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El gozo sin sombras de una gran serie

  • Dirigida por Rafael Moreno Alba contó con un presupuesto de 165 millones de pesetas
  • El rodaje transcurrió en su mayor parte en la provincia de Pontevedra
  • Contó con un reparto de nivel, tanto de personajes protagonistas como secundarios

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La actriz salmantina Charo López, en el papel de Clara Aldán
La actriz salmantina Charo López, en el papel de Clara Aldán

 

La serie "Los gozos y las sombras" es la adaptación en cine para su emisión en televisión de la célebre trilogía del mismo nombre de Gonzalo Torrente Ballester. Un drama rural que tiene lugar en Pueblanueva del Conde, un pueblo gallego imaginado por el autor, entre 1934 y 1936, con la 2ª República de fondo. El espectador se convierte en testigo de las tensiones entre caciques y trabajadores, las luchas sociales y sindicales, la violencia y las pasiones que dan cuerpo a la serie.

 

De diez capítulos previstos a catorce

 

Dirigida por Rafael Moreno Alba y producida por Jesús de Navascués, contó con un presupuesto de 165 millones de pesetas. TVE aceptó que finalmente fueran trece capítulos de una hora, en lugar de los diez contratados inicialmente, la extensión y profundidad de la novela lo justificaban. El rodaje transcurrió en su mayor parte en la provincia de Pontevedra y en Madrid, en un palacete cercano a la calle Alcalá. Se inició en diciembre de 1980 y duró siete meses. Hicieron falta otros siete para completar todo el proceso de producción.

 

La puesta de largo de la serie tuvo lugar el 25 de marzo de 1982, fecha de su emisión en la primera cadena de TVE. Posteriormente ha tenido varias reposiciones en la pequeña pantalla y fue reestrenada en RTVE.es el 23 de junio.

 

Jesús Navascués, motor del proyecto, unió a su faceta de productor la de guionista o adaptador. No le quedó más remedio. Tras dos intentos fallidos con dos guionistas cuyo trabajo no gustó a Torrente Ballester, él mismo escribió un guión que fue del agrado del escritor.

 

Torrente Ballester: "En este reparto no hay morralla"

 

La producción de "Los gozos y las sombras" contó con un reparto de nivel y con alguna que otra curiosidad. Carlos Larrañaga, al que algunos críticos de la época calificaron de "JR español", y su hermana Amparo Rivelles, trabajaron juntos por primera vez encarnando a personajes antagónicos,  enemigos acérrimos en la trama, aunque sólo coinciden en una escena. Una inmensa Charo López alcanzó un reconocimiento profesional sin precedentes, llegó de rodar en Austria justo a tiempo para aceptar el papel de Clara Aldán, un personaje que le enamoró nada más leer el guión y que también tuvo como candidatas a Marisol y a Ana Belén. Unos excepcionales Eusebio Poncela y Santiago Ramos, además de Rosalía Dans o Manuel Galiana, entre otros, redondearon un reparto muy acertado. Sin olvidarnos de la naturaleza gallega, un personaje indispensable que casi siempre "da bien en cámara".

 

Gonzalo Torrente Ballester se dejaba caer por los rodajes, sobre todo en Madrid,  exigente y casi obsesivo a la hora de "vigilar" lo que las imágenes iban a hacer con su obra. Minucioso pero también comprometido, con los guiones y con el trabajo de los actores. Se mostró encantado con el plantel de intérpretes elegidos para dar vida a sus personajes, "lo que va a sorprender realmente es que entre esos ocho o diez actores de primera fila y los que van detrás, que son muchos, no hay gran diferencia de calidad. En este reparto no hay morralla" contaba en un diario nacional en 1982.

 

Más carga erótica en la novela que en la serie

 

En su momento se habló de cierta "censura" en algunas escenas interpretadas por Charo Lòpez aunque el director, Rafael Moreno Alba, aseguraba que "se tuvo especial cuidado por pura estética, nunca por censura". Censura o no, lo cierto es que la adaptación de la obra del escritor gallego, permitió llevar a la pequeña pantalla escenas eróticas, como la de una masturbación protagonizada por la propia Charo López, que no se habían visto anteriormente.