Enlaces accesibilidad

Riyaad Minty, el joven que 'tuiteó' la historia

  • El responsable de redes sociales de 'Al Yazira' acude a la Red Innova
  • La emisora catarí se convirtió en altavoz de las revueltas gracias a estas redes

Por
El responsable de redes sociales de Al Yazira, durante su entrevista con RTVE.es.
El responsable de redes sociales de Al Yazira, durante su entrevista con RTVE.es.

Tras horas y más horas ante de una pantalla de ordenador, el pasado 11 de febrero a las seis de la tarde Riyaad Minty aprendió de repente que tres simples palabras pueden darte el pasaporte a la historia: Mubarak steps down (Mubarak dimite, en inglés).

Hasta llegar a ese momento tuvo que estar los 18 días anteriores de acampada en la Plaza Tahrir de El Cairo trabajando 18 horas diarias en su oficina de Doha (Catar), una situación que, a menor escala, ha venido sufriendo en los meses siguientes, aunque no tiene tiempo para quejarse.

Solo tiene 27 años y está a la cabeza de la división de redes sociales del medio que ha hecho bandera de las revueltas árabes hasta convertirse en el centro de la información mundial. Al fin y al cabo, a esas tres palabras otras siete tanto o más importantes: Brought to you live on Al Jazeera (Narrado para ti en directo en Al Yazira).

Cita con la historia

“Cuando puse ese ‘tweet’ pensé inmediatamente que era historia. Estaba cambiando algo que las generaciones estudiarán en los libros por muchos años”, recuerda ahora, más de cuatro meses después en Madrid, donde acude como invitado a la Red Innova para hablar del papel de las redes sociales en fenómenos históricos como las revueltas.

Allí ha presentado con entusiasmo el historial de la emisora catarí en el fomento de la participación del usuario con el dramático hilo conductor de los vídeos y las imágenes enviadas por manifestantes que se jugaban la vida cada viernes para pedir democracia a su pueblo.

No es la primera vez que lo hace. Hace un año, el foro anual de Al Yazira guardaba un espacio a lo que denominaba ‘laboratorio’, su particular grupo de ‘JASP’ que mostraban la apuesta de la emisora por el periodismo ciudadano y por adoptar un ‘compromiso’ con el ciudadano del mundo árabe.

Un año después, lo que parecía una propuesta mesiánica patrocinada por el director general de la cadena, el carismático Wadah Khanfar, es la historia de un éxito casi inimaginable.

Durante semanas, la señal de Al Yazira dió la vuelta al mundo, colándose en medios europeos y hasta estadounidenses, un mercado que la emisora tiene casi vetado. De repente, el centro del mundo era la plaza Tahrir y Al Yazira era el mejor sitio donde seguirlo.

Del 'Power Point a la realidad'

“Sabíamos que era algo importante, que algo pasaría pero no teníamos ni idea de lo que iba a pasar”, reconoce ahora.

El ‘power point’ con el que se dirige a la audiencia de Innova puede tener la misma apariencia que el que empleó en un hotel de Doha en mayo de 2010, pero todo lo que ha agitado al mundo en los últimos doce meses se cuela entre las diapositivas.

Por ejemplo, el primer vídeo denunciando lo que ocurría en Túnez después de que el frutero Buazizi se quemara a lo bonzo en un último gesto de rebeldía. O las imágenes que han dado la vuelta al mundo llamando a tomar la plaza Tahrir tras la caída del presidente tunecino.

La pregunta de rigor la contesta antes de que nadie del público la haga: No habría sido posible solo con la tecnología, porque en última instancia depende de la gente.

El ejemplo más claro para él es lo ocurrido en la llamada Revolución Verde iraní. Reivindicada por muchos como el precedente más claro de las revueltas en el mundo árabe, Minty siempre ha negado la mayor.

"La gente fuera del mundo árabe trata de ver una relación entre las revueltas y lo ocurrido en Irán. El mundo árabe es diferente en lengua, en cultura, en historia, en forma de vivir a Irán", recuerda.

La importancia del contexto

En última instancia, defiende, lo que importa es el contexto.

“En Irán la mayoría de gente que está conectada son de clase media alta y con una determinada ideología política. La conexión a Internet no está extendida en todo el país sino que se centra en el área de Teherán”, señala.

En países como Egipto y Túnez, aunque la población educada y acomodada tiene más acceso, el acceso está más extendido, hasta el punto que fue en la humilde localidad de Sidi Bouzid y no en los centros turísticos de Hammameth de Túnez donde nació el movimiento.

Este contexto explica por qué a la represión en Teherán no siguieron revueltas en el resto del país, tal y como sí ocurrió en Túnez y Egipto primero y en Libia, Siria y Yemen después.

“En Egipto había cada viernes había dos millones de personas que iban a las calles, muchas de las cuales no tenían acceso a redes sociales. En Irán no” recuerda.

Información y ruido

El otro elemento que Minty añade al contexto ha sido, para Al Yazira, tanto o más difícil: diferenciar entre información y ruido, entre los vídeos reales de la brutalidad de la represión y los engaños que son propaganda interesada.

En Egipto teníamos 1.200 vídeos al día. Llevábamos 1.000 a la redacción y de allí salían diez o doce”, detalla.

El último ejemplo: un vídeo de hace dos semanas que mostraban imágenes de la muerte de alguien en la calle. Tras comprobarlo, descubrieron que se trataba de un atentado en 2006 en Irak.

Sin embargo, otras veces las imágenes que muestran esos vídeos son un arma más poderosa para agitar conciencias que todas las informaciones del mundo, como el vídeo que mostraba el maltrato de un niño por las fuerzas de seguridad sirias hace apenas unas semanas.

Estos documentos cobran en este momento más importancia aún para Al Yazira ante la imposibilidad de dar cuenta con sus propios periodistas de lo que ocurre en Siria, paradigma del país cerrado a la información… pese a que ésta sigue fluyendo.

“Cada viernes vemos más y más protestas, vemos más y más vídeos de protestas y no pueden controlarlo. Cuando Internet está cortado lo graban en un cd, van a la frontera y se lo dan a alguien para que lo difunda”, asegura el experto de Al Yazira.

Relación con el usuario

Con todo, Minty reconoce que se ha producido un notable descenso de búsquedas de las revueltas en Twitter desde la caída de Mubarak: “Cuando tienes cuatro o cinco historias a la vez, es difícil centrarse en algo, la gente pierde la conexión personal con la historia, pero creo que hay un punto de no retorno".

¿Y hay punto de retorno para el uso de las redes sociales tras las revueltas árabes y la cobertura de Al Yazira? "Las redes sociales van sobre compromiso, es algo que no se puede controlar como una emisión, necesitas comprometerte, contar con la gente", responde.

"El apoyo de la gente fue fundamental, nosotros conseguíamos información de la gente pero a la vez se la devolvíamos", asegura tras recordar la labor de los enviados especiales a las revueltas que han fallecido o han sido detenidos o torturados estos meses.

Y entonces recuerda las palabras que Wadah Khanfar les ha inculcado a sangre y fuego: "Al final del día, te das cuenta que decir la verdad es duro... pero no hacerlo es peor".