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Más Isabel - La muerte de Enrique IV

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Enrique murió en Madrid el 11 de diciembre de 1474 con 49 años y se dice que fue fruto de la mala vida digestiva que llevaba, con grandes comilonas y atracones, y con purgaciones propias.

Ángeles Irisarri, autora de Isabel, la trilogía, nos facilita los datos que han llegado sobre este tema hasta hoy: "La muerte de don Enrique sorprendió a todos; su enfermedad, acaso una nefritis aguda o una enfermedad hepática, se lo llevó de este mundo en dos días, el 13 de diciembre de 1474. Alguna mala lengua sostuvo que fue envenenado, y también que en su último estertor volvió a reconocer a la Beltraneja. Pero nada se sabe con certeza, eso sí en su agonía sufrió fuertes dolores y arrojó mucha sangre".

Si el rey no hubiera muerto, ¿hubiera nombrado a Isabel su sucesora? Teresa Cunillera, asesora histórica de la serie, se ríe cuando se lo preguntamos: "¡Tendría que ser adivina para saberlo!" Nos recuerda, ya lo hemos visto en la serie, que el monarca era muy, muy cambiante: "Si no hubiera muerto, la cuestión de la sucesión se habría ido estirando, sin llegar a una solución definitiva".

Irisarri coincide con ella: "Seguramente la situación hubiera seguido siendo la historia de “nunca acabar”, pues el rey Enrique era irresoluto y se dejaba manejar por sus consejeros y amigos, hacía una cosa y la deshacía e iba, venía, y tornaba a ir, sin solucionar el grave asunto de su sucesión".