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Matt Dillon: "Hay una hipersensibilidad en la gente joven: no se puede decir nada sin ofender"

  • El actor estadounidense recibe en Valladolid la Espiga de Honor de la Seminci

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El actor y director Matt Dillon, fotografiado en la edición 2018 de la SEMINCI en Valladolid
El actor y director Matt Dillon, fotografiado en la edición 2018 de la SEMINCI en Valladolid

La Seminci de Valladolid comienza coronando a Matt Dillon como uno de los actores "del mejor cine independiente estadounidense". Así lo ha presentado el director del festival, Javier Angulo, al concederle la Espiga de Honor de la edición 63 del Festival. Antes, el cine ha arrancado con Tu hijo, de Miguel Ángel Vivas, en la que José Coronado se luce como un padre coraje fuera de control en un violento retrato de la crisis de lo masculino.

Dillon participa en la película de clausura Head Full Of Honey, en la que Til Schweiger dirge un remake de su propia película alemana. A Dillon, en rueda de prensa, se le escapó que su otro protagonista, Nick Nolte, acudirá a Valladolid el 27 de octubre. Pero de momento, el protagonista de la Seminci es Dillon: socarrón, directo y muy comunicativo.

Y es verdad que dentro de una carrera con tantos altibajos (estrella juvenil en los 80, recuperado a fogonazos en los 90, nominado al Oscar por Crash en 2003, y que viene de protagonizar lo último de Lars Von Trier, The house that Jack built), hay auténticas cimas como La ley de la calle, Drugstore Cowboy o Beautiful Girls.

José Coronado inaugura la Seminci como un padre coraje fuera de control

“La industria cambia todo el tiempo. Cuando en 1978 hice mi primera película con 14 años no existía el cine independiente, lo llamaban ‘serie B’. Independiente es el espíritu con el que se hacen las cosas, con un director autónomo y libre. No sé si lo represento”, afirma. A veces haces cosas por amor, no por el dinero. Cuando terminé de rodar The house that Jack built dije ‘qué maravilla’. Y me dijeron: espera a ver tu salario”.

El actor, de 54 años, representó, junto a actores como Ethan Hawke o Keanu Reeves, a la llamada generación X. ¿Lo siente así? “No sé, son fronteras artificiales. Todos somos personas. ¿Cuándo empiezan los millennials? No lo sé”, se pregunta antes de reconocer algún rasgo generaciones. “Sí creo que hay una hipersensibilidad en la gente joven. Parece que no se puede decir nada sin ofender. La gente está asustada de ser honesta y decir lo que piensa. Es una especia de censura privada”, analiza.

Mejor el orgullo que el éxito

Ha rodado para Francis Ford Coppola o Gus Van Sant, pero todavía está conmocionado por su trabajo con Von Trier. “Lo sitúo en lo más alto. En las películas hay grandes guionistas y actores, pero el cine es un medio de los directores. Es una películas, oscura, difícil, que explora el mal. Pero al hacerla no había nada oscuro. Todo era buena energía, descubrimiento. Estaba aprendiendo y todo era gracias a la confianza del equipo y el director. Esa es la clave”.

Dillon también ha vivido taquillazos como Algo pasa con Mary, pero dice disfrutarlos a medio gas. “Es maravilloso que una película tenga éxito, pero no hay nada mejor que sentir orgullo al verte en una película”, sostiene. “Como actor, es normal sentir algo de miedo, porque hacemos cosas que pueden parecernos vergonzosas o que implican a tu ego. Por eso cuando sientes orgullo es algo muy reconfortante”.

El actor no tiene problemas en reconocer que “no es feliz” con la situación política en EE.UU. y la presidencia de Donald Trump, pero prefiere no profundizar en la queja. “No tenemos buenos líderes. Nos quejamos, pero ¿dónde está ese liderazgo? Lo que más me preocupa es que no aparece quien dé ese paso y asuma el liderazgo”.