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Elecciones en EE.UU.

Trump y la cúpula del partido republicano liman sus diferencias antes de la nominación del candidato

  • La cúpula del partido trabaja para cerrar la división respecto al millonario
  • Trump y el republicano Paul Ryan, portavoz del Congreso, buscan puntos comunes

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El candidato a la nomniación republicana donald Trump a su llegada al Consejo Nacional Republicano en Washington
El candidato a la nomniación republicana donald Trump a su llegada al Consejo Nacional Republicano en Washington

El camino de Donald Trump a la nominación republicana ha tomado cuerpo en sus victorias en primarias y en la supervivencia del aspirante, frente a la caída de sus rivales. Ahora tocan los gestos palpables que consagren su figura en el sistema, que le hagan reconocido por los popes del partido conservador estadounidense. Una reconciliación pendiente, tras la conflictiva relación del millonario con el GOP (siglas del partido republicano).

Este jueves, el ya prácticamente candidato republicano y los dirigentes de su partido, la formación del elefante, se han reunido. Un encuentro "excelente", ha dicho Reince Priebus, presidente de la formación política, al término del mismo.

"Ha sido un paso adelante muy positivo hacia la unidad del partido", ha afirmado en su twitter Priebus, haciendo referencia a la profunda división que impera entre los republicanos respecto a la candidatura de Donald Trump. Dudas muy arraigadas a pesar del hecho de que Trump es el único aspirante en pie tras el abandono de todos sus oponentes.

El amor difícil de Paul Ryan

En este marco, el cara a cara más esperado de este jueves ha sido el del magnate con el presidente y portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan. Con 46 años, y candidato de Romney a la vicepresidencia en 2012, el político, de orientación ultraliberal, es una de las voces respetadas en la cúpula del partido conservador.

Sin embargo, Ryan también es una voz que ha manifestado su rechazo sin fisuras a la nominación de Donald Trump. Una posición expresada sin ambajes, pero que empieza a moldear ante el curso de los acontecimientos: "No estoy listo para esto (apoyar a Donald Trump), pero creo que lo que necesitamos es consolidar la unidad del partido", ha dicho este jueves Ryan en la CNN.

En pro de esa unidad, Priebus se afana para allanar la disposición del joven portavoz, pero Rayan se aferra a sus principios: "Trump debe recordar qué herencia va a recibir, este es el partido de Lincoln y de Reagan, va a heredar algo muy especial.

Un comienzo

"Hemos tenido una reunión muy esperanzadora. No es un secreto que Trump y yo hemos tenido nuestras diferencias. Hoy hemos hablado de estas diferencias", ha afirmado a los medios Paul Ryan una vez finalizado el encuentro con el magnate.

Según Ryan, se han aferrado "a los principios que nos mantienen unidos", para resolver el principal escollo, decidir "qué hacer para unificar el partido republicano y todas las facciones conservadoras". La temática de la conversación reúne una colección de tópicos esenciales como "la Constitución y la separación de poderes", obvios, pero quizás no tanto si revisamos los discursos de Trump.

Y también han tratado de frentes más claros, como el rechazo al gobierno de Obama, y "restaurar el artículo 1 de la Constitución, el principio de autogobierno". Y el resultado, "lo que hoy hemos oído de Donald Trump", es para Ryan "muy esperanzador". En sus palabras, "un buen comienzo" del proceso que les devuelva la unidad.

Trump por las buenas, único camino

Otro gesto del sistema será el momento en que las agencias del Gobierno compartan determinados secretos de Estado con los candidatos presidenciales, y uno de ellos será previsiblemente Trump. Es una perspectiva no exenta de polémica.

En cualquier caso, la dirección del partido orienta sus fuerzas hacia el objetivo principal, la elección presidencial en noviembre. Ser representados por un personaje tan polémico, entre otras cosas, ha provocado una profunda división.

Pero es precisamente la imagen de esta división la que daña a la formación conservadora y la debilita para hacer frente al verdadero rival, la probablemente candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton. Una batalla en la que muchos quieren ver a Paul Ryan en primera línea de fuego.