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La mejor música de 2011

Lo mejor de 2011 para Radio 3: Ricardo Aguilera

  • El co-presentador de 'La madeja' elige lo mejor del año

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Disco del año: Ricardo Aguilera

Tom Waits - Bad As Me

La espera ha valido la pena. Tras siete años en barbecho, Tom Waits publica uno de sus discos más accesibles sin perder el ADN de su música. El afán de comprensibilidad es evidente. Las canciones son cortas y todas remiten a un género establecido: blues, jazz, rhythm & blues, rockabilly o folk.

Waits interpreta todo su repertorio de papeles: el filósofo vagabundo, el amante a tumba abierta, el bebedor de fondo de barra, el payaso melancólico, el perro sarnoso... La lista de músicos es un sueño hecho realidad: Marc Ribot, Augie Meyers, Keith Richards, Charlie Musselwhite, David Hidalgo, Flea o su hijo, Casey Waits, con esas percusiones ominosas que son marca de la casa, el único espacio de experimentación que se permite en este disco.

Para empezar suena "Chicago", una locomotora a toda pastilla con el saxo de Clint Maedgen resoplando al estilo del mejor "jump blues". El "rhythm & blues" del siglo XXI se dibuja en "Raised Right Men", que esboza un escalofriante bodegón humano. "Talking at the same time" es una pieza notable. Pese a ser una balada en tono de blues, el ritmo lo marcan unos vientos que trenzan un suave ska.

Wats canta en falsete las cuarenta de la crisis: "Pagamos la fianza de los millonarios / Ellos se quedan con la fruta / Nototros nos quedamos con las cáscaras / Y todo el mundo está hablando a la vez". Con "Get lost" llega el rockabilly al compás del sonido antiguo de la guitarra de Hidalgo. La de Ribot pone campanas al blues fatalista de "Face to the highway". La balada "Pay me" nos lleva al oeste, y cruzamos la frontera con el aroma de mariachi de "Back in the crowd".

El tono folk de "Last leaf" propicia un encuentro de voces en estado de ruina: los coros son de Keith Richards. El "stone" vuelve a la palestra en "Satisfied", una vuelta de tuerca de "Satisfaction" donde Waits canta: "Mr. Jagger, Mr. Richards" / Me rascaré cuando me pique / Tendré satisfacción / Seré Satisfecho / Antes de palmarla". Ráfagas de percusión ambientan "Hell broke Luce", un alegato antibélico. En "New Year's Eve", una bellísima balada, Waits incrusta el tradicional "Auld Land Syne", como antaño hiciera con "Waltzing Matilda" en "Tom Trauber's Blues". Si conocéis a alguien a quien no le guste Tom Waits, éste es su disco.

Tom Waits - Bad As Me by Arturo Paniagua on Grooveshark

Ry Cooder - Pull up some dust and sit down

Woody Guthrie labró su leyenda poniéndole banda sonora a las tragedias humanas derivadas de aquella estafa mundial que conocemos como "el crack del 29". Con la que está cayendo, Ry Cooder ha decidido recoger ese testigo y ponerle música a el timo global que estamos sufriendo.

Como viene siendo habitual en los discos del californiano, el envoltorio musical recoge los tonos del folk, el blues y el tex-mex, acompañado una banda todo terreno donde figuran las percusiones de su hijo Joachim, el acordeón de Flaco Jiménez o la batería de Jim Keltner. Cooder, por su parte, luce sus habilidades con la guitarra, el banjo, la mandolina, el bajo y los teclados.

Las canciones rezuman humor en su exposición de los males de la época. Comienza con la retranca de "No banker left behind", haciendo sangre en el hecho de que hayamos salvado a los bancos que nos han hundido. En contraposición encontramos la figura de un bandido que jamás robó a los humildes en "El corrido de Jesse James". En "No hard feeings" hace un guiño al "This land is your land" de Guthrie cuando canta "este país debería haber sido tu país", cosa que ya no sucede en ninguna parte.

En clave de puro tex-mex, "Christmas time this year" narra la vuelta a pedacitos de los desmembrados soldados chicanos que defienden los intereses de la nación allende las fronteras. Y para que no falte un rayo de esperanza, un blues, "John Lee Hooker for President", donde también propone a Jimmy Reed como Vicepresidente y a Little Johnny Taylor como Secretario de Defensa; y no podía faltar una promesa electoral, claro: "Todo hombre y mujer tendrá un scotch, un bourbon y una cerveza tres veces al día, si se mantienen firmes". Pues va a ser lo que nos haga falta.

Ry Cooder - Pull Up Some Dust & Sit Down by Arturo Paniagua on Grooveshark

Sophia Charaï - Pichu

Marroquí afincada en Francia, aficionada al jazz y el soul, interesada por las músicas de India y Andalucía, íntimamente ligada al espíritu gitano-europeo, arquitecta y diseñadora... Con semejante foto-robot, sobra decir que la música de Sophia Charaï tiene tintes mestizos, como tantas otras, pero en su caso con una feliz aportación de clase y personalidad.

Charaï hipnotiza desde el primer momento, en cuanto suena ese simpático aire de cabaret magrebí que impregna "Pichu". En su universo musical suenan acordeones, darbukas, laudes y tubas, instrumentos ajenos al "mainstream", pero llenos de carácter, justo el que tiene a raudales la música fresca y embriagadora de Charaï.

Pichu | Sophia Charaï

June Tabor & Oysterband - Ragged Kingdom

Hace algo más de 20 años, June Tabor se reunió con la Oysteband para firmar un disco que ha quedado como ejemplo de la puesta al día del folk anglosajón. Esta nueva reunión no le va a la zaga a aquella grabación legendaria. June Tabor conserva el poderío de una voz que casi no parece humana, de una serenidad atemporal y divina; una voz de la que solo pueden salir verdades como puños.

La Oysterband pone a la diosa en la peana musical que se merece: exquisita, sutil y llena de grandeza. Desde los temas tradicionales como "Bonny Bunch of Roses", a los prestados -"That was my vil" de PJ Harvey, o "Seven Curses" de Bob Dylan"- todo el disco rezuma solemne sabiduría vital y musical. El dúo entre John Jones y June Tabor en "Love will tear as apart", del malogrado Ian Curtis, arranca las lágrimas del oyente más encallecido. Música para guardar en el joyero.

Gabby Young & Other Animals - We're all in this together

Gabby se viste en plan patch-work, poniéndose encima todo lo que encuentra a mano, pero combinándolo con extraño gusto. Su música es igual. En este exuberante disco de debut, la joven británica picotea en varios estilos para crear un ambiente propio y único. Al fin y al cabo, eso es la música: siempre mestiza, siempre nueva.

Con una banda de animales donde habitan vientos, banjos, guitarras y acordeones, Gabby cose el ragtime con la música balcánica, los dejes del cabaret francés con el pop anglo-sajón. Su voz, afortunadamente, es personal, nada que ver con el aullido estándar de los concursos televisivos ni con el imperante maullido de gatita en celo de las menos dotadas. Gabby canta, y adapta su garganta a la tesitura de cada tema. Un tesoro a descubrir.

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