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Drones voladores y sensores para inspeccionar puentes y otras zonas de la ciudad

  • Las pérdidas por falta de mantenimiento de un puente puede ser tremendas
  • Mediante drones se pueden fotografiar las zonas clave casi automáticamente

Combinándolos con sensores, los datos se pueden analizar en un punto central

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El puente de la carretera I-35W sobre el río Misisipi se colapsó en 2007 debido a un fallo de diseño.
El puente de la carretera I-35W sobre el río Misisipi se colapsó en 2007 debido a un fallo de diseño.

Ingenieros de la Universidad Tufts están trabajando en la utilización de drones y otro tipo de dispositivos, como los sensores inalámbricos, para la monitorizar puentes y otras infraestructuras de las ciudades y carreteras.

Debido a su carácter estratégico y a su importancia en la planificación urbana, los puentes son estructuras especialmente delicadas cuya pérdida puede un gran problema para los habitantes, el tráfico rodado y las comunicaciones de una ciudad.

Pero muchas veces se abandona su mantenimiento como si fueran a durar para siempre, un idea excesivamente optimista. De hecho, cuando hay problemas de diseño, mantenimiento o causas naturales como temblores de tierra, inundaciones o fuertes vientos, más de uno se ha colapsado provocando terribles pérdidas.

Sensores inteligentes en puentes

En el invento planteado por los ingenieros se emplean sensores inteligentes situados en zonas estratégicas de los puentes para medir las vibraciones.

Eso equivale a 'tomarle el pulso' en todo momento a la construcción: si esa señal se envía a un servidor central de forma inalámbrica, se obtiene una 'instantánea' precisa de lo que está sucediendo en la estructura en cada momento, y se pueden prevenir problemas y estudiar su comportamiento en situaciones extremas: con máximo tráfico, durante un fuerte tormenta o tras un pequeño terremoto.

Combinación con drones

La idea se combina con en el desarrollo de una serie de drones: robots voladores autónomos (más concretamente: cuadricópteros) que se acercarían a esos sensores periódicamente y recogerían los datos al mismo tiempo que toman imágenes reales del exterior del puente.

De este modo se podrían monitorizar de forma mucho más efectiva. Los robots podrían enviar las imágenes y datos de los sensores al volver a su estación de recarga, transmitiéndolos al servidor central.

Aunque la situación varía de país a país, en Estados Unidos, por ejemplo, se ha calculado que un 25% de los 600.000 puentes que contiene su infraestructura de transportes están tan dañados que malamente pueden apañárselas con el tráfico que circula sobre ellos a lo largo del día.

La idea de este tipo de inventos es usarlos de forma metódica, de modo que tras identificar los puentes que estén en peores condiciones se pueda priorizar dónde poner soluciones: en los más deteriorados y que gestionen más tráfico en áreas clave, por empezar por algún sitio.

Sus creadores instalaron un sistema de este tipo en un puente de 50 metros cercano al campus de la universidad y desde 2009 lo han estado monitorizando mientras desarrollaban las herramientas. Lo que han aprendido de él creen que permitiría detectar un gran tipo de anomalías en estructuras similares por un coste relativamente bajo.