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Reeditando 'Kind of Blue', que es gerundio

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Creo sinceramente que los aficionados al jazz de este mundo -que, aunque no lo parezca, somos un montón- deberíamos reunirnos un día todos, para así formar un poderoso "bloque de presión" con las máximas garantías de eficacia y presentar un proyecto de Ley Universal, para que la promulgara alguna Autoridad (?) u Organización (?) Cultural de ámbito mundial. Una ley que fuera de obligado cumplimiento y que instituiría "la reedición permanente (iba a decir 'periódica' pero no) del disco Kind of Blue de Miles Davis, para educación y, por supuesto, deleite de las futuras generaciones de amantes de la buena música".

Por nuestra parte, los jazzfans nos comprometeríamos a realizar audiciones (cuanto más frecuentes e intensas mejor) y reexploraciones cuidadosas y analíticas de la música que contiene esta grabación. Para ello hay dos fórmulas: en solitario, o, en grupo (que suele ser más entretenido y gratificante). Y todo ello hasta que fuéramos capaces de cantar/tararear todo el disco de memoria, nota por nota, al derecho y también al revés... Es una idea, oye...

Bromas aparte, una cosa está más que clara: desde hace 50 años -cuando salió por primera vez al mercado- hasta hoy (y lo que queda hasta la eternidad) Kind of Blue ha ido mucho más allá de ser solo una de las más celebradas grabaciones del genial Davis o de ser uno de los mejores discos de jazz de la Historia. Se ha transformado en el equivalente musical de LA BIBLIA para generaciones enteras, para cientos de músicos, críticos y aficionados a lo largo y ancho de nuestro jazzístico mundo.

En la historia del jazz moderno -iniciado por Charlie Parker que le hizo dar a esta música un salto irreversible- Kind of Blue es la grabación que, en 1959, marcó de manera irrefutable un ANTES y un DESPUÉS en este período del jazz contemporáneo. Y tuvo que ser Miles Davis su artífice. Ese Miles Davis que, sin lugar a discusión, es responsable de muchos de los cambios que el jazz, este Arte del Siglo Veinte, ha experimentado en la segunda mitad de ese mismo siglo. Kind of Blue señala uno de ellos y no el menos importante. Sin olvidarnos, por supuesto, de que los músicos con los que el gran trompetista supo rodearse para la elaboración de semejante maravilla, John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans, Wynton Kelly, Paul Chambers y Jimmy Cobb eran entonces (y lo decimos sin temor a equivocarnos) los mejores que podía escoger para este propósito y también los únicos capaces de entender lo que Miles quería llevar a cabo aquél día y así secundarle perfectamente para culminar con éxito lo que fue -aunque parezca increíble- un experimento sin ensayos previos (todo prácticamente a la primera toma).

Así que con motivo de esos cincuenta años, a lo largo de los cuales ha conseguido superar mundialmente los 4.500.000 de ejemplares (de los que unos 110.000 -disco de platino superado con creces- corresponden a nuestra piel de toro) celebramos con legítimo gozo y júbilo esta nueva reedición de una indiscutible y absoluta OBRA MAESTRA.

Un último detalle para los que no poseen todavía hoy esta reciente remasterización (incluyendo una magistral toma alternativa del tema 'Flamenco Sketches'): sepan que los que compramos en su momento -a principios de los sesenta- Kind of Blue (y lo volvimos a comprar, una y otra vez, por causa de desgaste...) estuvimos, durante más de treinta y pico años, escuchando la Cara A del vinilo (o, lo que es lo mismo, los tres primeros temas del CD que se editó en los ochenta: 'So What', 'Freddie Freeloader' y 'Blue In Green', de la sesión del 2/3/1959) a una velocidad errónea por culpa de un defecto en la máquina grabadora del master utilizado y que giraba una pizca más lento de lo correcto. Por consiguiente, el tono de cada uno de esos tres temas resultó, al procesar el disco a velocidad normal, ligeramente más alto o agudo de lo que debía ser. Por suerte había una segunda copia -jamás utilizada hasta una de las reediciones de los años 90- hecha simultáneamente en otra máquina durante aquella sesión y sin ese defecto. Así es como tenemos hoy un Kind of Blue perfecto de tono y con toda la calidez deseada en el sonido de los instrumentos.

¿Mi tema favorito? Fácil: empieza en el primer surco de la Cara A y acaba en el ultimo surco de la Cara B... ¿Qué queréis que os diga? 

Que lo disfrutéis una y un millón de veces.