Las autoridades neozelandesas han establecido un perímetro de seguridad y la cancelación inmediata de todas las excursiones, incluidas los barcos turísticos, alrededor de la isla, visitada cada año por unas 10.000 personas.
Las autoridades neozelandesas cifran en cerca de 50 el número de turistas que se encontraban en la isla en el momento de la explosión.
La Agencia Nacional de Respuesta a Emergencia emitió una alerta ante posibles nuevas erupciones o actividad sísmica moderada por el volcán de White Island.