Enlaces accesibilidad
Esclavitud

La historia de Fatou: esclava en Kuwait

  • Fatou Jagne es gambiana y fue víctima del tráfico ilegal de personas en Kuwait en 2015
  • Ahora es activista en Gambia y lucha para combatir la esclavitud: "No tengo miedo porque lo hago por mi pueblo"

Por
Fatou, víctima de la trata ilegal de personas

“Mi nombre es Fatou Jagne. Soy gambiana y fui traficada a Kuwait por una amiga de mi primo”.

Fatou Jagne tiene 30 años. Estudió auxiliar de Farmacia en la Universidad de Gambia. Después trabajó en un hospital pero cada vez le pagaban menos. Su país estaba todavía bajo el régimen del dictador Yahya Jammeh (cayó en enero de 2017). En Gambia, había y hay un alto porcentaje de desempleo juvenil y de precariedad. Muchos jóvenes optaban y optan, aunque hoy menos, por jugarse la vida en el llamado back-way (la emigración ilegal a Europa).

Un día, una amiga de su primo se ofreció a ayudarla. Comenzó entonces una pesadilla de la que todavía no se ha repuesto. Corría el año 2015. La creyó a pies juntillas. Le dijo que tenía un empleo para ella en el campo de la sanidad en Kuwait. Fatou nunca había oído hablar del tráfico de personas. Jamás pudo imaginar que acabaría siendo una víctima del mismo. Pagó a la amiga de su primo para que preparara la documentación y los billetes.

Fatou lucha para que las mujeres hablen y denuncien públicamente la situación que están viviendo.

“Cuando llegamos a Kuwait” -nos cuenta- “vi cómo los árabes nos maltrataban en el aeropuerto. Estaba conmocionada. Les dije que por qué nos empujaban y nos atormentaban. Nos quitaron todos nuestros documentos. Nos llevaron a una oficina. Pregunté por qué nos habían quitado nuestra documentación. Nadie respondía. Llegaron unas personas y llamaron a algunos por su nombre y se los llevaron. Una persona vino y dijo nuestros nombres. Pregunté una y otra vez que adónde nos llevaba. Al final dijo que a su oficina. Allí vi a personas árabes que daban dinero y se llevaban a alguien. Pregunté adónde se llevaban a esa gente. No estaban dispuestos a responder. Era la única que hablaba, los demás estaban en silencio”.

Poco después se dio cuenta que lo que le esperaba no era un empleo en la sanidad. Su vida entró en un agujero negro. El mundo se le vino encima cuando escuchó: “Te hemos comprado. Ahora eres una esclava. Estás aquí para trabajar como esclava. Ahora, eres una esclava, eres un animal. Tienes que trabajar en lo que nosotros queramos”.

“Yo repetía que no era una esclava” -recuerda Fatou-, “me maltrataron terriblemente. Era su criada. A mí no me gustaba ese trabajo. Trabajaba 24 horas sin descanso. A veces me pegaban, no me daban de comer y tenía que dormir unas veces en el baño, otras en la cocina. Nunca me pagaron. Te llaman esclavo, animal, mono, basura, te escupen, sus hijos te tiran de todo, te pegan. Es muy doloroso. Te tratan como a los animales, como si no fueras un ser humano”.

Un día decidió huir, sin nada. Fue detenida y acabó en prisión. Allí vio cómo mataban a algunas personas. Temió que ese fuese su final. Resistió. Allí decidió que si sobrevivía, volvería a su país y lucharía contra la trata de seres humanos para que nadie tuviera que pasar por lo mismo que ella.

Fatou no tiene miedo de luchar para acabar con la trata ilegal de personas porque lo hace por su pueblo y por la humanidad.

Sufrí abusos sexuales pero no fui violada aunque lo intentaron. Otras chicas, sí lo fueron. Es realmente triste. Allí no se respetan los derechos humanos. Recientemente, una joven fue asesinada por su jefa. Queremos que nuestras voces se oigan. Volví a África para hablar sobre el tráfico de seres humanos, sobre esclavitud, sobre derechos humanos porque aquí no se habla del tema. La cultura del silencio prevalece y hay que acabar con ella”, afirma tajante.

Su amo había quemado su documentación y sin ella no podía salir del país. Al final, lo consiguió con un permiso especial y regresó a Gambia en 2017. Fundó la Red de Chicas contra el Tráfico de Personas, de la que hoy es su presidenta. Es también miembro de la Red contra la Violencia de Género de Gambia.

“Todos esos países árabes, Kuwait, Arabia Saudita, Qatar, Líbano, son así. Lo sé porque los miembros de mi organización vienen de allí y cuentan lo mismo que yo. Nadie hace nada, tampoco el gobierno. Quiero que se sepa todo. Cuando hablo con gente que se quiere ir y les cuento lo que ocurre, deciden no ir. Pero necesitamos apoyo”.

Denuncia que quienes traficaron con ella son Aji Fatou George y su marido, el doctor Ngum. Ellos dicen que solo ayudan a estas chicas. Fatou asegura que a los traficantes no les pasa nada, que te los puedes encontrar por la calle. De hecho, el último informe de Estados Unidos sobre el tráfico de seres humanos concluye que el gobierno de Gambia no cumple con los estándares mínimos para la eliminación de la trata y que tampoco hace esfuerzos significativos para mejorar.

La traficante de Fatou engañó a su familia diciéndole que había ido a trabajar

“Ser una víctima me ha convertido en activista, me ha hecho romper el silencio, me ha hecho dar un paso adelante y hablar, me ha hecho creer en mí misma, me ha hecho fuerte. Ser víctima me ha hecho creer que puedo ayudar a otros. Quiero que la gente me escuche”, clama Fatou emocionada.

Sabe que su vida corre peligro. A veces, los traficantes la llaman y la amenazan. Pero ella no está dispuesta a callar. “No tengo miedo porque lo hago por mi pueblo, por mi país, por el mundo entero, por la humanidad”, sentencia con valentía.

La trata de personas, en cifras

Informe mundial 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito –UNODC-

  • El número total de víctimas de trata ha aumentado. Podría deberse a que se está traficando con más personas, pero también a que la detección de este delito, las condenas y la identificación de las víctimas están mejorando en algunos países.
  • La mayoría de las víctimas son mujeres, sobre todo adultas, pero también hay cada vez más niñas. En conjunto, representan más del 70% de las víctimas.
  • La trata con fines de explotación sexual es la más detectada a nivel mundial. Casi tres cuartas partes de las víctimas de este tipo de tráfico son mujeres
  • La mayoría de los traficantes siguen siendo hombres.
  • Más de la mitad de las víctimas de la trata para trabajos forzados son hombres.
  • Los flujos de tráfico hacia los países más ricos son más diversos geográficamente. Los países ricos de Europa occidental y meridional, así como de América del Norte, detectan víctimas procedentes de un gran número de países.
  • La trata con fines de matrimonio forzado se detecta con mayor frecuencia en algunas partes del Asia sudoriental, mientras que en los países de América Central y del Sur se registra la trata de niños con fines de adopción ilegal.
  • El tráfico para la delincuencia forzada se denuncia principalmente en Europa occidental y meridional, mientras que el tráfico para la extracción de órganos se da principalmente en África septentrional, Europa central y sudoriental y Europa oriental.