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El Quijote de Avellaneda en la Biblioteca Nacional, apócrifo y también centenario

  • La BNE expone varias ediciones originales del Quijote de Avellaneda
  • Podrá contemplarse desde el 21 de abril al 20 de septiembre
  • Incluye el texto identificado recientemente como primer impreso original

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El Quijote de Avellaneda, primera edición en inglés, 1705
El Quijote de Avellaneda, primera edición en inglés, 1705

No se sabe mucho de la identidad de Alonso Fernández de Avellaneda. Es el seudónimo con el que el escritor firmó el conocido como Quijote de Avellaneda, en 1614. El volumen proponía la segunda tanda de aventuras del ingenioso hidalgo puenteando al autor original, Cervantes, que se vio obligado a apresurar la publicación en 1615 de la genuina segunda parte, escrita por su mano.

Pero la versión de Avellaneda, anticipada, paralela y apócrifa para muchos, vio la luz y tuvo su propio éxito, como lo demuestran las traducciones y las ediciones que se hicieron de ella. Su existencia es un reconocimiento del temprano impacto que la figura del caballero manchego tuvo en el público y la demanda consiguiente.

Un episodio más de la deriva real del original Quijote en el imaginario colectivo, los expertos coinciden en la distancia respecto al talento del verdadero creador, Cervantes, cuya auténtica segunda parte una vez vió la luz arrasó con la de Avellaneda.

Las huellas de este "otro Quijote", consagradas por los siglos, más allá de las legitimidades y autorías, vuelven a ser visibles en la exposición Alonso Fernández de Avellaneda en la BNE. Entre el 21 de abril y el 20 de septiembre, la muestra reune ediciones y estudios del Quijote de Avellaneda, en el marco del quinto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote cervantino.

Primer impreso original

La colección reúne "alrededor de una quincena de ediciones y estudios críticos" de la otra segunda parte del Quijote, la de Avellaneda, ha informado la BNE en una nota. Entre estas obras, destaca el único ejemplar localizado del texto identificado recientemente como primer impreso original.

Además, se expondrán algunas muestras de la repercusión internacional de la novela, que se tradujo y adaptó a idiomas como el francés, el inglés, el neerlandés y el alemán, entre otros, así como las últimas ediciones filológicas a partir de la del filólogo y medievalista Martín de Riquer.

De la obra de Avellaneda, se conoce la existencia de dos ediciones, realizadas ambas en la imprenta tarraconense de Felipe Roberto en 1614. Según explica la nota, la labor de los investigadores ha facilitado la comprensión del Quijote de Avellaneda en su sentido estético, social y literario, así como de su decisivo influjo en la creación de la segunda parte publicada por Miguel de Cervantes el año siguiente.