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Miguel Fuster: "He pasado 15 años en la calle y con el alcohol como único amigo"

  • El dibujante publica la segunda parte de sus memorias en la indigencia
  • Por la primera recibió el Premio del Público en el Salón del Cómic de Barcelona

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Miguel Fuster en el Salón del Cómic de Barcelona
Miguel Fuster en el Salón del Cómic de Barcelona

"He pasado15 años de mivida extraviado por las calles con el alcohol como único, aunque nefasto, ángel custodio. Pero lo único que no pudieron quitarme es mi obsesión por ser libre, la vergüenza y el miedo" MIGUEL FUSTER

Hace un año Miguel Fuster se hizo famoso por la publicación de Miguel, 15 años en la calle (Glénat), un cómic en el que narraba su vida como vagabundo por las calles de Barcelona, tras perderlo todo y caer en las garras del alcohol.

Ahora, gracias a la fundació Arrels, lleva nueve años sin beber, ha publicado la segunda parte del cómic, Miguel. 15 años en la calle. Llorarás donde nadie te vea. Y recientemente consiguió el Premio del público en el Salón del Cómic de Barcelona.

"Ese galardón es muy importante para mí, sobre todo porque es un reconocimiento a un trabajo que no es muy llamativo, que al fin y al cabo son las vivencias de un triste indigente. Me hace mucha ilusión", asegura el autor.

"La gente no sabe lo que es la vida en la calle"

"La gente, afirma, desconoce lo duro que es la vida en la calle y creo que por eso el álbum tuvo tanto revuelo mediático. Porque cuento realmente lo que es la vida de un indigente, la mía".

"En ese primer álbum contaba la extrañeza de sentirte, de repente, en la calle, solo y sin amigos. Y en este segundo ya he asumido que estoy en la calle, que soy indigente y que no tengo posibilidad de volver atrás. Comento cosas que me pasan en la calle cuando ya no tenía ninguna esperanza de salir".

"Supongo que seguiremos sacando cómics, comenta Fuster, aunque depende del editor y de cómo se venda. En mis tiempos de Bruguera yo trabajaba por encargo, estos son los primeros cómics de autor que realizo".

"Gracias al cómic me he reencontrado con gente que me creía muerto"

"Una de las cosas positivas de hacer este trabajo es que gente que ya me daba por muerto o desaparecido ha podido volver a comunicarse conmigo, porque todas las relaciones que tuve antes de acabar en la calle las perdí. Y ahora se han llevado una alegría enorme", comenta.

"Cuando estas en la calle, la gente piensa que es porque la familia y los amigos te van dando la espalda. Pero no es así. Lo que pasa es que si te queda un poco de dignidad, a pesar de cómo te ves, tu mismo te alejas, porque ves que haces sufrir a la gente que quieres".

Aunque haya dejado atrás esa parte de su vida, confiesa que nunca la olvidará. "Porque yo soy alcohólico, aunque haga 9 años que no bebo, y que dure".

"El hecho de que gracias a estos cómics vean que he conseguido dejar el alcohol, toco madera, es muy positivo. Y también para que la gente sepa lo que es la vida de los indigentes, porque la gente ve un montón de bultos sucios y piensa, mira, cuatro borrachos que no tienen nada que hacer. Pero no, dentro de cada bulto hay un hombre o una mujer. Y si con los hombres es grave con las mujeres ni te cuento, eso es gravísimo, lo que pasa con ellas".

"La lucha contra el alcohol la perdí miles de veces"

"La lucha contra el alcohol es una batalla constante, que perdemos miles de veces, y no habría conseguido salir de la calle sin la ayuda de la fundación Arrels, que son los que consiguieron desintoxicarme. Y ahora mantenerme sobrio es un éxito".

"Los quince años que pase en la calle no me gustaba mendigar, no creo que a nadie le guste, pero a mí, por timidez, me resultaba imposible. Me mantenía haciendo acuarelas u óleos de flamenco, de toros, la Sagrada Familia, la Catedral... es decir, vendía mi trabajo para poder sobrevivir. No sacaba para pagarme la pensión pero sí para el vino y el tabaco, que cuando estás en la calle es lo imprescindible".

"Llevo casi nueve años fuera de la calle pero me sigo identificando con la gente que sigue en la calle, porque los años que pasé, ya no los recuperaré nunca. La vida pasó paralelamente. Tus amigos, amistades, etc, han ido muriendo. Porque ya tengo cierta edad, 67 años, aunque estoy bien de salud".

"Pero ves que tu tren ya lo has perdido. Incorporas nuevas amistades pero como no compartes una biografía tu vida es muy diferente a la de cualquier persona normal. Se quedó parada. Yo soy un tio optimista, pero no puedo ni quiero olvidarlo".