Muere Maya Plisetskaya, la gran diva del ballet

• Falleció de un infarto a los 89 años, en su residencia de Múnich.
• Fue aclamada por su interpretación de ‘La muerte del cisne’.
• Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2005.

Un retrato de Maya Plisetskaya, adornado con rosas ante el teatro Bolshoi de Moscú este lunes 4 de mayo.

La muerte ha sorprendido a Maya Plisetskaya haciendo las maletas este sábado, en Alemania. Pensaba trasladarse a Lucerna (Suiza) donde el próximo día 15 de mayo iba a recibir el primero de los muchos homenajes previstos para este año, con motivo de su 90 aniversario. Sin embargo, un repentino fallo cardíaco ha puesto punto y final a la biografía del gran cisne del siglo XX.

"Su carrera"

Maya Plisetskaya (Moscú, 1925) creció dentro de una familia de artistas judíos de prestigio. Su infancia fue difícil al padecer la represión de Stalin, que ordenó ejecutar a su padre, mientras que su madre fue enviada a un campo de internamiento. Dos de sus tíos eran bailarines en el Teatro del Bolshoi, compañía a la que se unió siendo una adolescente. Con sólo 18, debutó y poco tiempo después se convirtió en primera bailarina con el rol que la encumbraría y colocaría a la altura de Anna Pavlova: ‘La muerte del cisne’.

Su carrera está llena de interpretaciones memorables por la perfección técnica de sus movimientos, su energía, su gracilidad, su potencia para los grandes saltos y la delicadeza de sus brazos. Sus papeles de ‘Kitri’ en ‘Don Quijote’, de ‘Carmen’, ‘Laurencia’, ‘Isadora’ o ‘Ana Karenina’ (con partitura de su marido, el compositor Rodion Shchedrin, que también creó para ella ‘Carmen Suite’) son ya historia de la danza.

"Su relación con España"

Cuando José Manuel Garrido Guzmán (exdirector general del INAEM) la fichó para dirigir el Ballet del Teatro Lírico (hoy Compañía Nacional de Danza) lo hizo con la intención de traer a España a alguien de relevancia internacional en el ballet académico y que continuara la labor de María de Ávila.

Maya Plisetskaya, gran admiradora de nuestro país desde niña, dijo sí y dirigió la compañía desde 1987 a 1990.  Recibió la nacionalidad española en 1993.

La ‘Prima ballerina assoluta’ del siglo XX junto a la cubana Alicia Alonso y la británica Margot Fonteyn recibió multitud de reconocimientos a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias en 2005 (compartido con Tamara Rojo).

“"un faro de intensos destellos"“

Cuando cumplió 80 años fue homenajeada en el Palacio del Kremlin de Moscú, con una gala a la que asistieron más de 6.000 invitados. Y bailó (se retiraría definitivamente dos años más tarde). Lo hizo con la pieza ‘Ave Maya’ de Maurice Béjart, en la que sorprendió a los asistentes con una elasticidad envidiable para su edad.

Tras la actuación el diario Financial Times escribió: “Ella era, y aún es, una estrella, un monstruo sagrado del ballet, la última exposición del glamour teatral, un faro de intensos destellos en un mundo de tenues talentos titilantes, una hermosura en el mundo de lo bonito.”