong marista SED. Si la pobreza es un freno para que los jóvenes continúen estudiando, en el caso de las chicas es aún más complicado. La tradición aún pesa mucho. Especialmente en las zonas rurales. El compromiso de SED y los hermanos maristas con las ocho aldeas de Mactzules se remonta a principios de los años 90. Comenzaron con unos talleres de promoción y desarrollo social. Para este fin construyeron el primer edificio que, al poco, comenzó a funcionar como escuela de Primaria.

En 2015 todos los cantones tenían escuela, pero al terminar sexto de Primaria no había un Instituto Básico en el que continuar los estudios de Secundaria. En el Instituto de Educación Básica Mactzules sólo hay 40 alumnos matriculados. De cada tres niños que terminan la Primaria en la escuela de su cantón, sólo uno continúa con la Secundaria. Las familias aún no se han concien-ciado de que la educación es el único modo de romper el círculo de la pobreza.

En 2017 salió la primera promoción del Instituto Básico Mactzules. En total fueron 16 chicos y chicas de los que tan solo 6 han continuado con el Bachillerato. La falta de medios económicos es la razón principal por la que los jóvenes no continúan con su formación. Angelina es una de las alumnas más destacadas del instituto. La ong marista Solidaridad, Educación y Desarrollo, SED, está apoyando su formación con una beca de estudios.

Iteck

La ong de los maristas está íntimamente rela-cionada con Guatemala y con Chichicastenango. Han jugado un papel muy importante en la construcción y mantenimiento del Instituto Técnológico Quiché. Las familias de escasos recursos tienen en SED y en los maristas un aliado para que sus hijos sigan estudiando. La biblioteca del Iteck es el lugar en el que se entregan las becas todos los meses. Los maristas del Quiché han ayudado a mejorar, con la educación, las condiciones de este pueblo guatemalteco. Desde el año 2001, en su internado acogen a 80 jóvenes que estudian en el Iteck, siglas con las que se conoce popularmente el Instituto Tecnológico Quiché.

El Iteck cuenta con 432 alumnos de entre 16 y 19 años. Es un instituto mixto donde más del 75% de los matriculados son de etnia quiché. En el sistema educativo de Guatemala, después de la Primaria y el Básico se pasa al Instituto. En éste ofrecen formación profesional en Administración, Electrónica y Mecánica durante tres años. La educación en valores en el Iteck es tan importante o más que la formación de buenos profesionales. Desde el departamento de Pasto-ral se coordinan diferentes actividades solidarias.

Panimaché

Hace cuatro años que los maristas contacta-ron con la comunidad de Panimaché Quinto. En 2010 sufrieron las inclemencias del huracán Ágata que asoló el cantón. El consejo comunitario de desarrollo decidió trasladar el pueblo desde la falda del monte hasta el lugar en el que se encuentra ahora. Desde entonces, con el apoyo de SED, no han dejado de apoyar con becas y proyectos. Panimamaché Quinto se encuentra a 2.800 metros de altitud. Tiene menos de 300 habitantes y una escuela con 54 alumnos repartidos en dos aulas. Las familias sobreviven cultivando maíz y frijol. Son muchas las necesidades y muy pocos los recursos para solventarlas.