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Matteo Garrone emociona en Cannes con su enfoque humanístico de la violencia

  • Presenta en el festival Dogman, un filme inspirado en un sórdido caso real
  • Su protagonista Marcello Fontese ha convertido en favorito al premio a mejor actor

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El director Matteo Garrone y el actor Marcello Fonte en la presentación de Dogman.
El director Matteo Garrone y el actor Marcello Fonte en la presentación de Dogman.

El italiano Matteo Garrone ha logrado emocionar al Festival de Cannes con su enfoque humanístico de la violencia en Dogman, un filme inspirado en un sórdido caso real y protagonizado por Marcello Fonte, que se ha convertido en el favorito al premio a mejor actor por una soberbia interpretación.

Una película, que participa en la competición oficial de Cannes, y que está centrada en el miedo y en el deseo de ser apreciado por los demás, ah explciado en rueda de prensa Garrone, que reconoció que es una historia que puede retratar de alguna manera la situación actual de su país pero negó cualquier intención política.

"Puede que haya un componente político, pero ha sido a pesar de mí", aseguró. Su enfoque, insistió, es "más humanístico", para demostrar que "la violencia puede contagiar a cualquiera de un momento a otro".

Y aunque uno de los guionistas, Massimo Gaudioso, sí consideró que puede ser una "alegoría" de la Italia actual,  Garrone insistió en que es un filme universal. "Estamos aquí para ver si esta película puede transmitir emociones a personas de otros países del mundo", agregó.

Un filme que se adentra en la violencia en la que vive Marcello (Fonte), un hombre débil e influenciable, que se dedica a cuidar perros y que está sometido por su amigo Simoncino (Edoardo Pesce), un delincuente de poca monta que le obliga a participar en sus golpes y le trata de forma denigrante.

Dos actores que hacen un trabajo impresionante, especialmente Fonte, que logra que su personaje no pierda su inocencia pese a todo lo que le pasa, según resaltó Garrone.

Una especie de Buster Keaton, casi un personaje del cine mudo, que habla poco y que es "totalmente reinventado" respecto al protagonista de los hechos reales, un brutal asesinato que conmocionó Italia a finales de los años ochenta.

Garrone empezó a pensar en llevar esa historia al cine hace trece años pero en el proceso se fue separando de los hechos reales para impedir que el protagonista se convirtiera en un monstruo.

El caso real fue mucho más cruel, con torturas que no aparecen en la ficción, resaltó Garrone, que estaba obsesionado con que Marcello mantuviera "su dulzura y humanidad" pese a todo, que la idea que le guiara no fuera la venganza.

Garrone ya fue premiado por Gomorra y Reality

"Marcello no es violento pero tiene que sobrevivir" y ese conflicto el que quería explorar el realizador, el de un personaje lleno de contradicciones. "No quería que fuera un filme sórdido y sangriento", agregó. Es más una historia sobre la eterna lucha del débil contra el fuerte, precisó el realizador de títulos como Gomorra (2008) y Reality (2012), ambos galardonados con el Gran Premio del Jurado de Cannes.

Rodada en el barrio de Villagio Coppola de Caserta (cerca de Nápoles), donde ya ambientó una parte de "Gomorra", el realizador se siente muy cómodo en un lugar que conoce muy bien y que le ofrece la luz más adecuada para que secuencia.

"Es un lugar mágico", que tenía el aspecto de un pueblo de las películas de western, un lugar de frontera "que puede ser metáfora del mundo actual", precisó Garrone sobre una película que refleja muy bien el ambiente cerrado de un pueblo pequeño, en el que todos se conocen.

Además de contar con una estética muy cuidada, que recuerda a Gomorra, en un filme que recupera la mejor esencia del cine italiano. Muy bien recibida en Cannes, la película opta a la Palma de Oro, al igual que otros 20 títulos, de los que ya solo quedan cuatro por proyectar en esta 71 edición del festival