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James Taylor, arte de corazón

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El pasado miércoles 28 de febrero James Taylor recibió de Barak Obama en la Casa Blanca la Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos junto a la actriz Meryl Streep, los músicos Sonny Rollins y Quincy Jones, Harper Lee, la autora de “Matar a un ruiseñor” o el poeta Donald Hall, entre otros.

En la introducción de la entrega se dijo en referencia a Taylor que “su voz única y su manera magistral de interpretar la guitarra se hallan entre las más reconocidas de la música popular y su repertorio extenso de canciones ha tenido una influencia profunda en los compositores y aficionados musicales de todos los géneros de la vida”.

Artista polifacético

Cantante, músico y guitarrista virtuoso, el bostoniano Taylor bebe de las fuentes del folclor celta, irlandés y escocés, orígenes de su familia; del legado académico, del barroco inglés, desde Henry Purcell al sinfonismo americano de Aaron Copland; del trovador correcaminos del viejo Oeste del siglo diecinueve como Stephen Foster. Aún más: a estos influjos familiares de cultura grecorromana, anglosajona o germánica, se hermanan en Taylor cuantas corrientes se han sucedido en la música negra durante el siglo XX en Estados Unidos: blues, jazz, rock, incluso rap melódico, las voces de Ray Charles, Aretha Franklin, Nat King Cole, la guitarra y el timbre de Lightnin’ Hopkins... Y, cómo no, los creadores melódicos y orquestales, herederos de una y otra cultura, la europea y la africana: Hoagy Carmichael, George Gershwin, Cole Porter...

James Taylor fue nombrado Artista del Siglo por la revista de cultura y espectáculos Billboard en 1998. Cada año la Academia de Música y Artes Sonoras de Estados Unidos entrega el denominado premio Grammy MusiCares Person of the Year (premio Grammy al Personaje humano del año). En la edición de 2006 se entregó a James Taylor en la celebración más unánime hacia una figura que se conoce en la Historia estadounidense, por su solidaridad y filantropía.

Varios músicos prestigiosos cantaron sus mejores canciones y reclamaron en Taylor al artista que marcó sus carreras e incluso influyeron en sus decisiones a la hora de convertirse en músicos: Carole King, Paul Simon, Bruce Springsteen, Sting, Taj Mahal, Dr. John, Bonnie Raitt, David Crosby, Jackson Browne, Sheryl Crow, Dixie Chicks, Linda Ronstadt, etc.

Coleccionista de premios

El 6 de marzo de 2000 Sir Paul McCartney fue el encargado de presentar, de apadrinar a James Taylor en el Rock and Roll Hall of Fame. “Es sencillamente bueno. Basta con observarlo. Es fantástico. Y su forma de tocar la guitarra también es increíble. Lo tiene todo. Es una maravilla”, admitía Paul McCartney en 2001 al escritor y biógrafo Timothy White. McCartney conoció al poeta y músico bostoniano en 1968 cuando lo fichó para Apple Records, sello discográfico que el cuarteto The Beatles acababa de fundar.

El poeta intimista, abierto, el comunicador sincero... Taylor entronca con el naturismo y universalismo de Walt Whitman, con la filosofía necesaria de nuestra unicidad de Herman Hesse, con el cine emotivo de John Ford o el amistoso de Howard Hawks, con la conciencia social urgente de John Steinberg, con el tiempo subjetivo de Henri Bergson - recuérdese el retrato en blanco y negro de Richard Avedon en la portada del disco Walking Man de 1974 -, y el llanto, la despedida eterna de Rilke y, probablemente, sin saberlo con los versos camineros de Antonio Machado. Escúchese Walking Man. “El tiempo marca mi música”, dice Taylor.

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