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'Cenit', un thriller sobre los sueños y el sonambulismo

  • María Medem nos inquieta con una conversación entre dos misteriosos personajes
  • Un cómic en el que destaca un mundo onírico lleno de color

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Detalle de una página de 'Cenit'
Detalle de una página de 'Cenit'

Cuando el sol alcanza su cenit, dos misteriosos personajes conversan en una larga mesa en medio de un paisaje onírico y aparentemente desértico pero lleno de color. Una conversación en torno a los sueños y al sonambulismo que nos arroja una incógnita tras otra. Ese es el punto de partida de Cenit (Apa-Apa) un sorprendente cómic de la joven María Medem.

Álvaro Pons, que fue de los primeros en leerlo entre otras cosas dijo que era un thriller y eso me gustó mucho -asegura María-., Porque era una de las intenciones que tenía al hacerlo, no perder ese ritmo y mantener el suficiente contacto con la realidad para que el suspense y la incógnita tuvieran la importancia que yo quería que tuvieran”.

“El inicio de la idea –añade María- surgió con una conversación en la que muchas personas que tenían anécdotas sobre el sonambulismo. Me impactó y tuve ganas de hacer algo relacionado más explícita o vagamente con eso. En ese momento estaba acabando otro cómic, Satori, así que dejé la idea aparcada pero fui desarrollándola poco a poco y cuando Toni me dijo de hacer un cómic con Apa-Apa creo que solo me faltaba tener claro el final y poner orden a todo”.

Página de 'Cenit'

Sueños, conversaciones y entendimiento

Esta es una de esas obras en las que cuanto menos sepáis antes de su lectura mucho mejor. “Resumir el argumento me parece complicado –confiesa María-. En la contraportada, a la hora de hacer la sinopsis, le pedí a Toni que intentara que no aparecieran los detalles principales de la historia”.

“Está narrado –añade- con la intención de que el lector vaya descubriéndo las cosas poco a poco y, aunque al leerlo la trama está clara, creo que la visión personal de cada uno enriquece la historia de una manera u otra. Si digo claramente qué sucede en el libro, pienso que esa libertad de entendimiento se coarta un poco y también se pierde la alegría de descubrir por uno mismo qué está pasando ahí”.

“De manera más general –concluye María- se puede decir que el argumento gira entorno a las conversaciones, la falta de control y los límites del entendimiento entre las personas”.

Páginas de 'Cenit'

Y los sueños… ¿sueños son?

El cómic trata de esa confusión entre los sueños y la realidad, pero también de otros temas. “Creo –asegura María- que el tema que quizás se trata más abiertamente es la incertidumbre de no poder controlar tus actos y las distintas maneras de enfrentarse a esto, como se puede vivir una misma cosa de infinitas maneras, la relatividad que todo esto implica”.

“La parte de los sueños me gustó mucho trabajarla –añade-. Es una manera de narrar lo que sucede en la mente del que sueña con total libertad. Él mismo no sabe con exactitud hasta qué punto le afecta lo que está viviendo y cómo esto difiere de la manera que tiene de teorizar sobre su problema”

La joven autora nos comenta qué son los sueños para ella: “Me gustan mucho. Entre muchas cosas, te permiten vivir sensaciones que no has vivido o, al menos, que no recuerdas vivir. El otro día soñé que estaba en una especie de explanada inmensa de hormigón, un espacio que hay en mi ciudad pero en el sueño era de un tamaño descomunal, hacía frío y brillaba un sol muy agradable. Esa sensación, por ejemplo, no recuerdo haberla tenido con esa intensidad en la vida real y puede que nunca la vaya a tener, pero el sueño sí me lo permitió. Claro, también sucede con cosas desagradables”.

Pero… ¿ha sufrido alguna vez de sonambulismo, como los protagonistas de esta historia? “Sonámbula no, no lo soy -confiesa-. Algunas veces me he despertado y algunas cosas habían cambiado de sitio de la noche a la mañana, pero algo así sin importancia, creo que eso le pasa a todo el mundo alguna vez”.

Viñetas de 'Cenit'

Los protagonistas y su mundo

En cuanto a los dos protagonistas de esta historia, María nos comenta que: “Uno es alfarero y el otro trabaja el vidrio, cada uno se enfrenta a su problema de una manera totalmente distinta y entre ellos tienen una relación particular. No se saben sus nombres en ningún momento del cómic”.

“Esto lo hice –añade- porque al ponerle un nombre, inevitablemente ya le estás proporcionando un cierto matiz a su personalidad que variará respecto al lector. Prefiero que en un inicio, sean personas herméticas y que su carácter y qué les mueve vaya poco a poco saliendo a la luz, sin nada que lo dificulte”.

En cuanto al mundo en el que viven: “Es atemporal –afirma María-, intenté que no saliera nada que lo ubicara en ninguna época concreta. No creo que eso pudiera añadir algo a la trama, sino si acaso entorpecerla”.

“Una vez me puse a trabajar en ello –añade-, me di cuenta de que tenía algo de teatro, porque a la trama se desarrolla en solo tres lugares, y solo hay dos personajes, aunque se haga referencia a otras personas, que aparecen de manera borrosa o directamente no aparecen”.

“En cuanto a los paisajes –continúa-, me interesaba que fueran espacios extensos. Esa extensión a mí me provoca tanto sensación de desolación como de libertad. No es algo que aparezca únicamente en los paisajes, sino también en las habitaciones que salen; suelen ser amplias, difíciles de abarcar”.

Contraportada de 'Cenit'

Dibujo realista, color onírico

En cuanto a su estilo de dibujo María confiesa que: “¡Es complicado responder a esta pregunta! Supongo que alguien que lo vea desde fuera sabría clasificarlo mejor. En cierto modo es realista en cuanto al dibujo, pero en el color no creo que lo sea. Más que describir, con el uso del color intento narrar. Creo que mis dibujos no son barrocos ni abunda el detalle, por lo general. A veces termino un primer boceto que tiene más detalles de lo habitual y acabo eliminando todo ese exceso porque me agobia”.

En cuanto a sus influencias, confiesa que son algo académicas: “Estudié Bellas Artes en Sevilla, que es puro academicismo, algo que me pareció innecesario en muchos aspectos y no lo disfrute mucho, pero creo que ha marcado mi manera de dibujar”.

“Dibujábamos, pintábamos y trabajábamos el barro a partir de modelos del natural –añade la artista-. Jamás saqué notas especialmente buenas, así que hasta que acabé Bellas Artes no empecé a hacer cómics ni a soltarme con el dibujo, porque tenía la sensación de que como no podía alcanzar el canon, mis dibujos no valían”.

Página de 'Cenit'

“Pero de alguna manera –continúa María- se me ha quedado el gusto en lo formal por el cuerpo humano, es de las cosas con la que ahora más disfruto dibujando junto con el movimiento o el naturalismo de los actos cotidianos. También me gusta mucho el trabajo de artistas que trabajan conceptos más alejadas de todo esto, se me ocurren ahora: Stefanie Leinhos, Cintia Alfonso, Oscar Raña o Chris Harnan”.

“Alguien cuyo trabajo admiro mucho es Cody Cobb, un fotógrafo de paisajes americano –añade-. La manera que tiene de tratar los espacios me parece impresionante. También últimamente me gusta mucho Lawrence Alma-Tadema, sobretodo las posiciones de sus figuras”.

“Por último –afirma María-, de esto no he sido muy consciente durante el proceso, pero me lo comentaron en una entrevista, se nota la influencia de Moebius. Hace mucho que no leo su obra pero fue el autor con el que retomé la lectura del cómic en la adolescencia, cambió mi manera de entender el medio totalmente, y me marcó, sin duda”.

Mención aparte merece su uso del color, con cielos que parecen zumo de melocotón, por ejemplo, y que es fundamental para la historia. “Para mí es muy importante, creo que indispensable en algunos trabajos –confiesa-. Lo primero que dibujo siempre es la línea, y luego ya voy añadiendo el color, así que lo primero que le envié a Toni de Cenit fue el libro en blanco y negro y muchísimas escenas no se entendían. El color me sirve para narrar, para hacer transiciones y paralelismos, para crear atmósferas”.

Página de 'Cenit'

Sus proyectos

En cuanto a sus proyectos, María nos confiesa: “He estado trabajando en este libro durante un año casi todos los días, así que al acabarlo he tenido una sensación un poco rara, una necesidad de hacer algo para rellenar todo ese tiempo que de repente tenía libre, pero también de meterme en proyectos más cortos, para descansar un poco. Estos procesos tan largos son agotadores, parece que nunca se van a acabar, siempre quedan mil cosas por hacer hasta que se lleva a imprenta”.

“Por ahora –añade- estoy acabando un proyecto con Hugo Espacio, con el que ya hice un fanzine que se llama Karate, que va ligado a la música. Es una pequeña publicación acompañada de un cassette en loop, para tratar el tema de la repetición, y vamos a seguir haciendo más cosas así, acompañando los zines de música”.

“También –continúa María- voy a colaborar con una programadora, Marta Altieri, algo que me hace mucha ilusión, porque me parece que hay muchas cosas que explorar en esa dirección que desconozco totalmente. Y me parece que en diciembre va a salir una pequeña publicación que he hecho con Fidèle Editions, una editorial francesa, que es una recopilación de comic mudos”.

“Cuando ya haya descansado un poco –concluye-, empezaré el siguiente cómic con Apa-Apa, porque aunque tenga más o menos la idea clara quiero trabajarlo con calma, que me dé tiempo a desarrollarla bien y sin prisas”.

También es recomendable no tener prisa para disfrutar del mundo que nos propone en Cenit, un cómic hipnótico.

Portada de 'Cenit'