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'Tiempo sin aire', el callejón de la violencia y la venganza

  • Juana Acosta brilla en la película de Andrés Luque y Samuel Martín Mateos
  • Un drama axfisiante con Adriana Ugarte, Carmelo Gómez y Félix Gómez

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RTVE.es estrena el tráiler de 'Tiempo sin aire'

La violencia, sus víctimas, y el deseo de una venganza reparadora forman parte de un ciclo humano que no se detiene. Por eso, Tiempo sin aire, segunda película del tándem formado por Andrés Luque y Samuel Martín Mateos tras Agallas (2009), podía partir de cualquier escenario bélico.

Pero Tiempo sin aire es la historia de María (Juana Acosta), una enfermera colombiana cuya vida se rompe cuando paramilitares violan y asesinan a su hija adolescente, comenzando para ella un camino de venganza que le lleva tras la identidad de uno de los asesinos a Santa Cruz de Tenerife. Con la participación de TVE en la producción, la película llega a las salas el 30 de abril.

Juana Acosta fue aclamada en el reciente Festival de cine de Málaga por su torturado papel de madre venganza, aunque finalmente no obtuviera el galardón a la mejor actriz. “Es un personaje muy complejo que he disfrutado profundamente: una madre que venga la muerte y violación de su hija”, dice la actriz. “Una persona incapaz de elaborar su duelo de manera sana porque no tiene las herramientas y se ve ciega por el dolor y por el odio”.

La actriz colombiana, afincada desde hace más de una década en España, abarca en su personaje el odio y amor más extremos. Tiempo sin aire pretendidamente incomoda al espectador que debe gestionar la empatía que genera su personaje mientras se interna en un pozo de obsesión.

Los límites de la venganza

“Queríamos hablar de la sinrazón de la violencia, de la esterilidad de la venganza, de hasta qué punto es o no una práctica que se puede defender”, explica el Samuel Martín Mateos. “Tratábamos de explorar el alma humana, con todo lo que tiene de oscura, pero también luminosa”.

Una luz reflejada en personajes como el de Carmelo Gómez, el psicólogo del colegio que advierte que el hijo de María, que contempló la violación de su hermana, sufre un trauma. Y que se enamora sin condiciones de María. “La violencia siempre está ahí. Tenemos esa cosa conservadora de no querer enfrentarnos a cosas terribles.  Pero la única forma de entender la vida es enfrentarse a ella”, dice el actor que anunciaba durante la presentación a la prensa su retirada del mundo del cine.

Félix Gómez interpreta a Iván, el sujeto de la persecución de María. Un joven que se enrola como mercenario en busca de dinero para vivir junto a su pareja (Adriana Ugarte). “Tiene prisa y para acelerar esos pasos se mete un infierno que lo va atrapar para el resto de su vida”, dice el actor.

Para Martín Mateos, el personaje ejemplifica como el contexto violento saca nuestro monstruo interior. “Tiene unos valores que en su vida normal respetaría siempre, y de pronto se ve metido en una borrachera de violencia y se subvierten los valores”.

Su pareja en la ficción, Adriana Ugarte, vive en la ignorancia pero irremediablemente tendrá que tirar del hilo. “La venganza es una elección ante el dolor, pero al final: ¿te devuelve aquello que perdiste?”, dice la actriz que las próximas semanas comienza a rodar la nueva película de Pedro Almodóvar.

Las víctimas, en primer plano

Andrés Luque conoce bien la realidad de Colombia. En su paso por En portada grabó documentales sobre el conflicto. “Lo más importante para nosotros eran las víctimas. Colombia está cerca y la gente lo conoce bien. Y es un conflicto vivo, el más antiguo de América Latina. Llevan en una guerra civil de perfil bajo más de 50 años”.

Para la actriz, el lado más satisfactorio de su trabajo es dar voz a las víctimas. "Es importante y, en cierta medida, el cine es reparador. Creo que ellas lo agradecen y, en el caso de María, es importante hablar de que no puede ser que el cuerpo de la mujer sea un botín de guerra. Se tiene que acabar ya".

Juan Acosta matiza la visión que desde España tenemos del conflicto e insiste en recordar que la ficción de Tiempo sin aire se sitúa en el año 2000, no en la actualidad. “Se conoce poco y mal. Es complejo y es verdad que estamos agotados tras 50 años de guerra civil, pero ahora estamos atravesando un buen momento, en conversaciones de paz y con un desarrollo del que yo he sido testigo y en el que creo”.