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Cuando todos los niños querían ser uno de Los Cinco

  • Guillem Medina hace un recorrido por la historia de la novela juvenil en España
  • “Muchas de esas novelas se siguen reeditando con éxito hoy en dia”, asegura

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Fragmento de la portada de 'Siempre quise ser uno de los Cinco'
Fragmento de la portada de 'Siempre quise ser uno de los Cinco'

Dentro de su línea de cultura popular con regusto vintage, la editorial Diábolo nos sorprende con un título dedicado a la novela juvenil: Siempre quise ser uno de los Cinco, de Guillem Medina. Un repaso, muy visual, a los títulos que hicieron soñar a los chavales. Por cierto, que muchos de esos títulos siguen vigentes hoy en día

“Siempre quise ser uno de Los Cinco –asegura Guillem- es un recorrido por la novela juvenil que se ha publicado en España desde los años treinta hasta los noventa. Algunos personajes son viejos conocidos de los lectores, pero seguro que descubrirán otros muchos también interesantes, como me pasó a mi cuando elaboraba el libro”.

“El libro –continúa el autor- se ha estructurado en ocho apartados, uno que se refiere a los Orígenes de la novela juvenil (esas primeras obras que leímos dentro del género de literatura de aventuras con autores como Jules Verne, Emilio Salgari o Charles Dickens entre otros); el siguiente está dedicado a Guillermo el Travieso, la inmortal creación de Richmal Crompton; otra autora imprescindible del género juvenil es la británica Enid Blyton la creadora de Los Cinco, su extensa producción de casi ochocientos libros le hacen merecedora de un capítulo para ella sola; su más directa competencia en los años cincuenta fue la editora norteamericana Stratemeyer Syndicate, de la cual surgieron personajes como Los Hollister o Nancy Drew, los cuales ocupan el siguiente capítulo”.

“Y hablando de personajes femeninos –añade- pensé que se merecían un apartado para ellas solas toda esas heroínas de ficción, desde Puck, Trebizón o Fantomette; el siguiente capítulo está dedicado a los pequeños detectives ya fuesen Los Tres Investigadores tutelados por Alfred Hitchcok, Los Jaguares o Langelot. Siguiendo un roden más o menos cronológico, en los ochenta apareció un nuevo género de novela juvenil, los llamados libro-juegos que causaron furor durante años y he hablado de unos pocos, y acabo este recorrido nostálgico haciendo un pequeño repaso a la producción de los últimos años”.

Portadas de 'Los Cinco'
Portadas de 'Los Cinco'

Portadas de 'Los Cinco'

La época dorada de la novela juvenil

Pero... ¿Cúal fue la época dorada de la novela juvenil en España?: “Yo creo -asegura Guillem- que al margen de éxitos contados en décadas anteriores, fueron los sesenta y setenta cuando hubo una verdadera eclosión de series y editoriales como Molino, Toray o Bruguera que apostaron por ellas, no solo rescatando series de éxito extranjeras sino publicando autores españoles que también tuvieron buena respuesta por parte del público juvenil, que por otro lado era muy exigente y no se contentaba con cualquier cosa”.

“Muchas de esas series –añade- han seguido reeditándose, solo con darse hoy en día una vuelta por la sección de novela juvenil de cualquier librería vemos que Los Cinco, Torres de Mallory, Los Hollister o Los Tres Investigadores siguen interesando a los más pequeños, casi ochenta años después de ser publicados algunos por primera vez.

Portadas de 'Los tres investigadores'

Portadas de 'Los tres investigadores'

Unas portadas inolvidables

La época dorada de estos libros también coincidió con el boom de la ilustración en España, por lo que casi todas las portadas de esos títulos eran realizadas por grandes artistas: “Uno de los reclamos importantes de estos libros era la ilustración de la portada, generalmente muy diferente de la edición original. El lector recuerda cada serie asociada a un estilo de ilustración determinada, así José Correas fue el autor más reconocido de las portadas de Los Cinco, otro ilustrador destacado fue Noiquet, autor entre otras de las portadas de Las Mellizas de Santa Clara, Antonio Borrell se encargaría de mostrarnos el inocente American Way of Life de Los Hollister, Rafael Cortiella se encargaría de darle una imagen moderna y juvenil a Puck, y Angel Badia Camps y Josep M. Miralles crearon esas imágenes tan características que ilustraban las portadas de Los Tres Investigadores”.

“Hubo muchísimos más –añade Guillem-, pero mi favorito fue Antonio Bernal que entre otras crearía las casi 200 portadas de las Joyas Literarias Juveniles, las cuales se han convertido en pequeñas obras de arte y que en su momento servían para atraer la atención del pequeño lector”.

Portadas de 'Joyas literarias juveniles'
Portadas de 'Joyas literarias juveniles'

Portadas de 'Joyas literarias juveniles'

Conseguir los cientos de ilustraciones y portadas que contiene el libro no ha sido tarea fácil, como confiesa Guillem: “La verdad es que cada vez que comienzo un nuevo proyecto me siento un poco perdido y ávido de encontrar todo el material posible y con este libro ha sido una tarea que parecía que nunca acababa. Continuamente descubría series nuevas y me aparecían títulos increíbles. He leído al menos un volumen de todas y cada una de las series que aparecen en este libro porque es importante captar el estilo, la forma como se dirigían al lector, algunas veces de forma paternalista, o cursi y otras, de forma más inteligente, de tu a tu. Porque el lector, deseoso de leer otras cosas que no fuesen cuentos infantiles, quería algo más y gracias a estos libros se sentía un poco más adulto”.

“Al margen de las portadas –continúa- era también interesante rescatar muchas de las ilustraciones interiores, a veces muy interesantes. Hoy en día muchas de estas series de libros no están muy apreciadas, (la gente lee poco), por lo que es fácil conseguirlas a buenos precios, lo malo es cuando lees un volumen, te picas y quieres continuar con todos los demás…”

Portadas de novelas juveniles
Portadas de novelas juveniles

Portadas de novelas juveniles

Las niñas tenían menos títulos disponibles

En esa época, las niñas disponían de menos títulos, como comenta Guillem: “Lo cierto el que el público femenino tardaría bastante en tener obras y personajes modernos con los que sentirse identificado. A principios del siglo XX se tenían que conformar con las novelitas de Louise May Alcott, Johanna Spyri, Eleanor H. Porter (la creadora de Pollyanna) y poco más”.

“Gracias la británica Enid Blyton –continúa- nos llegaron las historias “blancas” ambientadas en internados femeninos con nombres como Santa Clara y Torres de Mallory. Tendríamos que esperar hasta los sesenta cuando empiezan a publicarse los relatos con heroínas detectivescas de otras nacionalidades como la norteamericana Nancy Drew, la danesa Puck o la francesa Fantomette

“En los setenta las protagonistas femeninas dejaron de ser estudiantes modélicas, futuras amas de casa sin pretensiones o damiselas a las que rescatar para convertirse en personajes con una entidad, protagonistas de su propia historia en la que los otros personajes giraban alrededor de ellas y no al revés” –concluye Guillem-.

Portadas de 'Puck'
Portadas de 'Puck'

Portadas de 'Puck'

Elige tu aventura

Otro fenómeno literario de gran éxito fue el boom de los libro-juegos. “Aunque habían aparecido una década antes en el extranjero –nos comenta Guillem-, no fue hasta los ochenta en que empezaron a publicarse este tipo de libros en España, haciéndose muy populares series como Elige tu propia aventura de la editorial Timun Mas”.

“Se trataba –añade el autor- de relatos de aventuras, en los que el lector leía la trama hasta que, en un momento determinado se le planteaba un dilema y dos soluciones, si el lector se decidía por una solución la historia continuaba de una manera, sino podía tener otro final”.

“Tenían su gracia –continúa- porque el lector se convertía en el principal protagonista y un mismo libro podía contener hasta diez finales posibles. Lo malo de estos libros es que tenían pocas páginas, unas 60 y las tramas eran muy sencillitas. Debido al éxito llegaron a proliferar como setas, y todas las editoriales apostaron por ellos, algunos de buena calidad y en otros era pésima. Este tipo de libro seria de algún modo el germen de los posteriores juegos de rol”.

Portadas de 'Elige tu propia aventura'
Portadas de 'Elige tu propia aventura'

Portadas de 'Elige tu propia aventura'

De los libros a la televisión

Otra cosa que explora el libro es la relación de las novelas juveniles con la televisión, ya que muchas no tardarían en ser adaptadas, con gran éxito, a la pequeña pantalla. “Lo cierto –afirma Guillem- es que cada vez que un personaje literario se convertía en serie de televisión volvían a relanzarse las ventas de forma espectacular. Ya pasó con la programación en RTVE de Guillermo el Travieso en 1977 que volvería a poner de moda al pequeño díscolo y en 1978 con la emisión de la serie de Los Cinco”.

“Aunque estas son las versiones que yo más recuerdo –continúa-, posteriormente se han hecho otras que supongo que han causado el mismo efecto en las nuevas generaciones. Gracias a la serie poníamos por fin cara y voz a nuestros personajes de la infancia (ya que antes solo teníamos el referente de las ilustraciones del libro) y siempre te picaba el gusanillo y deseabas participar de sus aventuras”.

TVE emitió la serie de 'Guillermo el travieso'

TVE emitió la serie de 'Guillermo el travieso'

La biblioteca juvenil ideal

Preguntamos a Guillem cúal sería la biblioteca ideal de un chaval de la edad de oro de la novela juvenil: “Uff es difícil, pero yo recuerdo haber leído mucho en la biblioteca de mi colegio los libros de Los Cinco y Los Hollister. Posteriormente, cuando fui un poco más mayor me interesaron mucho los de Los Tres Investigadores y Alfred Hitchcock, creo que conseguí una buena colección que, por desgracia con los años desaparecieron”.

“Lógicamente –continúa- en una biblioteca que contenga más o menos un poco de todo no debería faltar el humor de Guillermo el travieso, las deducciones inteligentes de Enciclopedia Brown, algún libro-juego como Dungeons&Dragons o Resuelve el misterio y más modernos, destacar Pesadillas, la primera colección terrorífica dedicada a los más jóvenes. Pero siempre me gusta hacer hincapié en los clásicos como Verne, Salgari o Twain, que todo el mundo debería haber leído al menos una vez en la vida”.

En cuanto a su próximo proyecto, este experto en la cultura popular de los últimos 50 años, asegura que: “El próximo libro lo haré junto a Núria Simón, y ya sabes que nos gusta todo lo vintage, de los setenta y los ochenta, que era cuando fuimos niños. Queremos hacer un pequeño homenaje a los ilustradores de nuestra infancia, ya hemos hablado de su trabajo en las Muñecas de papel, ahora toca el resto de productos que se podían encontrar en un quiosco”.

Portada de 'Siempre quise ser uno de los Cinco' y su autor, Guillem Medina

Portada de 'Siempre quise ser uno de los Cinco' y su autor, Guillem Medina