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La Noche Temática nos muestra el documental: 'Comida envasada, comida disfrazada'

  • En los últimos 30 años el tiempo dedicado a cocinar se ha reducido a la mitad en los países desarrollados.
  • Preparar la comida, hoy en día, con frecuencia quiere decir calentar comida envasada durante 2 minutos en el microondas.
  • Su consumo ha aumentado en un 40% en los últimos 10 años, mientras que el consumo de fruta fresca ha disminuido.
  • ¿Sabemos si esta cocina industrial contribuye al desarrollo de ciertas enfermedades?

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La Noche Temática - Comida envadasa, comida disfrazada - Avance

La Noche Temática nos acerca la relación entre nuestros problemas de salud y los productos que esconde la comida preparada.

La Noche Temática incluye los siguientes títulos:

“La comida preparada: ¿qué esconde?” (Tp)

El documental que inicia esta Noche Temática se titula “La comida preparada: ¿qué esconde?”, una producción francesa de 2011, de 52 minutos de duración, dirigido por Isabelle Doumenc, producido por Camicas Productions.

En un mundo donde cada minuto cuenta, las comidas preparadas disfrutan de un éxito escalofriante. En caja de cartón, plástico o lata. Cada vez las consumimos más.

La noche temática - Así empieza: La comida preparada: ¿qué esconde?

Glutamato de sodio, almidón de maíz y patata procesados, sal de nitrito, E472. Todos estos ingredientes son aditivos; algunos conservan, otros dan sabor, color, volumen; todos son más baratos que la materia prima; nada ilegal, pero ¿están exentos de riesgos todos estos ingredientes químicos?

El consumidor cree que estos platos son totalmente sanos, equilibrados, con cualidades nutricionales reconocidas, respetando las normas sanitarias. Pero investigadores y científicos coinciden en que estos alimentos son bombas de relojería médica. La población presenta y padece enfermedades crónicas, obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc. El consumo ocasional de estos platos industriales no tiene por qué ser un factor desencadenante de enfermedades, pero la acumulación regular sí que representa un riesgo real para la salud.

Comida envasada, comida disfrazada

Comida envasada, comida disfrazada

En la prestigiosa revista científica “The Lancet” la acumulación de aditivos en los productos que compramos ha sido objeto de estudio científico. En 2007, por primera vez, un cóctel de aditivos fue denunciado por investigadores ingleses. Según ellos, los colorantes artificiales o el benzoato de sodio, que lleva el nombre de E211, aumentan la hiperactividad en niños de tres a nueve años. Estos aditivos no fueron prohibidos tras la publicación de este estudio; sin embargo, la Unión Europea exigió a los fabricantes que notificaran en sus envases el riesgo de hiperactividad.

El Doctor Laurent Chevalier, médico nutricionista nos advierte: “Yo creo que lo que debemos decirle al consumidor es que cuando hay más de tres aditivos, aunque sea arbitrariamente, puede desechar el producto o adquirirlo de forma totalmente excepcional”. Actualmente, en Francia, están autorizados más de trescientos aditivos. Esto representa cientos de miles de combinaciones posibles. A día de hoy, ningún estudio científico permite establecer la inocuidad de estas interacciones. Por lo tanto, desconocemos lo que contienen nuestros alimentos.

Hay mucha preocupación por los muchos aditivos utilizados en estos productos, aunque no son los únicos responsables del “factor de riesgo”. Sal, grasa, azúcar. Ninguna ley obliga a los fabricantes a limitar las cantidades de estos ingredientes en la comida preparada. Como ocurre con los aditivos, estos tres ingredientes no son siempre nuestros mejores amigos. Cáncer, obesidad o enfermedades cardiovasculares, el exceso de sal, grasa y azúcar contribuye a estas plagas.

Para el consumidor el etiquetado sigue siendo complejo, a veces imposible de descifrar. La solución pasaría por una mayor vigilancia, una mejor legislación y la vuelta a la cocina tradicional, con el uso de productos locales y de temporada. Ahorraríamos dinero, comeríamos mejor y mantendríamos una mejor salud.

“El fraude de la fruta falsa” (tp)

El documental que cierra esta Noche Temática se titula “El fraude de la fruta falsa”, una producción francesa de 2015, de 52 minutos de duración, dirigido por Eric Edward Wastiaux, producido por Pernel Media Production.

Zumo de fruta, yogures, mermeladas, galletas, compota y frambuesas congeladas. Asegurarnos de comer suficiente fruta es esencial para llevar una dieta sana. Y cada vez son más personas las que recurren a productos basados ​​en frutas para completar esta dieta. Productos deliciosos pero que no son equivalentes a la fruta y la verdura clásica, es el fenómeno de la fruta falsa.

La noche temática - Así empieza: 'El fraude de la fruta falsa'

Lo explica con claridad el profesor Antoine Avignon, experto en diabetes y nutrición del Hospital de Montpellier: “Sin la menor duda. Entre comer una fruta fresca, una fruta llamémosle natural, y una fruta procesada, por muy mínima que haya sido dicha transformación, los nutrientes no se conservan igual. Además, incluso si esta compota es baja en azúcar, tiene azúcar añadido, así que se aleja de la composición de la fruta natural. Lo que se obtiene es un producto que ha sido filtrado, y también calentado, puesto que ha sido esterilizado, de modo que, inevitablemente, se produce una modificación de la fruta. Las normas que tenemos para el consumo de fruta y sus efectos positivos para la salud se refieren a la fruta, la fruta como tal, no a la fruta procesada”.

¿Y qué impacto tiene sobre nuestra salud toda esta comida procesada? El escritor y editor Thierry Souccar lo expresa con claridad: “Si alguien dice: “ A mi realmente la fruta no me gusta, y sin embargo me encanta el zumo de fruta, y en vez de comer dos, tres o cuatro piezas de fruta cada día, bebo dos, tres o cuatro vasos de zumo de fruta”, llegará un momento, después de diez, quince, veinte, veinticinco o treinta años, es posible que esa persona tenga que afrontar problemas de salud, como sobrepeso, diabetes, o enfermedades cardiovasculares”.

Comida envasada, comida disfrazada

Comida envasada, comida disfrazada

Algunos médicos aconsejan no beber ciertos tipos de zumo en absoluto, el motivo lo explica Jean Louis Montastruc, director de Farmacología Médica del Hospital de Toulouse: “Con ciertos medicamentos, sucede lo que nosotros denominamos un riesgo de interacción farmacológica con el zumo; es decir; tanto con el zumo de fruta natural como con el que encontramos en los comercios. Nuestro organismo absorbe los medicamentos, y las enzimas del hígado los disuelven. El zumo de pomelo es lo que nosotros llamamos un inhibidor enzimático, de manera que el efecto del medicamento se prolongará, y existirá un riesgo de sobredosis. Esta interacción afecta a uno de cada dos medicamentos”.

Entre los medicamentos afectados se encuentran los que se utilizan para el tratamiento del colesterol, la hipertensión arterial y diabetes. Según una investigación canadiense, existen más de ochenta y cinco medicamentos que pueden causar problemas médicos si se toman con zumo de pomelo.

Se ha descubierto que los zumos hechos con un cien por cien de fruta conservan las vitaminas de la fruta, pero la pasteurización puede hacer que los niveles de vitamina desciendan. Los batidos retienen más los beneficios de la fruta fresca, pero son altos en azúcar.

Con el proceso de transformación, se van a perder una serie de propiedades de la fruta: densidad, fibra, algunos antioxidantes. Y si la calientas, podrías modificar ciertos equilibrios o incluso introducir nuevos componentes que no estaban en las fruta original, y que podrían causar problemas. El cuerpo no asimila de la misma forma la fruta fresca que, por ejemplo, el zumo.