El terremoto se ha sentido también en la capital, Roma, donde se puede observar una profunda grieta en la fachada de la Basílica de San Pablo.
Así ha quedado uno de los edificios en L'Aquila después del terremoto de 6,6 en la escala Richter que ha sacudido el centro de Italia.
El terremoto ha sacudido con fuerza varios edificios históricos de la localidad, como el campanario de la iglesia, que ha estado cerca de derrumbarse.